Capítulo 2

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Alaia

Me doy un último vistazo en el espejo. Llevo puesto un vestido largo color rojo con escote en la espalda, el vestido se moldea a mí figura; y no es por presumir pero me veo como la misma Diosa del Olimpo. Últimamente no estoy usando mucho maquillaje, solo rimel, rubor y labial.

Que perfecta soy.

A veces puedo llegar a ser muy narcisista, pero me encanta, me encanta mi personalidad y mi forma de ser.

La puerta de la habitación se abre y entra Alek y Stefanno. Ellos me miran de abajo hacia arriba y desde aquí puedo notar que me están comiendo con la mirada. También me puedo imagino todos sus pensamientos sexuales en este momento.

-¡Al fin aparecen! Los niños los extrañaron.

-¿Sólo los niños? -pregunta Alek. Se acerca a mí y me da un casto beso en los labios para luego pararse a mi lado.

-Por supuesto que yo también los extrañé, pero, no estamos hablando de mi.

-¡Lo sentimos nena! Solo estamos tratando de hacer otros lazos en el negocio... eso te lo contaremos después.

Stefanno camina hacia mi y me besa, no es un beso dulce, es un beso feroz y lleno de deseo. El beso es interrumpiendo cuando Alek aclara si garganta.

-Pero por favor compartan. -sonríe de medio lado.

-Los espero en 30 minutos en el restaurante, así que no quiero que lleguen tarde y no dejen plantado a los niños, a ellos no. -me doy la vuelta para salir, pero, recuerdo algo más así que me volteo. -Luego hablamos acerca de los negocios porque yo también soy la jefa.

-Como órdenes mi amor. -dicen al mismo tiempo. Yo les sonrío y me doy la vuelta para salir de la habitación.

Camino hacia el restaurante, antes le había enviado un mensaje a Nina diciéndole que llevará los niños a cenar. Paso entre la multitud, los hombres de ese lugar me miran con deseos y una que otra mujer también, las demás me lanza miradas de odio.

La verdad son ellas las que tienen que controlar a sus hombres, yo no estoy haciendo nada malo, ni siquiera les estoy coqueteo.

Llegó a nuestra mesa y ahí está Nina junto a los gemelos. -¡Hola Nina!

-¡Hola señora Nóvikov-Salvatore! -levanto mi ceja izquierda. -Perdón, hola Alaia. -le sonrío

-¡Hola mis bebés! -le doy un beso a cada uno en la frente, para luego sentarme frente a ellos. Nina está sentada junto a ellos, así que, no voy a llevarla de ahí.

-¿Y nuestros papis? -pregunta Aleksai haciendo puchero. -ambos van vestidos de traje negro y lucen como unos hombrecitos idénticos a sus padres.

-Si, ¿dónde están mis papis? -se une a la conversación Massimo.

-Ya vienen, se estaban terminando de arreglar. -les doy una sonrisa cálida. Ellos rápido olvidan el tema. Por mi parte me pongo a charlar un rato con Nina.

-Cada vez que veo a los niños me da tanta alegría. Yo nunca tuve hijos, el amor de mi vida lo mataron en la guerra y fui hija única. En fin, mi vida fue un desastre. -me da un sonrisa triste.

-No digas eso Nina, quizás no pudiste formar una familia, pero, la vida te dió una. Los niños te adoran, y bueno nosotros también. -agarro su mano y le sonrío tratando de animarla.

-¡Buenas noches bellas! Llegó su príncipe. -pongo los ojos en blanco y los niños se ríen.

-¡Hola Nina! -le da un beso en la mejilla y la mujer sonríe.

JUEGO DE TRES (En pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora