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"¡De ninguna manera! ¿De verdad?" le preguntaste a Liz en estado de shock. se rió tímidamente, dándose la vuelta para ocuparse de limpiar un vaso. "Liz, mi amor, estoy encantada de escuchar esto. Realmente te lo mereces". te entusiasmaste con la noticia que te trajo Liz, que cree que ha encontrado a alguien a quien ama más que a nadie.
Enderezaste un pliegue de tu largo vestido de lentejuelas mientras ajustabas tu posición en el taburete. tus manos sosteniendo el vaso lleno de licor frío. "A menudo desearía tener tus habilidades de maquillaje". suspiraste soñadoramente, recorriendo con los ojos la brillante sombra azul que pintaba sus párpados. ella se burló. "Tú, querida, no necesitas maquillaje. Todos los chicos ya se arrodillaron a tu alrededor". ella sonríe. te inclinas hacia delante en la barra, con la barbilla sostenida por el antebrazo. "¿De Verdad?"
Liz sonríe, sus ojos se desvían hacia algo detrás de ti. su sonrisa ensancha la mirada detrás de ti. "Casi mataría por que alguien me mirara así". ella suspira soñadoramente, sus ojos regresan al vaso que estaba limpiando. te sientas, enderezas tu postura mientras miras hacia atrás. y tu corazón se desvanece cuando tus ojos se posan en él , mirándote desde el otro lado del piso. Liz sonríe ante la mirada que ustedes dos están compartiendo. "¿Por qué no te unes a tu hermosa dama en lugar de sentarte aparte de ella?" ella se ríe.
La sonrisa de James se amplía cuando se levanta de la silla, con el cigarrillo entre los dedos mientras casi se desliza por el suelo hacia ti. te ofrece su mano con una dulce sonrisa. "querida". habla, su cálida voz resuena en tus oídos. aceptas su mano, con el corazón acelerado cuando él deposita un suave beso en el dorso de la misma. no te suelta mientras se sienta en el taburete a tu lado, volteándose para mirarte. "¿Como estás, cariño?" miras su mano con una sonrisa tímida. "Estoy bien mi amor". sonríes, el rubor calienta tus mejillas.
Ustedes dos nunca dejaron la fase de 'luna de miel' de su relación. todavía te enfermabas de amor cada vez que lo veías, y James siempre se paraba y te admiraba desde lejos, como si no te tuviera ya.
Liz los observa a ustedes dos mientras sacude la bebida de James, su elección nunca ha vacilado durante los muchos años que ella lo conoce. "¿Cómo te las arreglas para estar más hermosa cada día querida?" sus ojos recorriendo soñadoramente tus facciones, bajando hasta tu deslumbrante vestido, y luego regresando a tu rostro. te ríes, escondiendo tu cara con tu mano libre. se apresura a apartarlo, sujetando ambas manos con las suyas más grandes.
"No me escondas ese hermoso rostro, mi amor". su mano ahora sostiene el lado de tu cara mientras su pulgar masajea círculos en tu piel suave. "¿Cómo estuvo tu día? Bien, espero". sonríe, dando una calada a su cigarrillo casi olvidado. mientras James exhala, ahoga el pequeño resto en uno de los ceniceros que se encuentran encima de la barra.
miras hacia tu regazo antes de volver a mirarlo, atrapando sus ojos oscuros y brillantes. "Estuvo bien. ¿Cómo estuvo el tuyo querido?" sonríes mientras te pierdes en sus ojos. James negó con la cabeza con una risita. "Estuvo bien. Mejor ahora que estás aquí de nuevo". muestra una sonrisa cursi.
