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"Claro, claro... Siempre yo tengo que ir a comprar." Mascullaba con molestia un hombre alto lleno de vendajes mientras ingresaba a una tienda de conveniencia.

Sus compañeros del trabajo le habían pedido que comprara algunas botanas, pues ese día habían acabado todo el papeleo y querían festejar de manera tranquila en la oficina.

Con cara de pocos amigos escogió lo primero que encontró y lo llevó a la caja registradora, donde le cobraron la mercancía y después salió del establecimiento con un par de bolsas.

Caminaba con calma por una calle solitaria, sin darse cuenta de que alguien le estaba siguiendo. La zona estaba algo oscura, ya que eran pasadas las siete de la noche, no se escuchaba ningún ruido cercano.

Ensimismado iba a dar una vuelta cuando de repente unas manos lo jalaron hacia un callejón, provocando que sus compras salieran volando hacia el piso. Antes de que pudiera gritar, una mano enguantada ya le había cubierto la boca.

"Si gritas, te mato, ¿de acuerdo?" Anunció una voz masculina en tono bajo, soltando poco a poco al contrario.

Dazai intentó mantener la calma y grabar en su memoria el rostro del ladrón que apenas se podía apreciar gracias a la luz de la luna; tenía ojos azules, cabello pelirrojo largo, baja estatura, buen gusto en cuanto a ropa.

"¿Qué quieres? ¿Dinero?" Cuestionó apacible porque estaba dispuesto a cooperar con tal de no morir de esa forma. Él quería suicidarse, no ser asesinado.

"¿Qué?" Soltó una risa burlona negando un par de veces. "No. Quiero que te quites la ropa. Rápido."

El castaño parpadeó ante la orden recibida. ¿Qué diablos? ¿Se había topado con un violador?

"No." Dijo con firmeza mirándole a los ojos. El otro alzó ambas cejas y sin previo aviso le propinó un golpe en el estómago que ocasionó que se doblara por el dolor.

"Sólo quítate la ropa, maldita sea." Volvió a pedir, observando desde arriba al joven que se retorcía sobre sí casi en el suelo.

Tragando saliva y respirando con dificultad, el más alto recobró la compostura, se deshizo de su saco, el chaleco y la camisa de forma lenta. Se sentía tan humillado en ese momento. Perfectamente podría oponer resistencia, sin embargo, con una sola pata fue suficiente para saber que se encontraba frente a un hombre que le ganaba por mucho en fuerza física.

"Así está bien." Habló aquel hombre haciendo que las manos del de mirada marrón se detuvieran en su cinturón. Se acercó a él y jalando las vendas de su cuello lo obligó a inclinarse."Sólo quiero una prueba."

Canturreó juguetón llenando de confusión a su víctima. Le mostró una sonrisa que permitía ver un par de colmillos demasiado filosos y largos, los cuales empleó para clavarlos en el cuello ajeno, antes de siquiera darle tiempo a reaccionar al detective. Osamu ahogó un grito de pánico tratando de crear distancia entre ambas anatomías, sin embargo, ese sujeto no se movía ni un milímetro y, por alguna razón, poco a poco fue relajándose, dejando que el extraño ser frente a él drenara toda la sangre que quisiera de su cuerpo.

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Heyo, hace tiempo me percaté de que esta parte no estaba en la historia- meper. No sé si no la subí yo o wattpad la bajó, sea lo que sea que haya sucedido, aquí está.

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