9

112 10 13
                                    

- Mi historia comienza en la sociedad aristócrata. - Moviendo su mano para dejarla en medio de la mesa, Minos empezó a manipular la marioneta para ilustrar sus palabras, contando la atención del hombre frente de él, aunque este permanecía con una expresión entre confusión e intriga. - Si bien, mi padre no era como tal un hombre perteneciente a la nobleza, tenía el estatus y el dinero para codearse cerca de ella como si lo fuera.

- Entonces era un hombre exitoso y trabajador para llegar a ese estatus social. Llegue a tener misiones de incognito donde involucrada estar rodeando de aristócratas. Y... - Su rostro adorno una mueca recordando esas misiones. Debido al hecho que tuvo que ir junto a Sísifo, pero vestido de mujer para pasar por una pareja. Se quería clavar un puñal desde el primer momento de recordar que acepto eso (Desde su perspectiva), Humillarse así, habiendo llamado desgraciadamente la atención hacia su figura solo agradeciendo a Sísifo que logro ayudarlo a desviar las miradas que estaban dedicándole. - Digamos que se como atesoran el estatus de nobles.

- Me alegra entonces que tengas una idea, aunque no la parezca la vida en alta sociedad no es nada como la pintan, claramente hay sus excepciones como las que seguramente están ligadas al santuario, pero entre ellas hay muchos que usan su poder por mera codicia materialista. Almas podridas que no les importa arruinarles la vida a inocentes con tal de satisfacerse, a las que estoy acostumbrado a castigar. - Al Santo de piscis le recorrió por la espalda un escalofrió al imaginar en peor de los casos, dudada que Minos se refiriera solo matar o rebajar a otros con ese timbre en su voz. - No me es raro pensar que muchos de ellos se quedaron deleitados contigo, después de todo, tu belleza es algo natural tuyo. Lo que te hace más exótico. Las mujeres que pertenecen a la alta sociedad no les interesan poner su salud en juego para obtener una apariencia de muñeca de porcelana: Débil, pálida e infante, un proceso peligro que estúpidamente se les es aplaudido.

- Que horror. Curioso que tú, siendo quien imparte su castigo a las almas pecadoras estas lejos de ser un santo. - Ironizo cruzándose de brazos. Minos por su parte enarco una ceja soltando una carcajada.

- Es cierto, aunque yo no niego eso. Como sea. Mi madre nunca la conocí, pues su cuerpo débil no soporto en parto de tenerme. Ya sabrás porque. No obstante, a mi padre mujeres no le faltaron por lo tanto una madre a mí tampoco, mi padre se volvió a casar cuando yo tenía 7, con una mujer bastante astuta a decir verdad.

- ¿Astuta en que sentido?

- Sabía que decir y hacer para manipular buscando que se haga lo que ella deseada. Era astuta, a pesar de ser criada para ser esposa sabia sacarle provecho a la situación. Mi padre desde temprana edad me crio en clases de modales, leyes, economía, todo lo necesario para ser incluso mejor que él. Por lo tanto destacar entre ese mundo no me fue difícil, pero con el tiempo lo encontré tedioso. - Su agarre en la marioneta se tenso. A la par que su mirada se torció en recuerdos, aun con eso, el objeto en su mano era manipulado con maestría adoptando la pose necesaria que quería trasmitir en el objeto: Cansancio. - Siempre fue un ambiente de total condescendencia, falso y desagradable, aunque tanto mi padre como mi madre decían que solo tenía que mostrarles que era más astuto, por lo tanto me quedada callado y les obedecía poniéndome pendiente de mis alrededores, sin embargo muchas veces llegue a tener ganas de poder vengarme y hacer algo contra lo falso de quienes me rodeaban. Me gustada imaginarlos como mis marionetas, las cuales podía manipular y castigar en mis manos.

- ¿Qué edad tenias para eso? Por lo forma de la que hablas asumo que había intentos en contra de la integridad de tus padres y la tuya, dudo mucho que solo la falsedad de unos cuentos sea suficiente para volverte un sádico.

- 15. 4 años antes de que la Supris de grifo despertara dentro de mí. Vermer fue el nombre con el que nací, el cual ya tengo olvidado y abandonado. - Moviendo su mano libre hizo un gesto desentendiéndose del asunto. - Y en efecto, mis padres actualmente están muertos, asesinados junto a varios otros cercanos y allegados, evento que me entrego el puesto de Juez de los infiernos. Esa es mi historia y lo que debes saber de mí.

Otro camino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora