Noticias poco gratas.

5.2K 486 6
                                    

──Hurrem

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

──Hurrem.──Ingreso Mahidevran a los aposentos de la pelirroja.──Pensé que nunca regresarías.

La ruteniana solo sonrió y se acerco a la Caucasia, poniendo nerviosa a esta.

──No creas que no se que fuiste tu quien me puso la trampa.

──Te equivocas.──Explico Mahidevran, esta vez era ella quien sonreía.──Pero, estoy eternamente agradecida con la persona que hizo esto.

Hurrem simplemente suspiro, ¿Por qué tendría que meterse en un nuevo lio ni bien llegaba? Era cierto que era poco o nada querida en este palacio, pero si quería seguir en pie en el juego de Topkapi debía de controlarse, por ella y sus hijos.

No le daría el gusto a Mahidevran de que fuera a quejarse con la madre sultana, no lo permitiría, debía ser inteligente y astuta.

Mahidevran dio una mirada rápida a las cunas de Mihrimah y Kosem, las cuales dormían plácidamente, si algo sabia, era que Hurrem defendía a sus hijos con uñas y dientes, por lo que si hacia un mínimo comentario sobre sus hijos, ella explotaría.

──Pobres niñas.──Aquel comentario llamo la atención de Hurrem.──Es una lastima que su destino sea llorar la muerte de todos sus hermanos y terminen viviendo en el antiguo palacio.

──¡La que terminara en el antiguo palacio serás tu!

Mahidevran no dijo más y salió con una sonrisa, ya habia descubierto la debilidad de Hurrem.

༆༆༆༆༆✵༄༄༄༄༄

──¿Y bien que es lo que tengo?──Pregunto Mükerrem mientras se levantaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

──¿Y bien que es lo que tengo?──Pregunto Mükerrem mientras se levantaba.

──Felicidades Sultana.──Sonrió la medica.──Esta embarazada, Alah mediante tendrá un príncipe.

La madre sultana que estaba presente en ese momento sonrió, esta dinastía crecía cada vez más, Alah, el trono de la dinastía Osmanlí estaba asegurado.

──Daye, que repartan dulces por todo el harem, el sultán tendrá un nuevo hijo.

Daye se retiro con la mejor de las alegrías, la dinastía otomana prometía bastante por los príncipes, no tendrían problema por la sucesión del trono.

Gulsah al igual que Nigar, fueron corriendo a contarle la noticia a sus respectivas sultanas, Mahidevran tiro todo lo que habia a su alrededor, jurando matar a Mükerrem y Hurrem deseo que fuera una niña.

──Alah.──Suspiro la ruteniana mirando a su Sehzade, que ella tuviera otro, significaría el fin de Mehmet, pero ella no lo iba a permitir de ninguna manera, no permitirían que mataran a Mehmet, necesitaba más poder y que Suleiman le volviera a jurar amor eterno.──Nigar, prepara mi mejor vestido, iré donde Suleiman.

──Como ordene mi sultana.

༆༆༆༆༆✵༄༄༄༄༄

Hurrem ingreso a los aposentos de Suleiman, el hombre más poderoso del mundo, miro como su amada de cabello fuego entraba a sus aposentos con la elegancia de ninguna otra, ¿Cómo habia podido vivir tanto tiempo sin ella? Sin la dulzura de su voz, s...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hurrem ingreso a los aposentos de Suleiman, el hombre más poderoso del mundo, miro como su amada de cabello fuego entraba a sus aposentos con la elegancia de ninguna otra, ¿Cómo habia podido vivir tanto tiempo sin ella? Sin la dulzura de su voz, su mirada llena de calidez y su carácter, carácter que lo volvía loco, era la única mujer que se había atrevido a desafiarlo.

Eso era lo que más le gustaba, su carácter, a diferencia de Mükerrem y Mahidevran que solo se dedicaban a alabarlo y eran incapaces de llevarle la contra, Hurrem, con su carácter revoltoso había logrado atraparlo.

Ella no dudaba en decirle su opinión cuando estaba inconforme de algo, aunque a veces metía la pata, pero...¿Qué podía esperar? Era apenas una joven de 19 años, sin casi experiencia de vida.

──Hurrem.──Sonrió Suleiman dejando de lado los mapas.

──Mi Sultán.──La rusa se acerco a Suleiman, colocándose sobre sus piernas y sonriendo para el.

Verdaderamente Hurrem no odiaba a Suleiman por lo ocurrido, al que si le tenia odio era a Ibrahim, comprendía que Suleiman estuviera ocupado con asuntos del estados, los cuales eran su deber, pero Ibrahim...El solo lo habia hecho para perjudicarla.

Ambos compartieron un corto beso lleno de amor y se dirigieron a la cama, ambos se habían hecho falta durante ese tiempo.

~𝐿𝑎 𝑆𝑢𝑙𝑡𝑎𝑛𝑎 𝐷𝑒 𝐻𝑖𝑒𝑟𝑟𝑜.~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora