Cinco

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—Estoy harta de que me ignores —Sana la estampó en la pared de forma violenta, después de su encuentro en el departamento de Tzuyu esta última estaba recia a verla.

Quizá su orgullo de alfa herido.

—Ignorarte es la mejor opción que tengo—dijo enganchándose de sus hombros, era fácil, ambas eran casi del mismo tamaño

—¿A sí? —pregunto, su nariz se paso por el cuello de la pelinegra en una clara muestra de afecto— eres más dócil que yo en este momento ¿celo próximo? —pregunto pasando la lengua por la piel de su cuello— ¿o solo estas de buen humor?

Sus labios se encontraron de manera ansiosa y aún así ambas buscaban llevar el control.

— Me gustan tus caderas —dijo la pelinegra, sus manos bajaron y presionaron sus caderas restregándose en ella—podrías tener buenos hijos con ellas.

—Me gusta tu abdomen, es fuerte —dijo la alfa castaña pasando sus manos y bajando a la bragueta del pantalón.

Los besos las dejaron con los labios rojos y el aroma de la otra impregnado en la piel.

— Me gustas —dijo sin pensarlo— ¿por qué no podemos ser felices? Eres mi destinada —Gimoteó sin darse cuenta

—Por qué no es correcto —dijo la castaña, sus palabras calando de manera dolorosa en el pecho de la otra.

De un momento a otro sus toques eran como brazas, sentía un ardor por donde pasarán.

—Tienes razón —dijo la alfa pelinegra cambiando de lugares.

—Me gustas mucho —dijo la castaña continuando con el beso y la alfa entre sus piernas.

—También me gustas, pero debo volver con Elkie.

—Yo con Dahyun, ambas tenemos a nuestras omegas, debemos dejar de hacer esto —suspiro sin separarse, era muy difícil romper el contacto, más en una situación comprometedora como esa.

—Entonces golpeame —Murmuró después de besarla de nuevo, el primer golpe llegó tan rápido como siempre y su escondite fue revelado.

— ¡Maestro es otra pelea! —un beta entre la multitud que se acumulaba grito.

En el calor de la pelea sus golpes conectaban haciéndonos sentir algo más profundo que un dolor físico.

— ¡Sana! — Dahyun grito a lo lejos y el enojo pudo tanto que de un golpe mandó al piso a Sana, se lamentó al instante al ver sangre salir de la boca ajena, no quería golpearla así.

—¡Tzuyu! —la voz de Elkie llegó a sus oídos casi tan rápido como el tirón que sintió cuando Sana la jalo al piso con ella y comenzó a golpearla.

Estaban desquitando sus tensiones.

Ambas tenían a una omega esperando por que cumplieran el rol de la sociedad.

No era bien visto que una alfa se enamorara de otra.

Y lastimosamente podía más la sociedad que su amor.

Y lastimosamente podía más la sociedad que su amor

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❝𝑹𝑰𝑽𝑨𝑳𝑬𝑺 - 𝑺𝑨𝑻𝒁𝑼❞ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora