... ¡Fuera!

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Al fin era el momento. Una última carrera estaba por comenzar y Rivers no había podido evitar morderse las uñas.

- ¿No quieres que te preste mis uñas? Pinche Rivers, ¡cálmate ya! Dijo el Mariana mientras le daba un manazo.

- ¡Estúpida, si me dolió!... es que... Imagínate que perdamos la copa y por eso nos hagan repetir cada carrera.

- ¡TAS PENDEJA! Yo creo que acabamos esta y ya podremos salir... Y todavía tenía que ir al gimnasio, no mames. Dijo Osvaldo golpeando su cabeza contra el volante.

- Estamos aquí atrapados y te importa más el pinche gimnasio. Si no vas hoy no pasa nada, exagerado. Estás igual de flaco, como que de mucho no te sirve, eh.

- Seguro me atacas porque a tí lo enana nunca se te va a quitar.

- ¡Aaaay! jugar basket nunca me ayudó ni tomar del yogurt ese del dinosaurio o cocodrilo verde ese. Dijo Rivers un tanto avergonzada.

El Mariana comenzó a reír mientras la señalaba. Rivers sólo le mostró el dedo medio mientras apretaba los labios.

Sus autos comenzaron a avanzar hacia la línea de salida. Al Mariana de repente le dejó de dar risa. No se tenía tanta confianza como al principio.

- Debes ganar, enanito.

- No me presiones, wey. Que ya ando bien piiinches nerviosa.

Frente a ellos miraron la cuenta regresiva y al finalizar esta, arrancaron. A tan sólo unos metros atravesaron unos cubos de poder. Rivers miró su mano y de poder había obtenido un plátano.

- ¡Toma pinche, changa! Gritó Rivers creyendo poder atinarle a Peach. Sin embargo, después de unos segundos se dio cuenta de que quien cayó en la cáscara era otro.

- ¡ME DISTE A MÍ, PENDEJAA! Gritó el Mariana enfurecido.

Rivers no pudo evitar reír al escuchar cómo sonaba su amigo, pero pronto se calló al darse cuenta que aquella rubia desgraciada podía estar muy cerca.

- ¡Esquiva estos, menso! Gritó previniendo al Mariana mientras arrojaba otros 2 plátanos.

En breve escuchó como un carro era golpeado y sonrió. Volteó un segundo hacia atrás y miró que su víctima había sido Mario. ¿Dónde estaba Peach?

Decidió mirar ahora hacia atrás del lado derecho y no pudo evitar abrir mucho los ojos. Peach estaba con una sonrisa torcida sosteniendo una súperbocina.

- ¡No te atrevas, pend....

Ni terminaba de hablar cuando su auto empezó a girar. Sopló aire hacia arriba tratando de quitarse su cabello de la cara y aligerar el mareo que sintió de repente.

- MALDITA SEAAAAA TU SUERTEE ....PORQUE TE CONOCÍIIII.... Iba cantando a todo pulmón el Mariana mientras pasaba junto a Rivers.

- Como si no tuviera ya suficiente. Dijo Rivers para sí misma en voz baja.

Volvió a acelerar mientras escuchaba discutir a alguien que venía detrás de ella. No había tenido el gusto de escuchar voces de otros personajes más que de Peach, así que le resultó extraño aquello. Una voz era algo gruesa "como la de su tío Pancho" y la otra sólo parecía hacer ruidos un tanto agudos, no hablaba.

Decidió ignorarlos un momento y tomó otro cubo de poder: un caparazón verde.

Tomó un camino a su izquierda y miró que sobre este en ciertos momentos se dejaba caer una roca picuda la cual tenía en ella una cara bastante molesta. Esa cara le recordó al Mariana cuando se ponía de tóxico enojándose al sentirse reemplazado por ella.

El Mariana x Rivers - Aliados VirtualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora