La cara de la nobleza

Descubrimiento.

Esta pequeña parte, la escribiré para describir la presa por que siento que si lo hago más adelante mientras escribo cuando entran en ella le quitara todo el toque.

La presa, para que se la imaginen más adelante, será un tipo pileta subterránea en la que se tendrá que acceder a ella desde una puerta superficial en la que después de ingresar a ella tendrán que bajar un poco para llegar directamente al agua.
 

                     {Algo así}

Ahora si sigamos en donde nos quedamos anteriormente.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

— No tengo miedo a morir líder Jin, pero me preocupo por la gente que está muriendo , le aconsejó que lejos de solo ver por el prestigio y reputación de su clan, mejor piense en las personas que están muriendo cada hora por su insensates—

— Líder Jin, por favor  , le pido que deje de comportarse como un niño caprichoso y mejor nos ayude— dijo el líder Nie.

— Prepárense para salir, partimos en una hora, necesito que estén preparados y no haya más inconvenientes— dijo Wei Ying saliendo de la habitación.

— Lo haremos Madam—

— Mama!!!, por fin sales, que dijeron—

— Nada importante, anda, vamos con Lan Zhan—

— No hace falta, estoy aqui—

—HangunYun, te a estado esperando tambien —

—No había necesidad, nada malo me va a pasar— dijo mientras acariciaba la cara de su pareja.

— No estamos seguros de eso— dijo A-yuan metiéndose entre ambos abrazando a Wei Ying.

— Tienes razón, pero te recuerdo que nada me puede matar, talvez dañar, pero no matar—abrazando a su hijo.

— Aun así, Wei Ying no debe estar solo—

— No te preocupes Lan Zhan, estaré bien, vamos a comer, me voy en poco tiempo—

— Nos vamos— dijeron ambos

— No, yo me voy, ustedes se quedan —

—  Nop, mama, ni intentes pelear sabes que no podrás contra nosotros dos—

— Tienes razon — dijo con resignación — Aun así hay que ir  a comer, no podemos pelear con el estómago vacio—
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
            Después de comer

— Bueno es hora de irnos — Dijo un Wei Ying planeando su inocente travesura—. Pero, espera, A-Yuan, pasame ese abrigo, Lan Zhan, dame ese pergamino —