Capítulo 31

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Capítulo 31: Nuestros sentimientos

Nep

Al despertar quise que el mundo me tragara, que mis pensamientos dejaran de aparecer y que ese dolor en mi pecho se calmara. Levantarme de la cama fue un sufrimiento y de no ayudarme Sam, probablemente me hubiera quedado en cama todo el día. No sé cómo ocurrió lo de anoche; no sé por qué Neil tuvo que llegar; no sé por qué debió conocerse con Lex; no sé cómo pude ocultarle la verdad a Lex luego de que ella en el baño me confesara que Neil es el chico del cual me ha estado hablando desde que la conocí.

Me duele ser la mala amiga, me duele engañarla y no poder decirle la verdad, pero si de algo estoy segura, es de que no pienso volver a ser aquella amiga, así me cueste alejarme de Neil, así mi corazón se parta en mil.

Neil nunca me contó que había conocido a alguien y eso también me duele. Y algo que gira en mi cabeza es... ¿Todo fue falso? ¿Estuvo engañándome todo el tiempo?

Desearía no haber ido a esa cita, pero eso no hubiera cambiado nada, Lex seguirá gustando de Neil y yo también.

Me gusta Neil y mucho, pensé que podríamos tener algo, pero la vida no lo quiso así. Y aunque forzara estar con él, no voy a lastimar a Lex porque aquella chica no se lo merece.

—No sé qué ocurre por tu cabeza, pero tienes que dejar de pensar en eso, te ves mal.

—Lo siento, son algunos asuntos de la universidad.

Me he vuelto una mentirosa.

—¿Estás llorando? —me dice acercándose a mi rostro rápidamente, ni siquiera me había dado cuenta, todos estos pensamientos me tienen demasiado susceptible.

—Yo... —no tengo nada que decir —Solo...

—Nep habla conmigo, ¿Qué te ocurre?

—No es nada —le digo limpiando mi rostro —Voy tarde a clase.

Empiezo a caminar hacia el baño, tengo clase en unas horas, solo que mentirle a Sam es lo mejor que puedo hacer por ahora, planeo contarle todo a ella, pero hoy no es el momento. Trato de alejarme lo más posible de los lugares donde podría estar Neil, no quiero verlo en absoluto. Esquivando a las personas y mirando hacia el piso, me detengo en la cancha de futbol, no hay nadie practicando, aún es temprano, levanto mi rostro y veo a un chico a aproximadamente dos metros, sé que estoy llorando, sé que mi rostro demuestra todo mi sufrimiento y no intento ocultarlo, no con él. Él me da una sonrisa torcida y asiente con su cabeza, como si entendiera todo, como si lo supiera, acorta la distancia y pasa sus brazos alrededor de mi cuerpo, calmando mi dolor, dándome el apoyo que necesito en ese preciso momento. Definitivamente, Oliver se ha convertido en el único círculo de confianza que tengo.

—Ya no llores —me dice sobando mi espalda gentilmente.

—Él... él —sollozo.

—Lo sé.

—No sé por qué lo hizo, pensé que era diferente, pensé que me quería —me alejo para mirarlo

—Lo sé.

—Duele mucho, Oliver.

—Lo sé.

Limpio de nuevo mis lágrimas y sorbo mis mocos —¿Lo sabes?

—Hace unos días lo vi hablar con ella.

—¿Qué?

—Lo siento Nep, sé que no debí entrometerme, pero no me hubieras hecho caso si te lo decía.

—¿De qué hablas?

—Sabía lo de la cita, yo fui quien le dijo a Dash que los invitara a los dos, lo siento mucho, sé que te lastimaría, pero necesitabas darte cuenta.

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