—Y estos son Fuego, Tierra, Viento y- no Agua, cariño, eso no se toma.
Suelta una suave risa entretenida mientras observa al nuevo padre lidiando con mantener a sus cuatrillizos entre sus seguros brazos e impedir que Agua, en particular, alcance con una de sus manos el filo de la espada que se ubica en la vaina a las espaldas de Luzu.
—Hola, niños —procede a presentarse, su tono de voz tan característico sirve para captar la total atención de los susodichos, además del de su ligeramente aliviado padre, que articula un gracias con sus labios pero sin pronunciar sonido alguno. Asiente, antes de preguntar—, ¿te molestaría si te echo una mano? No me llamaría jamás un experto con los bebés, pero te haces una idea de la cantidad que he conocido en mi vida.
La sonrisa divertida que Luzu le ofrece acompañada de una desafiante ceja alzada mientras coloca su dedo índice en la palma de Fuego para distraerlo de jalar sus cabellos, conforman una adorable imagen que guarda en lo más profundo de su mente para no olvidar jamás.
—¿Seguro que podrás lidiar con los futuros brindadores de la ruina a Karmaland?
Finge un sobresalto en lo que extiende sus brazos hacia los otros, con una expresión exagerada cargada de conflicto. —Pues con mayor razón entonces, habré de influir en ellos para salvar a Karmaland.
Tras otras cuantas risas por parte del de ojos rojos, pronto está meciendo con cuidado y delicadeza entre sus brazos a Tierra y Fuego.
La primera se halla profundamente dormida; su hermano, por otro lado, lo observa como si lo estuviese analizando con sus pequeños ojos.
Son azules.
Tiene que contener la respiración para no soltar un suspiro enternecido y, a la vez, culpable por las ideas que lo invaden. Decide hacer unos cuantos gestos raros para provocar que el bebé ría y él distraerse.
Cuando lo logra, Luzu dirige su mirada hacia ellos, desde el otro lado de la habitación, dónde carga aún a sus otros dos bebés. Al encontrar esta, Sapo Peta nota en el rostro del menor que su sonrisa no se ha movido ni un centímetro, le da toda la apariencia de un padre orgulloso y feliz.
—Le empiezas a caer bien, deberías darte un poco más de mérito, Sapo Peta. Yo creo que serías un buen padre, si alguna vez así lo quisieras —le comenta, y es solo un comentario sin mucha intención detrás, eso lo sabe. Pero, aun así, siente un revoltijo dentro de sí mismo.
Y lo único en lo que puede pensar al ver de regreso a Fuego, es en lo lindo que sería si tan solo el azul de los ojos de los cuatrillizos fueran gracias a él.
Nota de autor:
Todos los hijos de Luzu son de piel morena, castaños y DE OJOS AZULES. Por lo que yo concluyo, Luzupeta canon.
Por cierto, este OS en particular implica un tanto trans!Luzu porque yo lo digo y me gusta el hc (si son adoptados o no, no me interesa 😋).
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'Second chances' ft. Luzupeta [OS & drabbles]
Fanfic[🌿] Porque ellos merecen ser felices, encontraré maneras de que lo sean a mano propia.