Capítulo 5

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Narrador omnisciente

—¿Hace cuánto pasó esto? —pregunta Victor.

—Hace como una semana aproximadamente.

—¿Crees que los que pusieron la bomba en mi París tengan algo que ver con lo del cargamento? —dice Adler.

Todos en la sala están en silencio. Algo le dice a Stefanno y Alek que quizás Hanna tengo algo que ver con esto.

—A eso voy. —Dael hace una pausa y se queda debatiendo si decirlo a no. Es como si temiera en decirlo porque sabe que quizás Victor se enoje mucho. —Victor tú dijiste que nadie sabía de qué tenías una casa en París, entonces ¿no crees que Hanna tenga algo que ver o que ella le comentara a alguien?

—Calláte hijo de puta. —Victor se levanta en de su asiento y le propina un golpe en el rostro a Dael, este cae en el piso y se pone la mano en la nariz de la cual brota mucha sangre. —No vuelvas a mencionar a mi mujer.

Dael se queda en silencio queriendo devolverle el golpe pero decide calmarse. Victor se va del lugar con los puños apretados. Por otra parte Stefanno ayuda a levantarse a Dael y Alaia busca hielo paga ponerle en la nariz.

—Creo que tienes el tabique desviado. —le dice Alaia mientras le coloca hielo.

Dael le dice a Alaia que quite el hielo y el mismo agarra su  nariz y se acomoda el hueso.  —¡Maldición! —se queja del dolor, sintió como si se le hubiese bajado la presión. Volvió a colocarse un poco de hielo y se retiró del lugar

—Yo puedo mandar a alguien que investigue a Hanna, porque si le decimos a Víctor se pondrá a la defensiva. —Alaia y sus esposos se quedan en silencio pensando. —Yo la verdad no confío mucho en ella. —termina de decir Adler.

Alaia se sienta de nuevo en el sofá. —No creo que Hanna este detrás de todo esto, no tiene como.

—Ponle a alguien que la siga, a ella y sus padres y cuando tengan todo nos informa. —dice Stefanno con un tono bastante serio. —Con permiso.

—Y si es culpable la vamos a destruir. —Alek toma el rostro de Alaia. —No me importa que sea la esposa de tu hermano.

Alaia siente.

—Iré a hablar con Víctor.

Alaia camina hacía el patio, Víctor está parado mirando a la piscina fumandose un cigarro. lo conozco a la perfección sé que por su cabeza están pasando muchas cosas.

El corazón de Víctor le dice que Hanna sería incapaz de traicionarlo, pero, su cerebro le dice que quizás todo esto tengan sentido, ella era la única que sabía que estarían ahí.

Pero,  ¿que gana Hanna con eso? es una pregunta que Victor se hace y aún no consigue la respuesta

—Vic, ¿te encuentras bien? —pregunta Alaia.

Victor no se voltea, sigue fumando su cigarro.  Su mente está muy confusa, y tiene que aclarar esa confusión cuando antes, antes de que todo se salga de control.

—Solo estoy pensando. —le da una última calada a su cigarro para luego tirarlo al piso y pisarlo.

—¿Quieres contarme? —Alaia pone su mano en el hombro de Víctor. Él por un segundo tuvo las ganas de abrazarla pero se contuvo.

—Sentémonos.  Victor se quita sus zapatos y medias para sentarse en el piso y meter sus pies en la piscina.  Alaia lo imita, deja sus tacones a un lado y se sienta junto a Víctor.

Victor saca la pistola que tiene en su espalda, la observa y siente como vuelve a llenarse de rabia. Él ama a Hanna pero no va a permitir que ella le haga daño a los suyos, primero la mata.

JUEGO DE TRES (En pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora