• P R Ó L O G O •

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Hace seis meses atrás, cuando en South Park aun predominaba la primavera, cinco chicos se encontraban tirados sobre el césped tratando de sobrevivir al calor y al aburrimiento.

Miraban al cielo despejado y azul en busca de una respuesta divina que les dictara que hacer con sus fastidiosas vidas.

Ya estaban cerca de cumplir los 17 años de edad, pero de vez en cuando se sentían como aquellos niños traviesos que vivían toda clase de aventuras. Aún algunas veces les ocurrían cosas extrañas. A final de cuentas continuaban viviendo en ese alocado pueblito montañés llamado South Park. Sin embargo, también existían aquellos días monótonos que, sin darse cuenta, cada vez eran más comunes.

— ¿Sabían que las gallinas pueden vivir durante semanas sin su cabeza?

Rompió el silencio el chico de huesos anchos, quien se encontraba recargado sobre un árbol que le proporcionaba una pacífica sombra.

Ante el dato espontáneo y curioso que soltó aquél muchacho, el resto giraron curiosos hacia él. Pero no dijeron nada al respecto. A excepción de un inocente rubio.

— ¿Lo dices en serio, Eric?

— ¿Por qué mentiría? La vez pasada salió una noticia donde un granjero consiguió que su gallina sobreviviera aproximadamente 18 semanas.

— ¿Pero cómo sería eso posible? No podría comer —se preguntaba Butters anonadado ante la noticia compartida por Cartman.

Fue así que el castaño comenzó explicar con sumo detalle el proceso que tiene que sufrir una pobre gallina para poder sobrevivir sin cabeza.

En un muy breve resumen, se necesita decapitar al ave con mucho cuidado, tratando de generar el menor daño posible al cerebro de la víctima y además, para alimentarla es necesario de un gotero o jeringa. Entre otros detalles técnicos.

Como él iba explicando se fue se uniendo a la conversación el chico de anorak anaranjado, quien no tardó en hacer bromas a las referentes gallinas. Mientras que Stan y Kyle permanecían imparciales y observando a las hormigas. Al pelinegro le generaba cierto sentimiento de rechazo el tema de una gallina "zombie" decapitada, y por ello prefería no comentar nada al respecto; y en cuanto al pelirrojo, bueno, para él sonaba como una estupidez más que no aportaba nada nuevo ¿Quién no había llegado oír en su vida sobre aquellas gallinas que tras ser decapitadas salen corriendo y a los 15 minutos caen? Quizás en realidad no muchos, pero el pelirrojo daba por sentado que era así.

—Dieciocho semanas, pobres gallinas, seguro han de sufrir mucho —comentó Butters con remordimiento tras haberse reído del tema.

—Nah, dieciocho semanas son pocas —concluía Cartman relajando sus hombros —. Te aseguro que yo podría hacer que sobrevivan seis meses, eso para que vean si sería mucho tiempo.

Y esa fue la gota que derramó el vaso.

—No digas idioteces, culón —intervino Kyle —. No pudiste ni cuidar a un hámster cuando íbamos en sexto grado ¿Qué te hace creer que serías capaz de hacer que sobreviva una gallina sin cabeza durante seis meses?

En el sexto grado, tuvieron una pequeña mascota; "Almendrita" era el nombre del hámster que hoy descansa en paz. Aquella vez a Cartman le tocó cuidarlo por un fin de semana y murió ese mismo día en las garras de su gata.

No fue la idea más brillante permitir que el chico que tenía una gata se llevara al pequeño roedor. Sin embargo, lo hicieron porque Cartman había estado insistiendo durante meses, ya que era su turno de cuidar a la mascota del salón.

—Almendrita descansa en nuestro corazones —dramatizó Kenny limpiando de su mejilla una lágrima falsa al rememorar al pequeño hámster.

—Carajo, Kahl. Eso fue en el sexto grado. Ya supéralo —dijo Cartman rodando su mirada bicolor —. Soy suficientemente capaz de hacer que una estúpida gallina sobreviva durante seis meses.

Luna de Fresa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora