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Entretenida en su reflejo admiraba su maquillaje. Después de tantos intentos fallidos Wendy asintió con una brillante sonrisa al haber conseguido hacer dos delineados idénticos, perfectos, resaltando su mirada azulada. Sin embargo, los escandalosos gritos provenientes de la casa del gordo terminaron interrumpiéndola, llamando su atención.

Ya había pasado rato desde que Stan y Kenny habían bajado de la camioneta para confirmar que todo estuviese bien. Comenzaba a preocuparse. Ella ya sabía que en ese grupo las cosas nunca eran precisamente "tranquilas" y que ellos tardarían en volver. Pero ahora se encontraba indecisa; si bajar para corroborar que no había problemas o mejor quedarse sentada a esperar. La última opción la mantenía más segura de sus locuras, mientras menos involucrada estuviera era mejor. Pero también corría el riesgo de quedarse ahí sentada hasta el amanecer.

No. Wendy Testaburger no iba a permitir que le arruinaran la fiesta de Halloween un grupo de niños inmaduros.

Resopló un poco molesta y a la vez dispuesta a bajar de la camioneta cuando de la casa del fuertecito salía un pelirrojo enfadado y vestido de sirvienta victoriana. Se quedó quieta en su asiento observando perpleja como él subía con sus mejillas rojas; azotaba la puerta con furia y se colocaba detrás del asiento del copiloto con los brazos cruzados mientras murmuraba miles de maldiciones. Juraría que alcanzó a oír alguna que otra palabra en un idioma que no consiguió percibir cuál era.

El sirviente pelirrojo, hundido en el asiento trasero, pudo sentir la mirada curiosa de la chica; quien ya no disimulaba nada y miraba detrás de su asiento con sorpresa y quizás sin la suficiente confianza de poder preguntar qué había ocurrido.

-Solo ignóralo... -resopló con molestia el sirviente.

- ¿Por qué te... Te cambiaste de disfraz? -se atrevió a preguntar Anfítrite.

-Cartman... -se limitó a responder desviando su mirada verde, avergonzado.

Con la mención de ese simple nombre la chica pudo comprender superficialmente hacia donde iba todo esto y terminó sus preguntas. Volvió a tomar asiento y no habló más al respecto. Poco después llegó su novio.

-Carajo, Kyle ¿En serio irás vestido así? -cuestionaba Stan abriendo la puerta trasera para hablar con su amigo, un poco alterado.

-No es como si tenga de otra... -respondió a regañadientes sin mirar al pelinegro.

-Vean el lado positivo, al menos Cartman no fue tan malvado y no lo hizo usar un traje "revelador" -interrumpió Kenny subiendo por la puerta que abrió Stan -. Incluso debo de admitir que te ves bien, amigo -confesó mientras extendía su mano a su pareja para que también subiera y tomara asiento junto a él - ¿Verdad, conejito?

-Si, Kyle. Te ves bien -asintió Butters con una corta sonrisa para animarlo mientras tomaba asiento a lado del cyborg -. Además una vez vi en una película en la que decían que Halloween es la única noche del año en la que podemos vestirnos como unas absolutas mujerzuelas y nadie puede criticarnos por eso.

-Butters, esa película es Mean Girls y cuando dicen eso... Bueno, se refieren específicamente a las chicas, las chicas son las que se visten de mujerzuelas; no los chicos -aclaró Wendy y después se dirigió a su novio -. Stan, ya vamos tarde a la fiesta ¿Qué importa si Kyle va vestido de sirvienta? De seguro habrán disfraces más ridículos, puede que alguien se termine disfrazando de muñequita de trapo.

Kenny comenzó a reír tras lo dicho por Wendy, lanzándole una mirada burlona a Poseidón, a quien se le comenzaba a colorear la cara.

- ¡Bien! Luego no digas que no te lo advertí, Kyle -terminó cediendo para después cerrar la puerta ligeramente, enfadado.

Luna de Fresa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora