rutinas

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El día de hoy me e dado cuenta de cuan difícil es despertar, no lo digo por alguna analogía de "Es mejor morir a seguir despierto".

Estoy cansado.

Hace tiempo no duermo más de cuatro o tres horas, tengo suerte si mi mente me deja dormir dos.

No es el horario, mis tareas ni cuestiones personales violentas, es mi cabeza que decide de repente estar divagando mientras necesito descansar.

5:50am.

Tengo la noción de haber estado dormido durante tres minutos por lo menos.
Mi mano alcanza un paquete de toallas húmedas, procedo a frotar con falta radical de delicadeza mi rostro, y con menos cuidado todavía, mis ojos.

La mañana se cuelga en mis ojeras y se tuerce mientras se columpia en las enormes y oscuras bolsas de mis ojos.

Miro de reojo a mi hermana pequeña quien duerme plácidamente entre las sábanas de su cama. Me da envidia.
Quisiera estar en su situación unos cuantos años más, quizá un mes o una década para pensar en todo lo que me faltó estar tranquilo.

Mirar el amanecer mientras me dirijo a la escuela se a convertido en rutina, una rutina indivisible, que apenas noto cuando mis ojos son atacados por la luz de algún coche entre la oscuridad de la madrugada.

Me pierdo en los números y las letras de un blanco inmenso y la voz monótona de algún profesor, intento colocar mi atención en un solo punto y solo consigo distraerme con nada.
El agujero de mi estómago se hace más grande, a medida que noto que desde el día anterior no comí ni un bocado.

El ruido de miles de voces en un solo cuarto me aturde, me pone de mal humor y en si hace que todo a mi alrededor se vea ridículamente desproporcionado.
Y en un montón de ruidos y letras, recuerdo en el mostrador de la cafetería que ni siquiera tenía una sola moneda para aliviar el cansancio de mi cuerpo.

Pienso.

Realmente pensar es ridículo, es una salvación a no pensar en nada y ser una roca y sin embargo pensar se a convertido en la única actividad que se realizar sin olvidar que tenía que hacerlo, es involuntario y tiene conciencia propia.

Aveces pensar me desconecta y me lleva a un limbo en un punto fijo dentro de la nada, pueden pasar horas y sigo mirándolo, como si fuera lo más impresionante que e visto en mi vida, lo peor es que ni siquiera estoy consciente que lo estoy viendo.

Me molesta la manera en la que la gente piensa, disponiendo así de tus ideas y de tu salud. Suponiendo que estás listo para escuchar un enorme monólogo de inservible rutina ajena y responder asertivamente a sus palabras.
La mayoría del tiempo tengo un enorme cansancio y peso en mis ojos.
Aún así debo de oír a las personas y darles respuesta.
Probablemente si lo expresara abiertamente la gente me catalogaría de introvertido y especial. A sus ojos no puedo callarme, si llego a guardar silencio y estar en paz un rato ellos pensarán horrores. Obligarme a socializar aunque sea tan pesado es una manera de sobrevivir.
O bien dirían que si mis ojos están cansados, mi boca y mis oídos están perfectamente bien para oír y dar respuesta a todo lo que tengan de decir y desahogar en contra de mi débil existencia todos los días por la mañana. 

Vida VergonzosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora