Pandillas entre la élite [Mitsuya Takashi]

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Arrebato

Narra Takemichi

El chico que me había metido a mi al cuarto estaba haciendo todo lo posible por sofocarme mientras me empujaba para alejarme de la puerta, yo lo esquivaba lo más posible mientras trataba de identificar dónde estaba Souya en el cuarto oscuro, juntos podríamos abrir la puerta con o sin la llave.

lo ví en su suelo de rodillas, la chica que lo secuestró lo sujetaba de los hombros, pude ver qué mantenía un cuchillo en su cuello para evitar que Souya se levantará, el aire salió de mi en un suspiro seco.

si veía cómo asesinaban a Souya solo para llamar la atención de la señorita, yo mismo me mataría.

——suéltame! ——grité en su oído lo suficientemente fuerte como para aturdirlo, el chico chocó contra unos maniquíes gruñendo en respuesta

con esa pequeña ventaja pude empujarlo, porque la verdad se notaba que no podría vencerlo fácilmente en una pelea. Dejándolo ahí lo primero que hice fue acercarme a la persona que tenía secuestrada a Souya, era la chica y seguía con el cuchillo sobre su cuello

—— acercate y lo mato ——me dijo dirigiéndose a mi, no sonaba dudosa.

trate de mantenerme en calma y poder encontrar una salida fácil para Souya y para mí, intentar que ninguno de los dos salga demasiado heridos es lo importante en este momento.
El chico que empujé contra los maniquíes quedó un poco sepultado entre ellos, las cajas también fueron parte de su caída, parecían ser valiosas para ellos así que intentó de inmediato acomodarlas, eso me daría unos instantes de tiempo.

mire otra vez hacia la chica, no contaba con guantes, solo un pasamontañas que dejaba a la vista únicamente sus ojos, tenía el cabello corto. La mano con la que sujetaba el arma estaba al descubierto, bingo.

bajé a los ojos de Souya, estaban lagrimeando dispuestos a caer en llanto, la promesa de nahoya pendía de un hilo.

——no podrías matarlo. ——dije vacilando

—— ¿Cómo que no? Mira lo cerca que estoy de cortarlo. Está prácticamente llorando, tan miedoso! Ahora mismo podría correr sangre por mis manos ——era repugnante oírla hablar, con esa voz tan chillona y sádica.

—— recuerda que las lágrimas también son de furia. No me confiaría tanto de que ustedes dos acaben bien en día de hoy

Narra Takashi

El pecho no me latía tan fuerte desde hace rato tiempo, estuve tanto tiempo inquieto por la inactividad de la pandilla que ahora me estoy enfrentando al secuestro de dos de mis mejores amigos.

solo escuchaba eso, el latir de mi corazón y el ruido que había cada vez que me empujaba contra la puerta con la esperanza de abrirla.

pero era casi que en vano, la seguridad de estas puertas es increíble. No es lo mismo que derribar una puerta oxidada o vieja de un sitio abandonado.

——Takashi, aléjate de la puerta. ——fue una orden de parte de mi señorita, no la oí

ahí adentro estaban mis compañeros, jamás dejó atrás a los míos si es que tengo la oportunidad de hacer algo.