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Las horas, días e incluso meses pasaron volando, e increíblemente, todos esos días juntos, conociéndose el uno al otro y la vida del contrario, sobre todo el castaño, quien no podía con la sorpresa de tanta información, su cabeza no podía con tanto, se empezaba a sobrecalentar.

En ese momento se encontraba tratando de evitar soltar alguna palabra, pues sus amigas empezaron a hacerle varias preguntas sobre lo que hacía ahí.

- ¿Qué ropa usan? - La hermosa sirena de larga trenza fue la que empezó la conversación.

- Como nosotros, solo que tienen más materiales y mucha más ropa - Contestó rápidamente, con la intención de terminar el cuestionario.

- Do they have witchs? - ¿Tienen brujas? Continuó la que si era una, encima de una rama de un árbol, espectante a la respuesta.

- No, no tienen - Se acomodó el pelo en señal de nerviosismo.

- ¿Que c-comen? - Preguntó tímidamente la de cabello naranja.

Rubius suspiró, agotado.
- Ellos comen mucho más que nosotros - Hizo una pequeña pausa, pues la información que iba a revelar era muy fuerte, tanto para él como para ellas.
- Y comen animales... - Todas se detuvieron en seco.

Akira simplemente miró al suelo, resignada, mientras que las sirenas murmuraban, la bruja no reaccionaba, y la peli naranja se encontraba arrepintiendose por su pregunta.

- Ya son muchas preguntas, déjenlo así - La guerrera con pelo azabache interrumpió el transe de todos.

El chico la miró con brillos en los ojos. ¿Lo estaba ayudando?

Dulce golpeó su cola en el agua, con la intención de llamar la atención de todos, para poder hablar.
- Dime, Rub, conociste a alguien, ¿verdad? - Posó sus brazos sobre la tierra, con una mano en el mentón, mirándolo pícara y curiosamente, pues lo había notado bastante raro, y le sorprendía que aquel chico haya aprendido todo eso solo, debió haber recibido algo de ayuda de parte de otra persona.

El castaño se reprimió internamente por haber respondido las preguntas y no haberse ido mientras tenía tiempo, pero no podía mentirles a sus amigas, por lo que asintió de manera lenta e insegura.
- Si, lo he hecho... - En el momento en el que esas palabras salieron de su boca, la chica de cabello rubio quedó paralizada, lo miró con enorme desconcierto, para después tomarlo bruscamente de los hombros, con la cara claramente enojada.

- Es que eres un tonto... - Susurró más que nada para ella misma.
- ¿Cómo se llama? - Exigió saber, con voz autoritaria, haciendo que Rubén le responda rápidamente con un desconfiado y extrañado "Samuel".
El enojo de Akira no se disipó, al contrario, parecía no poder parar de aumentar, por lo que esta vez, no solo exigió, si no que prácticamente le gritó.
- ¿Cuál es su apellido? - Todos los que se encontraban mirando la escena, incluso el mismo castaño, la miraban asustados, pues no era en lo absoluto normal verla en ese estado, incluso combatiendo o cuando era insultada.

- De Luque... - Con la voz temblorosa, respondió.
Mónica intervino, creyendo que ante aquella rara respuesta, la guerrera de mayor rango explicaría de rabia, por lo que le puso la mano en el hombro y la empujó bruscamente hacia atrás, más brusco de lo que hubiera creído, pero lo consideraba necesario, pero contrario a lo que pensó, ella simplemente se dejó empujar, tambaleándose un poco, mientras miraba el piso. Apretó los puños y subió la mirada.

- A-Akira - Una voz asustada y temblorosa la sacó de su trance.
- ¿Qué ha-haces? - Sus lágrimas caían, se encontraba sorprendida y temerosa, no sabía la razón de su enojo, y no poder ayudarla la hacía sentir mal.

La miró por unos segundos, antes de acercarse y limpiarle suavemente y con mucho cariño las lágrimas.
- Perdoname, Nieves - Le sonrió de manera tierna, y luego se giró hacia el único hombre, quien no entendía absolutamente nada, pero estaba asustado.
- A ti también, Rub, por lo que voy a hacer - Y salió caminando a paso decidido hacia el gran árbol, bajo la desconcertada mirada de los demás presentes.

No le tomó muchos segundos entender a qué se refería y qué iba a ser, apretó los puños con rabia, mientras veía a lo que creía que era su amiga, acelerar el paso, para casi correr, a avisarle a su superior, pero él no iba perder el tiempo en eso.
Unas lágrimas salieron de su rostro, y se giró para quedar cara a cara con las sirenas, quienes fueron las únicas que entendieron ese gesto. No lo pensaron, era por su amigo, fue lo único que pasó por su mente, antes de que empezaran a hacer círculos en el agua, creando un pequeño torbellino.

Las demás chicas cayeron en cuenta rápidamente, e intentaron detenerlo, pero se les hizo imposible, él ya se encontraba en el agua, siendo absorbido por esta hasta desaparecer.

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Capítulo corto, lo se, pero es para dar más suspenso.
La historia ya está llegando a su clímax, y a su vez, a su fin.

Díganme, ¿de qué perspectiva quieren que sea el próximo capítulo? ¿De Akira o de Rubius? Debo decir que en ambos tengo muy buenas ideas, y lo haré de ambos, solo que no se cual de los dos primero.

Sin nada más que decir...

¡Nos leemos en el próximo capítulo! 🐻💚🐺

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Entre Mundos || RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora