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El pequeño reloj digital era lo único que brillaba en la oscuridad de la habitación, además de la luz de los autos que pasaban al azar reflejándose en toda la casa. Eran las 2 am y todavía no había regresado. No estaba contestando su teléfono y los dos platos de la cena se habían olvidado en la mesa, sentados allí durante horas sin tocarlos. No era como si fuera la primera vez que llegaba tarde. Sabías que tenía que trabajar hasta tarde algunas noches, pero aun así, no podías evitar sentirte triste por el hecho de que tu pequeña noche perfectamente planeada se arruinó. Después de pensar unos segundos, te levantaste, miraste el reloj una vez más antes de dirigirte a la habitación y acostarte sobre las sábanas, las manos debajo de la cabeza y los ojos en la pared vacía, esforzándote por mantenerte despierta...
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El silencio fue roto por una puerta que se cerró de un portazo, seguida de un bajo "joder". Te sentaste, frunciendo el ceño un poco confundido y frotándote los ojos, sin recordar cuándo te quedaste dormido. Con un pequeño bostezo te levantaste, saliendo de la habitación y notando que la luz del baño estaba encendida.
Lentamente giraste la manija de la puerta, abriendo la puerta y notando su ropa en los azulejos blancos, esparcidos mientras estaba sentado en la bañera, con la cabeza hacia atrás y los ojos cerrados.
Colocaste tus manos sobre sus hombros, dejando un pequeño beso en su cabello mientras empezabas a apretar y frotar sus hombros ligeramente.
Respiró hondo y abrió los ojos, mirándote. "¿Te desperte?" Él susurró. Tu negaste con la cabeza, tu pasaste los dedos por su cabello, masajeando su cuero cabelludo. Sus ojos se cerraron de nuevo cuando pareció derretirse con tu toque, su cuerpo cansado comenzó a relajarse.
No pudiste evitar mirarlo fijamente, sus ojos se abrieron de nuevo mientras te daba una pequeña sonrisa. "¿Cómo estuvo tu día?" Preguntaste después de darle un pequeño beso en los labios. Suspiró y su sonrisa desapareció lentamente. "¿Podemos no hablar de eso?"
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Pequeñas gotas de agua se deslizaban de su cabello rubio decolorado entre sus omoplatos y bajando hasta su espalda. Sus dedos recorriendo la ropa en el rincón oscuro del armario.
Después de un par de minutos, suspiró y se pasó una mano por el cabello mojado, girando y tirándose en la cama a tu lado, frotándose los ojos.
Sonreíste mientras le dabas un beso en la mejilla, gateando en sus brazos y sintiendo que él te envolvía con sus brazos. Besó tu frente y pasó una mano por tu cabello, suspirando de felicidad. "Te extrañé todo el día", susurró.
Levantó la vista y le dio una sonrisa, diciéndole cuánto lo extrañabas también y cómo pensabas que iba a llegar temprano, así que le hiciste su plato favorito, pero mientras hablabas, sus ojos vagaban entre sus ojos y labios, mirando fijamente. por unos segundos antes de conectar sus labios con los tuyos.
Pronto el beso pasó de ser un pequeño beso en los labios a un beso completo y desordenado. Sus manos se levantaron mientras sostenía tu rostro, su cabeza se inclinó y el beso descendió por tu cuello.
