Con la caída del sol, la reyna Aemma comenzó su labor de parto, el rey Viserys se encontraba en una importante reunión por la cual no podía presenciar la llegada de su heredero al trono de hierro.
Aemma estaba siendo acompañada por un compañero de la infancia, primo lejano de tal y las parteras, a medida que pasaba el tiempo Aemma se desorientaba por el cansancio y se veía cada vez más agotada.
Un llanto de bebé le presento una sonrisa en los labios, pronto se borraría por el dolor intenso que sintió en el vientre.
—Que pasa? —Pregunto Amond, el fiel compañero y primo lejano de la reina.
—Bueno, puede ser que...
La partera se bajó a la altura de la reina para revisar una vez más y con ayuda de sus manos sacar otro bebé.
—Gemelas... —Pronuncio feliz Amond.
—Gemelas. —Con una delicada, agotada pero feliz voz hablo Aemma.
Una pequeña sonrisa se formó en la boca de Aemma quien tomó a la niña que nació de último en sus manos y la colocó en su regazo.
—Ya se que nombre les pondré... —Acaricio la mejilla de la pequeña en su regazo. —Ella será Rhaenyra, la que tienes en brazos será, Rhaneirys.—Dijo mirando a la pequeña en los brazos de Amond.
—...
—Debes... llama a Viserys...
—Aemma, recuerda tu promesa. —Habló Amond con un tono serio.— Entrega a una de las niñas. —Amond colocó a Rhaneirys en los brazos de Malya Craviel, esposa de Amond Craviel Arryn.
Aemma estaba sorprendida ya que no esperaba tal acción de su primo Amond, no pudo decir alguna palabra al momento, tan solo escuchar las crueles palabras que salían de la boca de Amond le revolvian el estómago una y otra vez.
—No tienes dos hijas, solo tuviste una niña. —Asentía mientras miraba directamente a los ojos cristalizados de Aemma. —Entendiste?
—No... no. —Desorientada mira a sus hijas y les sonríe. —Mira, mira a mis hermosas niñas... —La voz hostil de Amond la interrumpe y asusta.
—No puedes romper tu promesa! Aemma, solo tienes una niña.
—Son mis hijas. —Pronuncio con voz trémula. —No puedes hacerme esto...
Una jovencita que ayudaba a las parteras se acercó a Amond y le susurró al oído que el rey Viserys estaba en camino y no tardaría en llegar.
—Aemma, hiciste una promesa! —Amond presionó una de las sábanas acercándose al rostro de ella. —Jura que no le contaras al rey Viserys. — hablo entre dientes con voz arisca.
—No! —Insistió Aemma.
—Juralo!
—Es mi niña... —Dijo con voz atona mientras unas lágrimas bajaban por sus mejillas.
—Solo tuviste una hija. —Dijo distante y con frialdad en su voz para luego darse la vuelta.
—Oh... —Aemma cerró sus ojos e inclinó su cabeza hacia abajo con tristeza aceptando lo que Amond le reclamaba por su promesa.
Amond por otro lado salió de el cuarto con su esposa Malya escondiendo a la niña Rhaneirys entre unas sábanas, y con la ayuda de sus guardias zarparon rumbo a su hogar en un barco.
Viserys dio la bienvenida a Rhaenyra Targaryen, para él su única hija mientras que Aemma sabiendo la verdad prefirió callar y continuar.
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♔︎|•Targaryen Blood•|♔︎
FanficUna promesa debe ser cumplida mientras que dos almas son separadas. Con la caída del Rey Viserys y la danza en pie ellas serán encontradas. Danzaran con el fuego una con la otra y nadie podrá pararlas.