XIV. A tu lado, lo que sea

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Los dedos de Seokjin temblaban mientras cogía la caja, volvió a revisar el pastel, quería que cada adorno permaneciera en su lugar. Como política personal tenía impuesto impresionar a cada cliente con sus productos, que al probar algo que preparara se acordaran de su bello rostro y desde la distancia reconocieran sus habilidades pulidas con esfuerzo y días enteros con calambres en las muñecas.

Quería impresionar a ese omega...

Quería llamar su atención, una exigencia de su animal interno que despertaba curioso. Seokjin quería que siguiera sonriéndole.

Su pulso estaba inestable, temía que su agarre tiritón termina por causar un desastre. Endureció el abdomen para caminar firme y extendió esa corriente de rigidez a sus extremidades superiores, hasta la última falange. Se relajó recién cuando el pastel reposaba en el mesón.

- Puedes revisarla- sugirió abriendo la tapa de la caja para mostrarle el resultado de horas de trabajo y amor.

Seokjin amaba cocinar.

- Está preciosa.

El omega apuesto sonrió con orgullo y mariposas en el estómago, disfrutando segundo a segundo del aroma de almíbar de canela. Moría de ganas de acurrucarse contra su cuello, de apoyar su nariz y olfatear como el animal curioso que era.

- ¿Algo más en lo que pueda ayudar?- preguntó tragándose las ansias que lo consumían, pero esperando alargar unos cuantos minutos más la interacción.

Quizás no volvía a encontrarlo o tal vez las posibilidades no eran tan bajas si consideraba que era alguien cercano a un amigo de Hoseok.

- Uhh, quiero uno de esos rollitos de canela.

- Muy bien, ¿algo más?- rogaba no sonar insistente y acallar esa vocecita que imploraba telepáticamente que ese omega le pidiera el número de teléfono.

- Dos rollitos.

Se guardó su suspiro derrotado y asumió lo que en su fantasía fue un lindo instante de coqueteo -que quizá nunca lo fue, pero anhelaba interpretarlo así-.

- El tercero es cortesía de la casa- volvió a sonreír después de agregar un rollito más a la caja.

- Muchas gracias...

Seokjin se estremeció con la mirada intensa de Jungkook. Si no fuera porque no quería perderse de los bonitos ojos oscuros habría examinado su ropa o su cara frente al reflejo de un vidrio pensando que tendría una mancha, ¿por qué otra razón lo miraría así? Esperaba oír en cualquier segundo que tenía crema batida reseca en alguna parte.

"No me he presentado"... apretó sus labios, al menos quería que pensara en su nombre cuando probara un rollito de canela en su casa o trozaran el pastel de cumpleaños.

- Kim Seokjin- desvió unos segundos la vista hacia la caja de rollitos con las ansias haciendo estragos dentro de su cuerpo- Es que yo sabía tu nombre y tú no el mío, entonces...

Se sentía torpe y tonto también, fantaseando ingenuamente que ese precioso omega de sonrisa hermosa se interesaría en él a primera vista, sabiendo mejor que nadie que las posibilidades que aquello ocurriera eran escasas.

- Muchas gracias, Seokjin-ssi.

Ambos miraron hacia el exterior cuando el sonido de los goterones rebotaron incesantes en el vidrio. El viento sacudía las ramas de los árboles en la acera, la lluvia pronosticada se había dejado caer con fuerzas.

- No traje paraguas- se quejó el chico con un puchero adorable.

Seokjin deseaba pellizcar su labio abultado con cariño.

Without Sugar (Adaptación HopeV/VHope)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora