"Si nos haces daño" amenazó Carl "se lo diré a todos"Negan resopló ante eso.
"Nadie te creerá, pero adelante. Puede que te haga parecer loco y te encierren... en algún lugar frío y oscuro"
Carl dejó escapar un sollozo mientras se sentaba de nuevo en el sofá. Se sentía como un prisionero en su propia casa, bueno porque lo era.
"¿Qué pasa contigo y esa chica? ¿Están juntos?" Negan cuestionó, más por curiosidad que otra cosa.
"No lo somos", dijo Carl claramente. Tenía que escabullirse de alguna manera e ir al menos a explicárselo a Enid. Ella le creería. Ella solo tenía que...
"Por la forma en que te miraba, apuesto a que tiene sentimientos. Es una pena que no vayas a su fiesta..."
"¿Por qué no ves tu desastre en lugar de amenazarme?" Carl exigió "no tienes tu cuerpo en caso de que no te hayas dado cuenta. Debería ser la menor de tus preocupaciones".
Negan gruñó molesto.
"No te preocupes cuando aparezca tu papá, dejaré de gastar mi tiempo contigo, pero eres el hijo de mi enemigo. Estás a mi merced una vez más y me encanta, a pesar de las desafortunadas circunstancias. Yo Haré que tu santo padre se arrodille y suplique mi perdón cuando aparezca.
Carl se puso de pie. No podía soportar estar en la misma habitación con Negan. Recogió a su hermana para llevarla a su habitación. Lejos de Negan.
"¿A dónde vas?" Negan cuestionó en un tono exigente.
"Llevaré a Judith a dormir a su habitación, no puede estar cercas de ti", dijo Carl con frialdad.
"Hmm..." Negan dijo arrastrando las palabras "pon a Judith a dormir y vuelve aquí. No he terminado contigo. Tú y yo haremos la cena, como la última vez. Un momento de unión entre padre e hijo..."
Carl suspiró en la miseria. ¿Qué había hecho él para merecer esto?
"No quiero..." murmuró, tratando de evitar lo inevitable.
Negan le sonrió y no en el buen sentido. Era muy raro ver la cara de su padre con esa mirada.
"No te preocupes, Carl. Ve ahora y te estaré esperando. No me hagas ir a buscarte" amenazó.
Carl asintió de mala gana. No estaría arriesgando a su hermana, ser desafiante con Negan no serviría de nada. Pronto su padre entendería lo que había pasado y vendría a salvarlos o al menos eso deseaba.
Negan vio a Carl llevar a su hermanita al piso de arriba y caminó hacia la cocina de Rick, que ciertamente estaba muy bien limpia. Era hora de hacerlo un desastre, una vez más.
Siempre le había gustado cocinar. Sería una forma de olvidar lo raro que se sentía con el cuerpo de Rick. Negan suspiró para sí mismo con frustración. ¿Quién creería que habían intercambiado cuerpos? Cuando se parecía a Rick, simplemente no podía regresar al Santuario. Tampoco podía hacerle daño a Rick, a pesar de querer hacerlo. Estaban en el cuerpo del otro. Si lastimara a Rick, estaría lastimando su propio cuerpo.
Negan sintió que la desesperación y el miedo lo llenaban y no le gustó nada.