Me imaginó que ya sabes de que se trata pero a un así que lo diré. Aquí encontrarás pequeñas historias sobre el personaje de Harley Keener.
Si no sabes quien es pues tristes.
Adelante, pasa y lee...
Todo crédito de la hermosa portada a @Johabepiece...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Narra Harley.
ME ENCONTRABA SALIENDO DE LA ESCUELA. Hoy fue un día pésimo, mi alarma no sonó, llegue tarde a clases, perdí un examen importante, y me patearon el trasero en educación física. Sí, no fue un día fácil, y más sin ella.
Les cuento hace dos años mi mejor amiga Layla despareció sin dejar pista, se le estuvo buscando por meses pero no hubo resultados, lo cual me desilusionó. Sus padres decidieron cerrar el caso, organizaron un funeral enterrando un ataúd sin su cuerpo, me negué a creer que este era su fin. Desde entonces la estoy buscando entre mar y tierra, aun así parece que se hubiera esfumado como un fantasma en la noche. Toda esta situación me destrozó por completo.
Traía unos carteles en mis manos, caminaba devuelta a casa. Acababa de salir de la biblioteca de imprimir más carteles de su foto, mañana tenía planeado tomar un autobús para ir a la ciudad más cercana de nuevo para ver si había algún resultado... Algún indicio.
El que sea.
Atravesé el marco de la puerta, deje las llaves en la mesa de madera, me quite mi abrigo. Llamé si había alguien en casa, no hubo respuesta. Subí las escaleras hacia mi habitación. Entre, saqué mis zapatos tirándolos para algún lugar de mi habitación, no era secreto que mayor parte del tiempo era todo un desastre. Deje los carteles sobre mi cama y comencé a buscar un boleto de autobús en mi laptop hasta que alguien toco mi puerta.
Brinque de susto, no había escuchado el mínimo ruedo o capaz solo estaba absorto en la pantalla.
—Toc, toc—levante mi mirada encontrándome con mi madre en el marco de la puerta— ¿Estudiando?
—No precisamente—conteste, llevaba un emparedado en un plato que dejo en mi mesa de noche—.Gracias, amo tus emparedados.
—Ya lo sé. Cuéntame ¿Cómo te fue hoy?—se sentó en el borde de la cama, deje mi laptop a mi lado.
—Eh bueno, no fue mi mejor día—hice una mueca, mi madre sonrió levemente en modo de consuelo—. Puedo decir que mi cuerpo duele, y mucho.
Se río, amaba escucharla reír tan genuinamente. Solía ser una mujer que trabajaba demasiado todo el tiempo llegaba cansada todas la noches del trabajo y aun así cuido de dos niños la gran parte del tiempo, ella es muy fuerte pero cada persona tenía un límite.
—Eres un flojo—le di una mirada ofendida por ese comentario—. Dentro de un rato me voy.
— ¿De nuevo? Acabas de llegar, mamá —cuestione, les dije trabaja demasiado para mi gusto. Le dije que trabajaría para que hubiera que ir la mitad de las horas pero como una obstinada se negó.
