Capítulo 20: Celos y golpes

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Pasaron los días y Jac estaba enojado conmigo porque ahora yo volvía a estar con Mauro, de alguna manera eso no le gustaba nada. Un día sin ningún rodeo vino y se sentó conmigo a hablar.


Jac:- No me parece que este bien lo que haces ¿Porqué lo haces? ¿Qué buscas con esto?

Yo:- ¿Con que? ¿De que hablas?

Jac:- De Mauro

Yo:- ¿Que tiene Mauro?

Jac:- Dale. No te hagas la que no entendés de que hablo, sabes perfectamente que esa relación que tenes con él esta enferma, podrida.

Yo:- Que feas palabras usas... Igual no importa, soy grande y se lo que hago.

Jac:- ¡Ah, bueno! Discúlpame por preocuparme, por querer ser un buen amigo.

Yo:- No entendés todavía ¿No?

Jac:- ¿Qué es lo que tengo que entender?

Yo:- Yo no quiero ser tu amiga.

Jac:- ¿Que? ¿Como? No entiendo...

Yo:- Dejalo ahí.


Me fui. O sea, no se si no entendió, pero creo que había sido demasiado clara, no me interesaba esta relación sin nombre, sin rótulo, no quería esto sino que quería un título ¿Como se llamaba lo que teníamos? "Amigos con derechos", no quiero ese título.


Me fui directo a la casa de Mauro, toqué timbre y pasé, estaba con uno amigo, le dije que si quería volvía en otro momento, me contesto que me quedara que su amigo ya se iba, parecía que lo invitaba a retirarse de forma educada (Jaja). Esperé a que se fuera, apenas salió por la puerta su amigo, casi que me lancé hacía Mauro, con decir que ni siquiera llegamos al cuarto. Era increíble la piel, la química que teníamos para esto.

Sonó el teléfono, contesté y era una llamada de mi hermano. Decía que estaba en el hospital, que mi abuela estaba internada. Me cambié rápido y le pedí a Mauro que me llevara volando hasta allá. Cuando llegamos recorrí medio hospital hasta que por fin encontré a mi hermano. Me dijo que se había resbalado y por consecuencia cuando cayó se rompió la cadera, pero que estaba bien había dicho el médico. Esperamos los tres sentados. Le avisé a Jac de lo que había pasado, fue hasta el hospital, obvio se encontró con Mauro, se vieron frente a frente por segunda vez, en un momento creí que iba a estallar la tercer guerra mundial, se miraban entre los dos y se sacaban chispas. Finalmente Mauro estuvo un rato y luego se fue, me despidió con un beso (bastante apasionado) frente a Jac y se retiro.

No me dijo nada Jac en aquel momento, pero no hizo falta, su cara, sus ojos, su expresión entera lo dijo todo. Estaba extremadamente molesto, pero aún así eso no me preparó para lo que estaba por pasar, a penas se retiró Mauro, Jac lo siguió, lo cual me pareció raro, así que lo seguí, llegaron hasta el estacionamiento y Jac le gritó por detrás a Mauro, el cual casi no llegó a darse vuelta que le dio una trompada de lleno en la cara, lo tiró al piso del golpe. Salí corriendo hasta donde estaban para tratar de pararlos, aunque Mauro se merecía ese golpe. Rápido se levanto Mauro del piso y enseguida se armó una pelea que no podía parar, entre golpe y golpe que se daban uno de esos golpes me lo dieron a mi, rápidamente vinieron corriendo los de seguridad del estacionamiento del hospital, para tratar de separarlos. Los separaron, pero se gritaban entre sí. No era ni el lugar ni mucho menos el momento para hacer este tipo de cosas. Me quedé con un ojo negro.

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