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Esta historia fue escrita con el propósito de entretener, por lo que no busca ofender a nadie.

Cualquier comentario que sea en busca de incomodar y/o criticar de manera destructiva, será eliminado.

Angst: Sufrimiento emocional del personaje principal.

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Las nubes cubrían el hermoso cielo azul característico de Karmaland, dando paso a un día completamente nublado generando una leve preocupación a algunos habitantes de dicho pueblo, temiendo que sus adorados dioses estuvieran en problemas o en el peor de los caos alguien hubiera desatado su furia, aunque posiblemente jamás tendrían respuesta, ¿cierto?

Habían pasado unos cuantos días desde que el hibrido de oso se había auto proclamado cuidador oficial del chico pelinegro y justo como lo había prometido, se encargo de cuidarlo como era debido, dándole la atención necesaria y quedándose a su lado aún cuando este se dejaba llevar por la ansiedad y los pensamientos e inseguridades lo dominaban, sin importar cuantos gritos e insultos recibiera, Rubius permaneció a su lado.

Quackity por otra parte apreciaba el cariño y la paciencia que el contrario le estaba dedicando, más la culpabilidad lo carcomía cada que la ansiedad lo dominaba, cada que discutía con aquel chico de sus sueños quien le metía -a su parecer- historias falsas sobre su pasado y es que le resultaba fascinante y poco probable lo que aquel chico le decía pero en cada despertar trataba de engañarse sobre todo lo que le contaban, menospreciando aquellas aventuras que tal vez le hubieran encantado tener y es que por dios, ¿Quién no quisiera ser el dueño de una ciudad tan maravillosa? Posiblemente la respuesta era obvia, cualquier persona sedienta de poder o por pura diversión quisiera tener algo que lo haga sentir importante, alguien que vale algo.

Pero el pelinegro jamás aceptaría aquello, no quería creer palabras de alguien que posiblemente no existe y jamás lo hizo.

Ahora, el cuerpo de ambos chicos reposaban en el cómodo y recién comprado sofá ubicado en la casa del pelinegro, ambos cómodos y ajenos a todo lo que el mundo exterior les estaba preparando nada más pusieran un pie fuera de aquel hogar, cosa a la que no se tendría que esperar por mucho tiempo ya que al menor de ambos chicos se le había ocurrido la maravillosa idea de un antojito mexicano.

-No mames rubia, ¿Cómo diablos se nos fue a olvidar comprar algo tan maravilloso como la coca? ¿Qué, piensas que voy a tomar pinche agua natural? Nambre hijo, ni que fuera saludable.- las quejas del chico pelinegro se hicieron presentes nada más salió de la comodidad de aquel lugar.

-Venga deja de insultar niño y vamos por tu coca- recibió como única respuesta a su berrinche, dándole la sensación de satisfacción al lograr su cometido, ahora solo quedaba hacer que el oso pagara dicha bebida,

Y sin decir más, ambos chicos salieron del cómodo hogar del pelinegro y a pesar de aquel frío acompañado del clima pesado, para ambos chicos resulto ser agradable solo por el simple hecho de que ambos estuvieran juntos, de que ambas almas se apoyaran y divirtieran sin importar a su al rededor con el chico de cabellera negra soltando alguna que otra anécdota de la primaria provocando carcajadas en el contrario, sin duda era un ambiente tan tranquilo al que ambos se habían acostumbrado.

-Pero neta que yo ya me había preparado para los golpes y al final, nos terminamos abrazando- fue aquel el ultimo comentario y risa agradable que el chico había soltando antes de que un anuncio publicitario chocase en su cara, cuando se lo quito de forma un tanto brusca pudo leer con claridad.

"Vota por Luzu, para un Karmaland sin corrupción y seguridad"

Y entonces toda aquella felicidad que había en su persona lo abandono tan rápido, sin darle permiso de siquiera procesar todo lo que acababa de leer, sintiendo como el aire parecía abandonar sus pulmones sin darle permiso de aferrarse a una ultima calada de oxigeno, acompañado de un leve temblor en sus muñecas y una ira creciente en lo más profundo de su corazón.

El mundo del pelinegro pareció ensordecerse, dejándose sucumbir ante el sentimiento de la traición y la irá, los pensamientos llegaron como una bala a su cabeza atormentándolo sin descanso y todo eso en cuestión de un par de minutos, minutos que los sintió como horas, minutos en los que no fue consciente en el momento que su amigo lo estaba llevando de regreso a su casa olvidando por completo el propósito de su visita al pueblo.

El camino de regreso al hogar del pelinegro resultó asfixiante para el oso quien sentía un leve temblor y sudor proveniente de las palmas de sus manos debido al nerviosismo por el sepulcral silencio en el ambiente, al llegar a dicho hogar el más grande preocupado por su amigo, inicio la conversación.

-Quackity tio, ¿estas bien? ¿quieres hablar?- su voz salió temblorosa justo como temía, más no recibió respuesta alguna, ocasionando que la preocupación por su amigo creciera -Hey patito, si quieres hablar yo...

-¿De que quieres que te hable, Rubius? ¿Acaso quieres que te recuerde que es lo que hizo ese hijo de puta que me llevo al borde del suicidio? ¿¡Acaso quieres que te recuerde la clara bofetada en la cara que me acaba de dar, al demostrarme que un cabrón como él si puede postularse como alcalde!?- la voz del pelinegro salió de forma golpeada, interrumpiendo a su amigo y entonces ambos ojos se encontraron por un momento chocando emociones totalmente contradictorias algo que al final los diferenciaba a ambos.

-Yo se que esto es muy duro, se todo lo que te lastimo bastante pero tal vez es hora de que busquemos otra salida, tal vez si lo hablamos o convencemos a los demás de todo lo que ha hecho Luzu...-

-¿Crees que nos van a creer? ¿Crees que esa es la otra maldita salida, Rubius? Si es así déjame decirte que eres un iluso, eso es lo que eres, un iluso que cree que todos los malditos problemas se van a solucionar fácilmente con malditas palabras o con sexo, no se como te acomodes.- las palabras del pelinegro golpearon con fuerza el corazón del oso, sintiendo aquel dolor punsante y unas repentinas ganas de llorar, pero tenía que ser fuerte, Quackity no era así, ¿cierto? 

-Quackity, patito por favor cálmate- las manos del chico hibrido trataron de agarras las ajenas, fallando en el acto y recibiendo como respuesta un manotazo, el chico había entrado en un ataque de ansiedad notándose en su postura y perdida de una mirada cuerda y consciente.

-¡Es que tu no lo entiendes, jamás lo vas a entender! ¡Jamás vas a entender todo lo que yo siento! Solo te estas haciendo pasar por mi amigo posiblemente por ordenes de él pero ¿sabes qué? estoy hasta la madre de que se burle de mí en cada oportunidad que tiene y... si tu no estas de mi lado, vete de mi casa ahora.-

Lo último que se escuchó en aquel hogar fue el sonar de una pueta abrirse y cerrarse con fuerza.

70% antes del colapso

Final de la parte uno...

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¿Y bien? ¿Qué les pareció?

Este fue el final de la primera parte, ¿recuerdan que les dije que se modificaron y agregaron cosas a la historia? Bueno, espero les este gustando este plus.

¡Muchas gracias por haber llegado hasta aquí, votar y comentar!

¡Los amo!

Karl 

(Quedó más corto de lo que pensé jajajaja)

Cansado || Quackity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora