♔︎|•Targaryen Blood•|♔︎

4- Desembarco del rey.

Las olas chocaban contra el barco mientras que el viento soplaba su cabellera blanca. Rhaneirys Targaryen o Craviel por parte de Amond, su padre adoptivo, iba en camino hacia el desembarco del rey, su lugar de nacimiento.

Ha petición de Rhaneirys quiso que Amond le mostrara el lugar, estando ella encubierta claro.

—Se ve hermoso desde aquí. —Dijo contemplando el paisaje.

—Puedes notar que estamos llegando. —Amond le hizo un gesto hacia su cabello.

—Ah, claro. —Rhaneirys cubrió su cabello con una capucha. —Un simbolo de oprecion hacia mi persona.

—Más bien te protego, lo sabes. —Le contesto Amond.

—Claro. Es lamentable que Heost no haya podido venir a este viaje.

—Heost es un bastardo, hijo de un Targaryen y una Craviel. La identidad del padre no es conocida, pero es seguro que no es el rey o su hermano. —Amond se arrimó de la borda. —Los craviel nunca hemos tenido contacto cercano con los Targaryen, bueno, algunos, como sabes Aemma era mi prima lejana, por ende pude convivir algunas veces con el Rey.

—Como es él, el rey. —Pregunto.

—Tu belleza fue adquirida por tu madre, Aemma, tu padre es, como decirlo, la adultez no le ha favorecido bastante, no digo que sea feo, pero bueno.

—Algo más específico?

—Su cabello es blanco. —Rhae le lanzo una mirada de mala gana. —Es largo, también es relleno, no tanto y no sabría que más decirte.

—Pesima descripción.

—Lo sé.

Rhaneirys se alejó de la borda, bajo de la cubierta hacia su habitación en el barco, era pequeña pero acogedora, se recostó en la cama pensando y luego quedó dormida.

Una hora después Amond le llamó, habían llegado a la orilla y tenían que bajar de el barco.

—Así que aquí vive mi verdadera familia. —Rhaneirys bajó junto a Amond.

—Sí, pero ten cuidado, no puedes andar diciéndolo en voz alta, recuerda cubrir tu cabello en todo momento.

—Sí, claro.

Amond y Rhaneirys caminaron adentrándose al lugar, contemplando las calles llenas de personas y junto a dos guardias que les cuidaban llegaron a una casa de alquiler.

—Aquí estaremos por ahora.

—No pudiste conseguir algo mejor, Amond? —Pregunto Rhaneirys viendo el lugar.

—Dije por ahora, no nos quedaremos en este lugar mucho tiempo.

—De acuerdo. —Miro por el ventanal. —Puedo salir?

—No, sola no.

—Vamos, no confías en mi?

Una mueca de parte de Amond se hizo relucir.

—Eso que quiere decir? —Arqueo una de sus cejas.

—Confio en ti, pero no confío en los demás. —Amond se dio la vuelta hacia ella y cerró levemente sus ojos. —Me llaste Amond.

—Es tu nombre ¿no? —Se encogio de hombros.

—Solías llamarme padre no hace mucho.

—Lo hacia, pero no eres mi padre, no eres mi verdadero padre, me aléjaste de él, por una estupida promesa.

—Puedo comprenderlo, pero-

—No. Deecho no creo que puedas  comprenderlo.

Hubo un silencio de varios segundos, Amond bajo la cabeza y se retiró del cuarto mientras que Rhaneirys se sentó en la cama contemplando por el ventanal las nubes.

Las horas se hicieron eternas pero calló la noche, Amond dormía junto a Rhaneirys y los guardias cuidaban fuera del cuarto.

Rhaneirys se levantó y miró por el ventanal como las personas se paseaban por las calles y callejones tomando, besándose e incluso haciendo "magia".

Miro la cama donde dormía Amond y luego tomo unos harapos de un armario, estaban abandonados allí por algún antiguo inquilino.

Se colocó la ropa y camino al ventanal mirando el pequeño espacio que había donde podría poner los pies para bajar.

Sosteniéndose de pequeños huecos salio por el ventanal y solo con la parte delantera de los pies camino por el estrecho espacio hacia otro ventanal. Ya en el otro ventanal examinó el árbol que tenía en frente, una de las ramas hanchas estaba cerca, aunque el árbol se veía algo viejo, Rhaneirys colocó sus manos en aquella rama y se balanceo hacia otra más cerca de aquel árbol.

Mientras bajaba se topó con una rama algo quebrada y sin darse cuenta colocó el pie cayendo al suelo, como ya había bajado un poco la caída no fue fuerte.

—Mierda. —Se levanto y cubrió su cabello nuevamente. —Salió mejor de lo que esperaba.

Camino hacia adelante adentrándose en la multitud de personas, le parecía fascinante ver lo libre que eran y ver las cosas nuevas que hacían.

—Oh, no gracias. —Nego ante una señora que tomó su mano para leerle el futuro. —No quiero ver que me espera el futuro.

Siguió caminando por aquel lugar, tenía algo de dinero, compró bebidas no tan sanas. Rhaneirys aunque no estaba ebria se encontraba algo confundida con algunas cosas.

Luego de una extensa caminata se topó con un hombre que la miraba fijamente, aparentemente estaba ebrio, su cabello era blanco y corto.

Aunque la descripción de Amond de el rey decía que claramente tenía el cabello largo ella pensó que aquel hombre podría ser el rey.

Camino hacia el sonriendo, después de todo estaba ebrio y no lo recordaría.

—Eres el rey? —Pregunto.

—Rhaenyra, no quise, eres mi sobrina, yo solo...

—Oh, no, yo no soy Rhaenyra.

—Hmm?

—Ya dije bastante, supongo que eres mi tío. —Rhaneirys lo miró de pies a cabeza y le dio una palmada en el pecho. —Nos vemos, algún día.

Luego de esto se dio la vuelta y camino por un callejón donde chocó con un muchacho.

—Lo sien- —Sus miradas chocaron por un segundo, de inmediato se dio cuenta quien era, después de todo tenían la misma cara.

—Yo también lo siento, muchacho. —Respondio Rhaenyra, aunque no miro bien de quien se trataba tuvo una sensación extraña.

Rhaneirys se cubrió rápidamente y corrió en dirección contraria hasta llegar a donde se hospedaban.

Volvió a subir por aquel árbol y con cuidado se adentró a la habitación, se quitó la ropa sucia y se colocó la que tenía anteriormente, se adentró en la cama e intentó dormir.