𝘔𝘐𝘌𝘋𝘖

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No puedes terminar
Una relación por cualquier cosa
Pero tampoco puedes sostenerla
A pesar de todo.




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Había vuelto, había vuelto a las prácticas, pero ya no era como antes. Ya no peleaba con Hinata y lo egocéntrico de tsukishima ya no lo afectaba, estaba devastado, sucio. Sentía miedo, miedo de aquellos alfas que antes consideraba su familia, ahora no podía ni estar cerca de ellos gracias a oikawa. Cada vez que suga se acercaba para preguntarle o calmarlo reaccionaba de manera asustada y cobarde, alejándose de él.

Al igual que con Hinata que buscaba su atención, buscando la excusa de sacar la pelota, pero no podía ni siquiera mirarlo sin pensar que le van a hacer algo, el ya no era Kageyama Tobio; el gran omega orgulloso, ahora era Kageyama Tobio; el Omega, sus latidos se volvía fuertes y rápidos cada vez que un alfa lo tocaba, entrando en pánico, desapareciendo la mitad de la práctica.

El ya no era Kageyama y su equipo lo notaba, pero hasta ahora los únicos que se pueden acercar a él son yachi, Yamaguchi y  narita por ser betas.


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Kageyama estaba en una de las bancas de afuera del gimnasio, abrazando sus piernas que estaban contra su pecho, con la cabeza entre ellas ocultando sus lágrimas, se sentía fatal, tanto por ignorar a aquellos que consideraba, no, que considera familia, por mentirle por tanto tiempo, pero no podía decir nada, seguramente si hablaba y lo miraban con asco y desprecio, no quería eso, pero tampoco quería ignorarlos. Sus feromonas inconscientemente fueron expulsadas, ese olor a melancolía lo podría oler cualquier Alfa, eso alarmó a su equipo.

—¿Qué es ese olor?-

Pregunto tsukishima, tapando su nariz al sentir tan profundo olor.

—No lo sé, pero hace que me mareé mucho–

Hablo Hinata, que se tambaleaba de un lado a otro entre los brazos de Yamaguchi, que miraba como todos los alfas se tapaban la nariz evitando el olor, el al ser un beta no le hacía algún efecto, pero podía percibirlo levemente

—Chicos, creo que es Kageyama– Dijo al fin.

—¿¡Kageyama?!- Dijieron todos al unisono, el beta solo asintió sintiendo todas las miradas en él.

—¿Cómo estás tan seguro, Yamaguchi?– Ennoshita estaba preocupado, si era Kageyama algo muy malo estaba pasando.

—Es el olor a arándanos de Kageyama, pero podridos, además de que está afuera como una mujer que la dejaron plantada en un bar– Aclaro señalando a Kageyama por la ventana que se veía.

Todos lo miraron fijamente, se escondieron cuando Kageyama jiro su cabeza. Si era Kageyama, tenían que averiguar que pasaba, pero no podía acercarse o terminarían mareados. Así que la mejor persona para el trabajo era —¡Yamaguchi!-

—¿Eh..?-

Podrían mandar a Narita o Yachi, pero yachi estaba con su pareja y Narita no era como si tuviera tanta confianza con Kageyama como el peli verde.



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Yamaguchi ya estaba afuera, a la fuerza, pues no quería meterse en los problemas de Kageyama, pero necesitaba que, se acercó lentamente al Omega sin hacer ruido y le tocó el hombro levemente, sintió como el cuerpo de Kageyama empezó a temblar al sentir su Tacto, pero en cuanto se dió cuenta quien era sonrió internamente.

— Yamaguchi, hola-

Dijo con ese tono melancólico en su voz, al beta se le estrujó el corazón de tan sólo verlo y oírlo. Los ojos se Kageyama estaba rojos e hinchados, mientras estos también cargaban con unas grandes ojeras y su labio inferior levemente roto y rojo. Se sentó al lado de él, para establecer una pequeña conversación, pero mientras solo abrazaría al omega, este se sorprendió, pero no fue mucho hasta que acepto el abrazo y se apego a él, evitando llorar en el hombro de Yamaguchi. Pero le fue imposible y las lágrimas salieron tan rápido como la luz.

—Puedes decirme o Callarte, pero, ten en cuenta que solo queremos ayudarte -

Esas palabras hicieron llorar más al omega.

—Y-yo... Yamaguchi -

Sus sollozos destrozaban el corazón del beta, esperaba que el Omega hablara, con calma sabría que pasaba. Un par de minutos pasaron y el Omega se despegó de el.
Disculpándose primero por haber actuado de esa manera.

—No tienes que disculparte, pero es raro en ti... Nunca te he visto llorar de esa manera ¿Que sucede? —

Kageyama miro el suelo, no sabía si hablar o quedarse callado. Pero sabía que si callaba, moriría y nadie sabría porque, así que era mejor hablar que callar.

—Esta bien... Se los diré, a todos... Pero en mi casa... Más tarde —

Su voz sanaba totalmente rota, Yamaguchi asintió, se quedó sentado durante más tiempo con el Omega. No hablaban de mucho pero al menos le pudo sacar una pequeña risa al mas alto, que sin dudas disfruto antes de entrar con el dentro del gimnasio.

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Tobio Salud mental :: 000%

𝗩𝗜𝗢𝗟𝗘𝗡𝗧𝗢𝗠𝗘𝗧𝗥𝗢 › 𝐎𝐈𝐊𝐀𝐆𝐄 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora