Me imaginó que ya sabes de que se trata pero a un así que lo diré. Aquí encontrarás pequeñas historias sobre el personaje de Harley Keener.
Si no sabes quien es pues tristes.
Adelante, pasa y lee...
Todo crédito de la hermosa portada a @Johabepiece...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Narra Layla
2 años atrás...
Tennessee
ERA UN DÍA PRECIOSO LÁSTIMA QUE LO OPACO EL ESPANTOSO DÍA EN LA ESCUELA, en serio porque los maestros son tan insoportable y fáciles de odiar, les cuesta mucho tener piedad con algunos que si se esfuerzan por aprobar en su clase ¡Dios como quisiera quemar este lugar desde los cimientos! No me mal entiendan no odio la escuela a muerte como parece... Solo un poquito, es que es un amor-odio les cuento y fíjense que no se lo digo a cualquiera tengo unos problemas en casa no muy sencillos y pues la escuela es un simple respiro del infierno que es ahí dentro... Ya, mejor me callo, de igual forma a nadie le interesan estas cosas.
— ¿Qué tal si robamos un banco y terminamos apostando todo en las Vegas?—la voz de Harley me saco de mi narración mental, dirigí mi mirada hacia él, apenas salíamos a tomar camino a nuestros hogares.
— ¿Cómo?—mi voz salió rasposa, volteo a verme esa sonrisa que ilumino tantos días oscuros se hizo presente.
—Vamos, sabía que no me escuchabas para nada—reí con su tonto intento de traerme de vuelta a la tierra—. Aunque si quieres no es broma.
Reí con fuerza, amaba este chico. Amigos desde que tengo memoria.
—Me parece perfecto, y tal vez hacer de tu grandioso Tony Stark nuestra señora de limpieza. Eso si estaría divertido—me burle, aún recuerdo cuando tenía diez y a mitad de la noche mi bobo me llamo diciendo que había un vengador en su garaje, me burle durante semanas.
—Si, si búrlate —rodo los ojos, golpee su brazo con mi hombro para molestar—Cuando sea un vengador no te voy a invitar a mis súper misiones.
—Tranquilo bobo, yo seré la súper criminal que tendrás que derrotar—lo mire de forma amenazante—. Y te diré, soy increíblemente temible.
—Si claro, enano de medio metro — siguió caminando con diversión, deje caer la bicicleta que venía sosteniendo a mi costado y lanzarme a su espalda como si fuera un gran koala.
— ¡Retrate!—le grite en todo el oído, como adoro molestarlo.
— ¡Jamás!—grito de vuelta— ¡Auxilio! ¡Un duende del arcoíris cree que tengo su oro!
Tape sus ojos con ambas manos lo que provoco que tropezáramos y cayéramos dolorosamente en el pavimento... O más bien que Harley amortiguara mi caída.
