El despertar

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Silencio. Era lo único que había, lo único que envolvía a aquel hombre en la oscuridad más fría e impenetrable, mas solo de lo que nunca antes se hubiera visto. Silencio, oscuridad, frío y dolor. Era todo su mundo.

¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Un año, tal vez? ¿O eran diez quizás? El tiempo en aquel inhóspito agujero infernal era algo relativo, hacia ya tanto tiempo que no veía el sol que creía haber olvidado su calor. Tanto tiempo sin ver el mar, su hogar, o sin contemplar el cielo azul. Tanto tiempo... demasiado tiempo.

Un sonido estridente se escucha en la lejanía, y una voz despierta al hombre que yace en la oscuridad, una voz estridente y dicharachera, que grita un nombre sin cesar. "ACE".

El hombre abre los ojos y se concentra, queriendo escuchar mas, es la primera voz que oye en mucho tiempo, la primera persona que aparece en aquel lugar. Quizás, su primer amigo, su salvador.

¿? : -Chico... -Susurra el hombre entre las sombras, pero no es escuchado por nadie. Carraspea, y vuelve a intentarlo de nuevo, más alto esta vez. -Chico... -Sus palabras, ahogadas en una garganta oxidada con el tiempo, no llegan a oídos de nadie. Se desespera y lo intenta, en vano, por tercera vez. -Joven... - Se da por vencido al oír callar la voz.

De pronto, otras voces se unen a la del muchacho. Son dos hombres, y no tardan en aparecer muchos mas. Estos últimos eran guardias, habían pasado ya muchos días desde que los oyó por ultima vez, algo estaba agitando aquel infierno. Algo estaba sucediendo en Impel Down.

Se escucharon dos nombres. "Crocodile" y "Jimbe". Nombres ya escuchados por él hacía algún tiempo, nombres famosos en todo el mundo, nombres de dos miembros de los que un día fueron sus compañeros: Ouka Sichibukai.

Hace muchos años el Ouka Sichibukai fue creado para combatir a los piratas con más piratas, una idea peligrosa, y ahora realizada. Sus primeros integrantes fueron 3 hombres, de los cuales solo uno continuaba en aquella institución. Sus nombres eran Dracule Mihawk, alias, "Taka no me, Laxar Bahlazor, y aquel hombre que ahora se encontraba preso: Kuroudo Ryuga.

Ryu : -Dejadme salir... -Ryuga seguía susurrando tan alto cómo podía sin llegar a ser nunca oído por nadie. Era una sensación frustrante, y ahora sólo podía pensar en escapar, aquella luz que había llegado hasta el no podía desaparecer, aquel halo de esperanza era lo único que lo unía a la vida, a la cordura, así que se aferró a él con todas sus fuerzas, luchando por no desfallecer. -No quiero quedarme aquí encerrado... por favor... -Aquellas palabras fueron las últimas que dijo en la oscuridad. Cientos de piratas habían escapado, y uno de ellos, un desgraciado sin suerte que quería salvar la vida huyendo, decidió abrir aquella puerta que nunca antes habían abierto, la puerta que encerraba a uno de los primeros Sichibukais, a uno de los hombres más peligrosos del mundo. Abrió la puerta de Ryuga, y nada mas hacerlo, todo su cuerpo se paralizo por el miedo que transmitía aquella presencia, por tener en frente a un demonio. Por contemplar a Ryuga, "El Demonio Rojo".

Ryu : -Al fin... Libre.

Días más tarde el mundo estaba conmocionado con la muerte de Barbablanca, y la marina perdía efectivos clave con las renuncias a sus cargos de Sengoku y Garp, así como la deserción de Kuzan tras su derrota ante Sakazuki. El mundo acababa de sufrir un gran cambio, y aquello hizo que nadie notará la falta de un fantasma del pasado como lo era Ryu. Aquella cortina de humo fue la clave para que Ryu lograra escapar, para que volviera al NM, su hogar, y recuperara su poder poco a poco, después de años de inanición. Para que El Demonio Rojo resucitara...

One Piece: La historia jamás contadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora