"Ugh..." Adolorido se quejaba un castaño a la vez que inspeccionaba el lugar con la mirada. No sabía dónde estaba. "¿Qué carajo pasó?"
Se encontraba en una habitación cerrada, tomó asiento sobre la suave superficie, que luego se dio cuenta de que era una cama. Definitivamente aquel no era su cuarto.
Tenía su ropa completa, así que al menos podía asegurar que no se trataba del apartamento de alguna de sus amantes. Su celular estaba sobre la mesita de noche junto con la billetera. Tomó ambas cosas y checó la fecha y hora: 7 de abril de 2018, 20:38. ¿Había dormido un día entero? Lo más impresionante es que no tuviera ni una llamada o mensaje reclamándole por no aparecer de parte de Kunikida, aunque siendo más minucioso, comprendió que eso se debía a que no tenía señal en el aparato telefónico.
Poniéndose de pie guardó en sus bolsillos aquellos objetos y se dispuso a investigar la zona. En el armario había ropa de hombre y sombreros de muy mal gusto. Pero él no conocía a nadie que se vistiera con ese estilo.
Apenas cerró el armario, la puerta de la recámara se abrió y un pelirrojo de mirada azul se asomó con una amable sonrisa. Bien parecido cabe decir, pero con un horrible gusto en sombreros.
"Buenas tardes." Saludó ingresando e ignorando a propósito el hecho de que su invitado revisaba sus pertenencias. "Me llamo Chuuya Nakahara, anoche te encontré inconsciente y decidí traerte a mi casa."
¿Que había perdido la conciencia? ¿Cómo...? Lo último que recuerda es que se dirigía hacia la agencia con unas compras. Luego de eso, todo se torna oscuro en su mente.
Frunció el ceño rascándose la nuca. Estaba muy, muy confundido, eso se notaba a kilómetros de distancia.
"Soy Dazai Osamu... Eh, gracias por ayudarme." Un amago de sonrisa apareció en sus labios.
"No es nada, Dazai. ¿Quieres comer algo? Debes estar hambriento, hace ya casi veinticuatro horas que te encontré y no has comido nada, uh."
Preocupado se mostraba el de baja estatura, quien se hizo a un lado en la puerta para darle paso al contrario.
"No quisiera causar molestias, además tengo que irme, gracias." Con una sincera expresión apenada habló.
Con un gesto de comprensión el ojiazul acompañó al otro hacia la puerta; una imperceptible sonrisa burlona se asomaba en sus rosados labios.
"Bueno, hasta luego, Chuuya." Pronunció Osamu moviendo una mano a modo de despedida, mientras que con la otra giraba el pomo de la puerta.
Pero no se abría.
Una risa divertida y macabra escuchó a sus espaldas, giró lentamente y observó al hombre que supuestamente le había salvado.
"No vas a salir de aquí, Dazai." Dicho esto esbozó una sonrisa con todos sus dientes blancos como perlas, resaltando los colmillos puntiagudos.
El terror se hizo presente en los ojos marrones en cuanto los recuerdos le atacaron.
Abrumado por la situación, se deslizó hacia el suelo y se rodeó a sí mismo con sus brazos, el adverso se acercó a él, poniéndose de cuclillas para otorgarle unas suaves caricias en la mejilla derecha acompañadas de aquella sádica sonrisa.
Estaba jodido. Realmente jodido y por primera vez en su vida no sabía qué hacer.
"Serás mi compañero por toda la eternidad."
Canturreó alegre Nakahara tomándole una mano y llevándola hacia el cuello vendado para que sintiera el par de agujeros que tenía, los cuales indicaban que, si las leyendas eran ciertas y parecía ser que sí, se convirtió en un vampiro como el pelirrojo.
La razón por la que el mayor de ambos decidió no matarle fue porque le parecía un chico bastante apuesto, incluso más ahora que se había vuelto uno de los suyos.
Y disfrutaría demasiado tenerle a su lado, aunque al principio recibiera desprecio, estaba dispuesto a conseguir que el otro comiera de la palma de su mano con el paso del tiempo.
ESTÁS LEYENDO
Mundos {SOUKOKU}
FanfictionDiferentes mundos llenos de millones de posibilidades. ¿Serás capaz de descubrir cuál es la realidad? Inicio: 24 de julio de 2018. Final: 7 de diciembre de 2018. Editado 30 de octubre de 2022.