Capitulo 1: Recuerdo de amor

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                 25 de junio del año 2005.

Una fecha no tan agradable para Sara Elizondo, quien 2 años atrás había dejado ir al amor de su vida, cegada por el dolor de la traición y la mentira.

Franco Reyes vivía solo en su memoria y aún en su corazón, pero aquel día cuando se entero que era hermano de Libia, su mundo se desmoronó.

El amor tan inmenso que le tenía se convirtió en rencor y mucho desprecio.

Aquel hombre la amaba más que a su propia vida, pero tuvo que resignarse a vivir sin ella, a no buscarla, a no llamarla, se resigno a vivir solo con su recuerdo.

Franco cada día recordaba el rostro de Sara, las curvas de su cuerpo, su aroma, las ondas de su cabello, sus caricias y sus besos.

Aquella historia que recién había comenzado se vio interrumpida por una mentira muy dolorosa que no pudieron afrontar y cada uno debió seguir su camino.

-Buenos días señorita Sara, le sirvo el desayuno? - Pregunta Dominga

-No, gracias, no tengo apetito, iré a montar - Responde Sara.

(...)

-Buenos días Gonzalo, puede ensillar mi caballo, iré a dar un paseo por la hacienda -Dice Sara.

-Enseguida estará listo señorita Sara - Responde Gonzalo

En 10 minutos tenía su caballo listo para poder dar su paseo, montar era el pasatiempo preferido de Sara, podía estar horas enteras arriba de un caballo y no cansarse, dio un paseo bastante largo por los predios de la hacienda y retorno la vuelta a su casa,pero en el camino se encontró con una persona que no conocía y decidió frenar para investigar.

Montada en un caballo blanco de pelaje hermoso se encontraba ella, una mujer de ojos verdes claros, pelo negro, de una estatura promedio y de un cuerpo digno de envidiar.

- Disculpe, vive por aquí? Nunca la he visto - Dice Sara un poco intrigada

- Buenos días, si soy de por aquí, va mi novio es de por aquí, llegamos hace muy pocos días a la ciudad - Contesta ella amablemente

- Vaya que bueno, Sara Elizondo para servirle - Se presenta

- Un gusto, mi nombre es Ana Lucía Moreno - Se presenta la mujer

- Veo que le gusta montar y lo hace muy bien, usted también vive en hacienda? -  Pregunta Sara muy directamente

- No al contrario, yo vivo en Estados Unidos, todo lo que sé con respecto a los caballos me lo enseñó mi novio, a él le encantan - Responde Ana Lucía.

-Bueno ya se me hizo tarde para la hora del almuerzo, tendré que volver a mi hogar, pero seguramente nos veremos por estos lados bastante seguido - Dice Sara y emprende viaje

- Hasta luego Sarita - Contesta Ana Lucía y también emprende el viaje de regreso a la hacienda Trueba.

(...)

Sara llega a la hacienda y le pide a Gonzalo que se encargue de llevar su caballo a las pesebreras, hacia tanto calor ese día que decidió tomar una ducha antes del almuerzo.

Una hora después estaban todos almorzando, Don Martín, Gabriela, Jimena, Norma, Juan David y ella.

Hubo mucho silencio en el almuerzo como si a todos les doliera esa fecha en particular, era seguro que Jimena y Norma la recordaban,ellas también habían dejado ir a Oscar y Juan Reyes.

Gabriela no recordaba la fecha como tal, pero si estaba un poco molesta por los nuevos vecinos que ya estaban generando líos en los límites de su hacienda.

- Los nuevos vecinos están levantando una cerca en los límites con nuestros predios,debes charlar con ellos Sarita - Dice Gabriela bastante molesta

- Lo haré mañana mamá, hablando de los nuevos vecinos hoy me encontré con una muchacha bastante simpática cuando fui a montar, dijo que vivía allí con su novio - Dice Sara

- ¿La conocemos? ¿Es de la región? - Pregunta Norma

- Ella no, dice que viene de Estados Unidos, pero su novio parece que si es de aquí, le ha enseñado muy bien a montar - Contesta Sara algo pensativa

(...)

Mientras tanto, en la hacienda Trueba, Ana Lucía había llegado hace un buen rato, decidió almorzar y luego tomar una siesta para descansar del paseo que había dado en la mañana.

- ¿Cómo te fue en el paseo mi amor? Te gustaron los predios? - Pregunta su novio

- Es todo tan hermoso y tranquilo, me encantaron - Responde la joven

- Me alegra, cualquier día de estos podemos ir juntos - Propone el muchacho

- Claro amor, me encantaría, de hecho podrías conocer a la muchacha con la que me cruce hoy - Dice Ana Lucía

- ¿A la muchacha que te cruzaste hoy? - Pregunta Franco nervioso

- Si, me dijo que vive en la hacienda de al lado, su nombre es Sara Elizondo - Contesta Ana

Franco no necesitaba oír más, no necesitaba ni siquiera que ella se la describiera, porque el conocía a aquella mujer como la palma de su mano, sintió como su corazón comenzó a acelerarse con solo escuchar su nombre, las manos le empezaron a sudar, hacia tanto tiempo que no hablaba de ella.

- ¿Amor pasa algo? ¿Conoces a esa mujer? - Pregunta Ana Lucía bastante desconcertada

- No claro que no, para nada, no tengo idea de quien es ella - Responde Franco todavía sorprendido

Las horas de aquel día pasaron, ambos habían estado trabajando en su hacienda, cuidando sus caballos, y haciendo lo que amaban. Llegó la noche y sus mentes se llenaron de tormentosos recuerdos.

Sara recordaba la relación hermosa que había tenido con Franco antes de enterarse que era el hermano de la amante de su padre.

Franco recordaba como Sara lo calmaba cada vez que tenía un problema, desde que su novia se la había nombrado no había dejado de pensar en ella ni un minuto. Necesitaba verla, saber como estaba.

Lo mismo de siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora