2- Rumores.

284 33 1
                                    

La llegada de Amond Craviel Arryn dio mucho de que hablar en su casa, ya que era bien sabido que él y su esposa Malya Craviel no podían concebir.

Ante las constantes sospechas y preguntas, ambos debieron permanecer en bajo perfil, siendo así llevados hacia el sur de las tierras donde permanecerían un largo tiempo.

-Las mujeres del pueblo hablan, Amond. -Dijo Malya ante su preocupación.

-Que sigan hablando, no nos interesa. -Amond retiró su armadura haciéndola a un lado.

-La niña tiene el pelo blanco! No pensaste en que eso podría atraer a personas?! Justo después de ir a visitar a Aemma, quien muchos saben que acaba de tener un parto. -Reclamo Malya.

-Guarda silencio Malya! -Respondió Amond enojado. -Ya se que los demás hablan, pero eso no importa, lo importante es que tenemos una hija que debemos cuidar, no era lo que querías? Una hija. -Amond se levantó y camino hacia donde se encontraba Rhaneirys.

Malya no dijo alguna otra palabra y solo camino a su lado, tomando a la pequeña en sus brazos al estar cerca y acurrucarla.

Meses después Malya Craviel murió de causas inexplicables, siendo encontrada por su esposo, Amond, en su cama mientras dormían.

Dada la situación, Amond y Malya vivían en una pequeña casa a las afueras del pueblo, por ende no tenía como darle un sepulcro decente.

Amond ordenó a sus pocos guardias quienes solo estaban para protegerlos de algún maleante que se asomara por las zonas, ayudarlo a llevar el cuerpo a las orillas del mar.

Con Rhaneirys en brazos, Amond veía como su difunta esposa era alejada por la marea mientras que una flecha en llamas era lanzada para quemar su cuerpo.

Pocos días después mandó a buscar a mujeres quienes cuidarian, educarían y acompañarían a la pequeña durante sus primeros años, también eran las que hacían la limpieza y comida en la casa.




(Un par de años después de la muerte de Malya Craviel)

Rhaneirys corría por el bosque huyendo de las damas que debían enseñarle modales ya que tendrían visitas esa mañana, las ramas chocaban con su rostro y se quedaban atoradas en su cabello blanco, la pequeña contaba con tan solo 8 años y ya era toda una rebelde.

Así logró por primera vez salir de el bosque, llegando a la aldea, era un lugar nuevo para ella y un tanto extraño. Al estar distraída no noto la presencia de un chico que al igual se encontraba distraído haciendo que ambos chocarán.

-Lo lamento. -Dijo el niño ayudándola a levantar.

-No es nada, fue mi culpa, no preste atención al camino. -Dijo Rhaneirys tomando la mano del niño para levantarse. -Soy Rhaneirys Craviel por cierto.

-Craviel? -Repitió el niño algo confundido.

-Sí, mi padre es Amond, Amond Craviel. -Asintió.

-Yo también soy Craviel, Heost Craviel, creo que mi familia y yo iremos a ver a tu padre. -Sonrió.

-Aah, son la visitas de las que hablaban las damas.

-Heost, con quien hablas? -Un hombre no tan mayor se acercó.

-Mira hermano, es Rhaneirys, la hija de Amond. -Respondio Heost.

-Vaya, que sorpresa... -Miro de arriba a abajo a Rhaneirys. -No es lo que esperaba, estas algo...

-Sucia, es que corría por el bosque. -Señaló detrás donde se encontraban los árboles.

El hermano de Heist, asintió disgustado y la llevó a uno de los caballos para acompañarla y llegar a casa de Amond. En el camino, Rhaneirys, que iba contemplando el cabello de Heist, que al igual que el de ella, era blanco, muy diferente de el de todas las personas que los rodeaban.

-Por que tu cabello es blanco? -Pregunto.

-Por que lo es el tuyo? -Respondió Heist.

-No lo se, así nací. -Dijo con obviedad.

-Pues así nací yo también. -Dijo Heist.

-Que edad tienes?

-Tengo nueve. -Heist la miro. -Y tú?

-Ocho.

Rhaneirys y Heist hablaron hasta llegar a la casa de Amond Craviel, donde Rhaneirys se llevó una mirada disgustada de su padre al verla toda sucia.

Los Craviel, la visita, se acomodaron en la casa y Amond se dispuso a hablar con Harrym, el hermano de Heost.

Rhaneirys quien estaba intrigada por la visita, se escabulló en los pasillos y se escondió para poder oírlos hablar.

-No voy a casarla con un bastardo. -Respondió Amond con rabia.

-Y que pretendes? Que me casé con ella? Soy 20 años mayor Amond. -Dijo Harryn. -Además, no eres quien para hablar de hijos bastardos, tu hija tiene el cabello blanco al igual que él.

Harrym tomó una pausa y camino por la habitación para luego hablar.

-Y en lo que a mi concierne, Malya no tenía el cabello blanco, tu tampoco. Amond nisiquiera podían tener hijos, así que no se de donde sacaste a la niña, pero se casará con Heost, sin importar lo que digas.

Amond no respondió y Harrym salió del cuarto, Rhaneirys salió de su escondite y camino hacia su padre.

-Que es un bastardo padre? -Pregunto.

-No deberías de estar espiando Rhaneirys.

-Ya lo se, solo pasaba por aquí. -Rhaneirys miró al suelo.

-Cuando mientes es muy notable. -Amond le sonrió.

-Bueno, no me vas a decir?

-No es algo que debas saber ahora.

Rhaneirys suspiró y camino a la salida del cuarto.

-A donde vas?

-Voy a entrenar con el señor Judith.

-No deberías entrenar, no es para niñas.

-Eso no tiene sentido. -Rhaneirys se volteó. -Las niñas deberían entrenar como los niños, así pueden defenderse solas. —Salió de el cuarto luego de decir esto.

-Podría jurar que tiene más de ocho, pero estaría mintiendo. -Dijo Amond para si mismo.

Rhaneirys llegó con Judith, uno de los guardias quien le enseñaba combate con espada, bueno, más bien combate con una pequeña espada de madera, pero algo es algo, esto mantenía a Rhaneirys distraída de lo que se encontraba mas allá del bosque, el pueblo y las personas que allí vivían.

♔︎|•Targaryen Blood•|♔︎ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora