ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 30: ᴄᴏsǫᴜɪʟʟᴀs

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11:25 marca el reloj.

Solamente es cuestión de minutos para que el reloj marque las 00:00, solo quedan unos minutos para hacer volver a Denki, pero Izuku no sabe cómo hacerlo, sus opciones se han acabado, intento de todo y nada ha dado resultado.

En ese momento se encuentra en la habitación del rubio, tirado en la cama de este, mientras Denki está a su lado mirando el techo en silencio, está dispuesto a quedarse a su lado hasta el último momento y por eso no va a dejarlo solo.

—Sabes... Al menos todo esto tiene algo bueno —dice el rubio sin apartar la mirada del techo.

—¿En serio? ¿Y que es ese "algo bueno"? —Izuku mira al rubio algo confundido.

—Que ya no voy a reprobar mis exámenes —dice cómo si fuera lo más obvio, mirando al chico.

—Denki, no. No es gracioso —Izuku lo mira con reproche.

—Lo siento, mal chiste —suspira y vuelve a mirar al techo—. Pero no queda de otra más que resignarnos a lo que pasará, yo ya lo hice, tu también deberías hacerlo —se acomoda en la cama.

—Mientras el tiempo no se acabe no estoy dispuesto a resignarme —demanda el pecoso, sentándose en la cama—. Debe haber algo que no hayamos intentado —murmura el pecoso, poniéndose de pie.

—Izuku... —Denki llama al pecoso, pero este lo ignora.

—La forma más rápida de hacer que tu humor cambie es por medio de la risa —sigue hablando, caminando de un lado a otro—, sin embargo, la risa es algo que se genera mayormente cuando estamos con otras personas, es más común reírse por sonidos raros o cosas que nos parecen graciosas, más que por los chistes, eso explicaría el porque ningun chiste te hizo reír —Izuku ladea la cabeza, mientras camina de un lado a otro.

—Izuku, escúchame —el rubio intenta llamar la atención del pecoso.

Sin embargo, el chico continúa hablando y hablando sin parar de caminar, Denki suspira y mira al reloj que tiene en su pared.

11:50 marca el reloj, solo 10 minutos y todo estaría perdido.

E Izuku parece no planear callarse pronto, el rubio suspira, se levanta de su cama y se acerca al chico tomándolo de los hombros, el pecoso detiene su parloteo y mira al chico algo confundido, antes de que pueda decir algo Denki se acerca a él y lo besa.

Está vez si es un beso real, Denki mueve sus labios de forma lenta, a Izuku le toma solo unos segundos seguir el beso con torpeza, sentir esos labios sobre los suyos le causan una sensación muy agradable, le gusta. El chico eléctrico se aleja lentamente de él y lo mira a los ojos, ama esos preciosos ojos verdes.

—Hablas demasiado, Izuku —dice recargando su frente contra la del chico.

—Lo siento, solo estaba intentando buscar una forma de hacer que seas ese chico alegre que solías ser —suspira desanimado.

—Lo entiendo y es un gesto muy lindo de tu parte, Izuku. Pero ya está, se acabó —suspira.

—No —mira al reloj—. Aún quedan cinco minutos —informa alejándose del rubio.

Denki suelta un largo suspiro y simplemente se deja caer en su cama, el ya está resignado a eso.

Claramente el pecoso aún no se resigna, su cerebro está trabajando de forma veloz, pensando en las mil formas que hay para hacerlo reír hasta que algo en su mente hace clic, por reflejo mira al reloj y solamente quedan unos dos minutos.

ɪɴᴠᴇʀᴛɪᴅᴏsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora