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Protección

Narración omnisciente

El joven Takashi había aprendido miles de cosas sobre su colega de orbes verdes, en estos 3 meses ella le proporcionaba conversación sus 4 horas diarias de trabajo. Sin un tapujo de decirle cosas hasta ocultas para la prensa, también una que otra primicia de sus próximas actividades en grupo o como miembro de la Familia de la nación

Sabía que su color favorito eran las gamas de rojo o violetas, también el verde por que ama los lugares con extensa naturaleza.

Sabía que también ama los animales. Una vez entro un pajarito por uno de los ventanales y ella de manera prodigiosa hizo que se sintiera cómodo en sus manos y al final del día lo liberó en la azotea de la empresa

Que casi no consumía carnes ni pollo por lo anterior, le parecía hipócrita de su parte jugar con el ganado de sus abuelos durante la tarde y luego comer carne a la noche. Una vez vómito por la impresión

Que ama la lectura. Varias veces le había charlado sobre libros que estuvo leyendo, se los terminaba en una semana. Tenía el tiempo suficiente para el lunes decirle como comenzaba, el miércoles el problema y el viernes el desenlace.

Sabía que está comenzó su carrera cantando en la calles de Tokyo y Osaka con solo su guitarra junto a Rin y Fashiko. Obviamente acompañados por sus tutores o familiares. Lo hacían a la edad de 6 o 9 años.

Sabía que la menor detestaba con todas sus fuerzas el frío y el invierno. Pero cuando este le preguntaba por que aún así salia desabrigada le respondía "es por supervivencia, a un punto dejo de sentir el frío y me gusta la sensación de estar al calor luego del frío" para el punto de vista del pelimorado, era algo masoquista.

Sabía que amaba la cerezas, por su color y sabor. Traía miles de cosas con su estampado además de varios labiales de distintas tonalidades rojizas para acompañar.

Sabe que detesta los lugares con mucha gente, que es sensible a los olores fuertes, que es olvidadiza pero se acuerda de ciertos datos "sin importancia".
Que tiene hábitos como estar en movimiento todo el tiempo, una parte de ella siempre se debe estar moviendo. Que ama las lluvias soleadas y detesta la nieve

Sabía miles de datos suyos y la mayoría de sus comportamientos menos el que está presenciando a ahora, o al menos no lo creía

La señorita Kurisu tenía un porte intimidante sin duda alguna. Su cabeza alta y sus hombros y espalda rectos. Sus piernas largas dando pasos largos y precisos que sonaban en cada paso que daba debido a sus tacones, tacones que le hacían más alta que él y la mayoría de hombres presentes, los cuales a penas la veían los vió arrodillándose o haciéndo una reverencia.

Aquél día le había pedido ir sin su motocicleta, él accedió sin pensarlo mucho. La acompañó hasta el lugar de su encuentro con su ahora nuevo guardaespaldas, no podía creer que sus pies tocaran aquel suelo con cerámicas blancas al cual accedieron con una clave secreta y una especie de pantalla de bloqueo con táctil.

Lo dejo sin aliento.

Se encontraban en la base número 1 Makise, lugar inimaginable hasta en los sueños más inexplicables de Mitsuya.

La ojiverde lo explicó brevemente sobre este lugar, dijo que aquí se entrenaban sus guardaespaldas. Así es, entrenaban a sus guardaespaldas

El pelimorado siempre creyó que los guardaespaldas solo se contrataban y ya. Era un empleo algo raro para él, tampoco se imaginaba como se contactaban pero una especie de escuela para guardaespaldas no era una de sus ideas a decir verdad.

Pandillas entre la élite [Mitsuya Takashi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora