Capítulo 7 Pasión por la ingeniería

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Cuando deje el comedor y a mi familia atrás antes del estallido de Ulrich, no pude presenciar la escena de mi intrigante hermano asustado hasta los huesos. En cambio, ya me había dirigido a mi habitación para redactar nuevos planos. Sentía que se podía confiar en Friedrich ya que estaba dispuesto a darle el mérito de los inventos si me lo pedía. Como tal, pase la siguiente hora redactando planos para un Horno Colmena.

Ya que era el mejor método disponible actualmente para convertir el carbón en coque

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Ya que era el mejor método disponible actualmente para convertir el carbón en coque. Algo que resultaría vital en el funcionamiento de los altos hornos. Después de redactar los planos, abandone rápidamente las puertas del castillo y entre en la ciudad de abajo. El castillo de la familia Von Reichmann que se encontraba en lo alto de una gran colina en el centro de la ciudad; era un castillo bien fortificado que mi familia había ocupado durante generaciones. Presidíamos la baronía con absoluta autoridad. Respondiendo solo a Liejas, los Von Habsburgo, que gobernaban no solo el condado de Tirol sino también el ducado de Austria. Aunque en este punto, una rama cadete de la familia Habsburgo gobernaba el condado de Tirol, donde Innsbruck era la sede del poder. La condesa de Tirol había aceptado la propuesta de Ulrich de casarse con su hija mayor. Incluso yo sentía un poco de envidia por tal cosa. No solo era una hermosa joven que todavía tenía tiempo de crecer hasta convertirse en una belleza, sino que también era la hija de la Condesa, un prestigio que buscaban muchos jóvenes nobles. Yo no tenía idea de los planes que Ulrich había conspirado para lograr tal cosa. Después de todo, era inusual que una condesa casara a una de sus hijas con un noble inferior, y mucho menos con el segundo hijo de una humilde baronesa. Sin embargo, el chico lo había logrado; incluso yo tenía que darle apoyo. Ulrich ni siquiera tenía dieciséis años, pero había engañado a una condesa para que le prometiera la mano de su hija. Mientras tanto, yo estaba soltero, y sin la menor perspectiva de matrimonio en mente debido a mi débil constitución. Aunque eso cambiaría muy pronto, y tal vez algún día yo también podría casarme con la hija de una Condesa. Tan pronto como pensé en tales ideales tan gloriosos, me reí en voz alta ¿En qué estaba pensando? Tenía asuntos mucho más importantes que atender. Hablando de manera realista, la probabilidad de que lograra tal cosa sería mínima, y preferiría no molestarme con la política de la nobleza. Si podía traer prosperidad y poder a la tierra de mi familia a través del poder de la industria y la agricultura que era lo suficientemente bueno para mí, realmente no me importaban los lujosos planes de la alta nobleza. Mis ambiciones se limitaban a heredar y mejorar el territorio de mi familia. Con mi conocimiento en tácticas militares y armamento avanzado, podría defender mis fronteras de cualquier amenaza, aunque conquistar otras regiones era más fácil de decir que de hacer, y no tenía deseos de librar guerras por el resto de mi vida. Por ahora, mis ambiciones tenían que esperar; ya que todavía tenía que ganar autoridad sobre la baronía  y, como tal, tenía que conformarme con lo que era capaz de hacer. Después de llegar a la puerta del taller de Friedrich, pude escuchar al viejo gritarle a alguien más dentro; esta no era la primera vez que le había escuchado discutir, y si estaba adivinando correctamente, entonces la voz de la mujer con la que estaba discutiendo pertenecía a Lady Graetz. Algo con lo que temía tener que lidiar. No era fanático de los tontos pomposos que sobrestimaron su valor. Especialmente cuando el razonamiento de su arrogancia se debió a algún título noble que heredaron de su madre. Aunque Lady Graetz no pudo ofenderme directamente, no le impidió actuar como una idiota con Friedrich. Cuando la acalorada discusión alcanzó un grado de descortesía ya no podía tolerar, abrí las puertas del taller y di a conocer mi presencia a todos los que estábamos dentro. Antes de que ninguno de los dos pudiera saludarme, grite mis órdenes a Lady Graetz—¡Fuera!— Una sonrisa diabólica apareció en el rostro de la mujer cuando confundió la orden que había dado como si fuera para el humilde plebeyo a su lado—¡Escuchaste al joven Señor, déjanos!— mirando a Lady Graetz con frialdad—¡Me estaba refiriendo a ti!— La sonrisa malvada en el rostro de Lady Graetz de repente se convirtió en una expresión confusa mientras se señalaba a sí misma, pidiendo una aclaración—¿Me?— mire ferozmente a Lady Graetz en silencio, como si estuviera probando mi paciencia con cada segundo que permanecía en la habitación. Después de unos momentos de mirarme boquiabierta como una idiota, finalmente entendió lo que había querido decir e inclinó la cabeza respetuosamente. Aunque su tono era agradable, sus ojos estaban furiosos; nunca antes la habían regañado de esa manera; y recordaría esta humillación hasta su último aliento. Después de inclinarse ante mí, Lady Graetz dejó el taller —No necesitabas hacer eso...— me acerque rápidamente al anciano y le di una palmada en la espalda—Tonterías, su presencia sólo obstaculizaría nuestros planes. Además, tengo un nuevo conjunto de planos para ti— Como un niño en la tienda de golosinas, los ojos de Friedrich brillaron de emoción; buscó los planos en mis manos, pero se sorprendió cuando retire la mano fuera de su alcance—¡No tan rápido! Tengo una condición...— Friedrich frunció el ceño al escuchar las palabras del joven; por un segundo, sintió como si fuera a ser engañado por el joven, hasta que escuchó la condición—Necesito que te atribuyas el mérito de su invención—La boca de Friedrich casi se quedó boquiabierta cuando escuchó las palabras; nunca había esperado que el hijo de la baronesa le pidiera que se llevara la gloria por inventar lo que sabía que probablemente sería una pieza crítica en la industria del acero. Después de una cuidadosa deliberación, Friedrich estuvo de acuerdo; no necesitaba saber porqué le entregue el invento. Después de todo, probablemente incluía algunos esquemas judiciales con los que no quería tener nada que ver. Si sus cuarenta y cinco años de vida le habían enseñado algo, es que lo mejor era evitar los asuntos de los nobles—Está bien, eso está bien para mí por cierto tengo algo para ti— Sonriendo se me tío en las profundidades del taller para luego salir con una caja entre sus manos, sorprendido pregunte con una sonrisa creciente en el rostro — ¿es eso lo que creo que es? Creía que tardarías más tiempo en poder fabricarlas— — ¿crees que por que soy un poco más viejo que tu no soy eficiente? ¿Creo que me siento un poco ofendido? —Con una gran sonrisa en el rostro le respondí — y yo ahora me siento estúpido por haber dudado de ti camarada — mientras la revisaba en busca de algún defecto le pregunte a Friedrich — ¿las has probado? — Negando con la cabeza respondió —no, aunque me muero de ganas de hacerlo no sé muy bien que esperar, cuando hablamos me dijiste que era un arma capaz de disparar proyectiles a 50 m y atravesar cualquier armadura del campo de batalla pero no veo nada que me convenza de ello ¿estás seguro de que funcionara?— Manteniendo mi gran sonrisa —solo hay una forma de saberlo y es probándolo dime ¿se te ocurre algún sitio lejos de miradas curiosas? pero antes toma el nuevo plano—El hombre era mucho más inteligente de lo que jamás sería una tonta como Lady Graetz. Después de entregarle el plano a Friedrich, el hombre ya no pudo contener su emoción; una enorme sonrisa radiante se extendió por su rostro. Dentro del plano había una serie de notas sobre la conversión del carbón en coque y cómo el coque era una fuente de combustible más eficiente para el alto horno que el carbón vegetal. Afortunadamente para nosotros, las montañas que rodeaban la baronía no solo estaban llenas de hierro, sino también de carbón—¡Eres un genio!— sonriendo ante la respuesta de Friedrich. Aunque fui brillante en mi vida pasada, estaba lejos de ser lo que él consideraría un genio, pero aquí, en este mundo primitivo, probablemente era el hombre más inteligente del planeta. Me alegre de ver que alguien apreciaba mi intelecto—Entonces,¿qué tan rápido puedes poner esos tres diseños en producción?— Friedrich se rascó la barba ante la pregunta; él también deseaba desesperadamente hacer realidad los planos; después de una cuidadosa deliberación, levantó un dedo—¡Dame un mes y te prometo que tendré al menos uno de cada uno de estos diseños construido dentro de la ciudad!— estaba satisfecho con la noticia; ya que fue mucho más rápido de lo que había previsto. Estaba bastante seguro, por la expresión del rostro del viejo, de que él mismo se volvería harapiento construyendo estos inventos. Sin embargo, no me detuve; solo deje unas palabras de aliento—Asegúrate de cuidarte; pasaré de vez en cuando para comprobar tu progreso. Si necesitas financiación adicional, pregúntale a mi madre. Estoy seguro de que se las arreglará para encontrar los fondos necesarios para hacer realidad este sueño nuestro. Después de todo, estos diseños conciernen en gran medida al asunto de las finanzas futuras del reino— Friedrich sonrió y levantó el pulgar hacia mí; estaba feliz de tener un socio que compartiera mi pasión por la ingeniería. Incluso su propio hijo no expresó el mismo grado de entusiasmo por este proyecto que yo—¡Puedes contar conmigo, socio!— — Dicho esto, ¿qué tal si probamos estos nuevos juguetes? — — podemos ir al viejo molino

 Incluso su propio hijo no expresó el mismo grado de entusiasmo por este proyecto que yo—¡Puedes contar conmigo, socio!— — Dicho esto, ¿qué tal si probamos estos nuevos juguetes? — — podemos ir al viejo molino

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nadie va allí debido a la gran cantidad de ratatopos que hay por los alrededores—

—me parece bien los usaremos como blancos móviles por cierto ¿tienes alguna armadura o algo que se le parezca? quiero ver la penetración de los proyectiles ante una armadura— — creo que tengo una vieja armadura por ahí la cojo y nos vamos —Con esa...

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—me parece bien los usaremos como blancos móviles por cierto ¿tienes alguna armadura o algo que se le parezca? quiero ver la penetración de los proyectiles ante una armadura— — creo que tengo una vieja armadura por ahí la cojo y nos vamos —Con esas últimas palabras Friedrich fue a buscar la armadura y una vez que la encontró nos pusimos en camino hacia el lugar donde había dicho Friedrich que podríamos probar las armas. Habíamos cabalgado durante uno o dos kilómetros cuando por fin llegamos al viejo molino—bueno ya hemos llegado el viejo hacía años que no venia por aquí solíamos venir mi esposa y yo cuando aún éramos novios y hacer música celestial no sé si me sigues —sin prestar mucha atención a lo que Friedrich me estaba diciendo desmonte de mi caballo y saque de una de las alforjas la caja que contenían los dos revólveres y comencé a cárgalos— Friedrich cuanto más los miro más me gustan y por ahora no les he encontrado ninguna falla— — dime estas seguro de que no va a explotar. Ten en cuenta que lo que esos cilindros pequeños llevan dentro es pólvora y he visto a varios nobles perder miembros o incluso la vida por culpa de los cañones de mano — habiendo terminado de cargar las recamaras de los tambores de los dos revólveres y procedí a colocarme el cinturón con fundas para los revólveres —¿no te gustan los cañones de manos? — —pues la verdad es que no son caros, difíciles de conseguir, poco precisos, tienen poca cadencia de disparo y tienen poco alcance sinceramente no les veo ninguna utilidad ya que un arco o una ballesta tienen más ventajas— de repente Friedrich se detuvo cuando llegamos a una cerca de madera — ¿que pasa? vamos quiero probar mis nuevos juguetes — — ya te he dicho que esta zona está llena ratatopos y no he traído mi espada no voy a entrar ahí desarmado— —¿qué pasa viejo te dan miedo unos ratoncitos de nada? Qué tal si hacemos una pequeña apuesta si consigo matar diez ratatopos con mis dos armas me invitas aun trago y si pierdo yo te daré dos veces el precio de las armas—con una sonrisa picara en mi rostro sellamos el trato — no te eches atrás cuando tengas que pagarme— —tranquilo no lo haré —después de vaciar los dos tambores de munición volvía saltar la valla de madera y comencé a hablar Friedrich el cual estaba atónito por la demostración de poder y destreza que había demostrado tener con los revólveres — como demonios has hecho todo eso creía que era tu primera vez disparando cañones de mano — — y es la primera vez y tu amigo mío has hecho un trabajo excelente a la hora de fabricarlos valen cada moneda que han costado y hablando de ello toma te lo has ganado — dije lanzándole una pequeña bolsa con monedas dentro mientras me alejaba hacia mi caballo — si me disculpas tengo que volver a casa ya nos veremos — mi entras me alejaba de allí pude ver como Friedrich estaba inmóvil con cara de asombro. Y ahora que la etapa inicial de la industria dentro de mis planes se había establecido en el camino correcto, me concentraría en expandir las capacidades agrícolas de la baronía durante el próximo mes. Verdaderamente, la obra de un Señor nunca se termina...

El señor del aceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora