Capítulo 10: Ángeles

46 7 1
                                    

En la noche de ese mismo día, tuvieron otra reunión general. Solo que esta vez, fueron los miembros veteranos quienes pidieron a Yaomomo que la convocara.

— Bien, ¿qué querían decirme? -preguntó la líder-.

— No nos quedan cupones suficientes para pasar el día. -reportó Iida-.

— ¿Hacemos otra Operación Tornado? -preguntó Sero-.

— No, esta vez será la Operación Corriente Monstruosa. -sentenció Momo-.

— SÍ, YA ERA TIEMPO. -celebraron todos los presentes-.

¿Qué tipo de operación es esa? ¿Existirán los monstruos? -se preguntaba el pecoso en su mente-.

— Así es, el Amo del Río. -Tenya se acomodó sus lentes-.

— ¿El Amo... del Río? -no podía creerlo el joven de pelo verde-.

— ¿Te acuerdas del río que está cerca de acá? Iremos a buscar comida ahí. indicó Eijiro alegre-.

— O sea que, ¿iremos a pescar? -preguntó algo molesto el ojiverde-.

— Seguro, ¿algún problema? -Kirishima pensaba que era algo extraño que preguntara-.

— No... -Midoriya se sentía idiota-. Volví a imaginarme algo estúpido...

Al día siguiente, todos se dirigían al río como si se tratara de un viaje de campo. Los jóvenes iban alegres y dispuestos a conseguir comida. Al pasar por los jardines, el pecoso notó que a lo lejos estaba Ángel con un sombrero y admirando las flores.

— ¿Qué haces allí? -preguntó el joven-.

— Quito maleza, entre otras cosas. -Kodai se puso de pie, liberó una pequeña mariposa que tenía entre sus manos y esta volaba-.

Izuku notó que Yui o Ángel se veía bastante tierna e incluso hermosa entre el campo de flores que había. Ella brillaba alrededor del paisaje que había ante sus ojos.

— Ya veo... -el pecoso apartaba con pena la mirada mientras le sonreía-. Ya sé, deberías venir con nosotros. Iremos a pescar al río.

— Pero... ir allá va contra las reglas. Y es peligroso. -decía Ángel mientras veía al cielo-.

— ¿Qué importa? Ya no eres la presidenta, podrías ser un poco más flexible y romper un par de reglas. -insistía alegre Midoriya-.

— Pero aún soy una estudiante...

Ella no pudo continuar hablando porque sintió una mano que la jalaba de la muñeca. Cuando levantó la cabeza, se podía ver un ligero brillo en sus ojos que apenas y podían ser visibles. El pecoso se la llevó alegremente hacia el río.

Cuando ambos iban corriendo, siguiendo al resto del grupo que iba adelante, los demás estaban llegando a la orilla. Quien volteó primero fue Kaminari y dio un grito por el susto de ver a su "enemiga". Luego de notar ese alarido, todos se pusieron en guardia cuando descubrieron quién estaba con Midoriya.

— ¿Qué tienes en la cabeza? ¿Por qué la trajiste? -preguntó Kaminari muy asustado-.

— Midoriya-san, ¿crees que sea buena idea? -Uraraka estaba tan asustada que abrazaba a Momo con desesperación-.

— Vamos, dejen nos acompañe. -decía el peliverde con una sonrisa y los ojos cerrados-.

— PERO SI ES UNA ENEMIGA, LA ARCHIENEMIGA DEL FRENTE. -se quejó Monoma mientras empuñaba su espada-.

— Eres un idiota. -mencionó Mina de lo más alegre-.

— Qué tontería. -se quejó Shinsou sosteniendo varios kunais-.

La luz de mis ojos (Izuku x Yui)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora