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— Estaremos juntos luego de la luna de miel amor. 

— ¿Por esta vez no se puede encargar otra persona?

— Zhan bebé. Yo soy el jefe.

Yibo sonrió de lado tras escuchar los refunfuños de su novio. Iba conduciendo camino a casa, una noche bastante lluviosa, más de lo acostumbrado, tal vez en la semana había llovido como máximo 3 días, pero hoy, se había esmerado, eran fuertes torrenciales cayendo en picada sobre el techo de aquel coche. Wang manejaba lo más suave posible, sabía perfectamente como de resbalozas se ponían las calles de Seúl con las fuertes lluvias, pocos coches transitaban a su lado y como era costumbre usaba una ruta cercana a casa evitando todo el largo camino por carretera que siempre los esperaba.

— Nos casamos en menos de una semana, te necesito conmigo. 

Zhan acercó su mano a su muslo y la apoyó con delicadeza sobre este.

— Mmmm, te prometo que serán solo dos días, no tardaré más de ese tiempo. 

Yibo lo miró por dos segundos para guiñarle un ojo, entonces, fue sólo inexplicable, no supo como ni en que momento pasó, pero otro coche los golpeó con fuerza por detrás. Wang perdió todo el control del timón, el fuerte estruendo del coche impactando contra el pavimento luego de dar varias vueltas en el aire, fue él peor de los sonidos. Cuando todo se detuvo, también el aliento y las fuerzas se acortaron, Zhan estaba consciente. Abrió los ojos aterrado mientras que su pecho no dejaba de subir y bajar con fuerza. Yibo no estaba a su lado completamente, si no que su cuerpo había salido por la ventana delantera quebrando así el limpia parabrisas. Cuando Zhan miró su cuerpo intacto, se percató de que llevaba también el cinturón de seguridad de su prometido. 

— ¡No, no, no. Yibo, Wang Yibo!

Zhan gritaba desesperado. Estaba asustado. No encontraba su teléfono para pedir ayuda y su prometido estaba ahí, lleno de sangre inconsciente. Un coche que pasaba se detuvo y los dueños se bajaron a socorrerlos.

— ¿Están bien?

Zhan escuchó la voz de un hombre bastante mayor.

— Por favor. Ayudelo.

Suplicaba Zhan rompiendo en un llanto incontrolable. 

— Te ayudaremos. Vamos a sacarlos de aquí. Mi esposa está llamando a una ambulancia. No tengas miedo. Te ayudaré a salir. 

Dijo aquel hombre apoyándose en sus rodillas. Zhan estaba boca abajo. Sentía ya como la sangre llegaba a su cabeza y comenzaba a marearse, pero nada le parecía tan importante como saber el estado de su novio. Cuando el hombre llegó a su lado, lo ayudó a deshacerse del cinturón de seguridad para que así pudiese salir del coche. Una vez fuera el hombre notó que el pelinegro estaba embarazado, sacó su abrigo para ponérselo por arriba.

— La ambulancia ya viene en camino. 

Anunció la mujer corriendo hasta ellos.

— M-mi n-novio. Él...está...

— Aún tiene pulso. Estará bien. 

Dijo el señor, estuvo a punto de decir algo más cuando el sonido de las cirenas de la ambulancia se acercaba a ellos. Zhan no podía dejar de llorar, por un segundo sintió que perdería al amor de su vida, y si eso llegase a suceder, él no podría soportar vivir sin él. Yibo lo era todo para él, pese a las pequeñas dificultades que la vida le impuso al conocerlo, se convirtió el hombre más importante, al único capaz de amar tan intensamente, su pecho se estruja de tan solo pensar que no volvería a escuchar su voz, sentir su aliento sobre su rostro, su calor, sus abrazos, pero sobre todo su protección, su amor. Su cuerpo presente. Supo lo que es sentir desesperación, como se te aloja un dolor ácido en el estómago que no se va con medicamentos. 

— ¡Ya han pasado tres malditas horas! ¿Porqué nadie me dice que pasa con mi prometido? Ya no puedo más. Voy a morir.

— Zhan calma. Eso no le hace nada bien a tu bebé. Está en cirugía, por favor mantén la calma.

¿Calma? ¿Existía acaso esa palabra en su diccionario? No podía escuchar las palabras de aliento de Li Xian, el miedo se lo impedían, como mantener la calma, el hombre de su vida estaba debatiéndose entre la vida y la muerte en ese quirofano, muy grave debía ser para que aún ningún doctor se dignase a salir solo para dar alguna noticia fuese mala o buena, ya no podía más, se estaba volviendo loco, a su vez, estaba siendo egoísta, a pesar del que lo atendieron por sus heridas leves en el brazo derecho, a pesar de que saber de que su bebé estaba bien, que gracias a la protección de su padre no corría ningún peligro, le dijeron que debía descansar, que estaban prohibida las emociones fuertes para él, pero como sentirse en ese momento, no había nada más importante en ese instante que mantenerse cerca de su amor aunque fuese un poco difícil. 

— ¿Y si muere?

Los chicos que también estaban tan desesperados como él, lo miraron alarmados.

— Zhan eso no va a pasar, Yibo es fuerte.

Dijo Yang apretando los labios con fuerza.

— Es un maldito estúpido. No debió sacarse su cinturón de seguridad.

Expresó Zhan con ira. Formando puños con sus manos.

— Los protegió Zhan, a ti y vuestro bebé, si algo no es Yibo, es estúpido.

Warren se sentó a su lado y lo abrazó. Todos entendían su dolor, pero a pesar de ser un momento difícil y que dijera cosas sin sentido, ahora más que nunca necesitaba a sus amigos, debía ser fuerte, seguir adelante pero con su ayuda, porque sólo, estaba claro que no iba a poder. Y luego de pasar otra hora extensa sin noticias, por fin uno de los cirujanos salió del quirofano con un rostro vacío, sin expresiones algunas, entonces Zhan se quebró en llanto, estaba seguro que recibiría otra mala noticia y no podría con ella. Apretó con fuerza la mano de Li Xian mientras el médico se acercaba a ellos.

— ¿Cómo está él?

Preguntó Dylan. 

— La operación no salió mal, dentro de las próximas 12 horas estará bajo observación, seguiremos pendiente a él haciéndoles pruebas, hasta que pueda recuperarse completamente...

— Vaya al grano, lo que menos necesito ahora es esa mierda barata diciéndome que mi novio estará bien. ¿Cómo está ahora? Dígame la verdad.

— Zhan. Él estará bien.

Dijo el médico apretando con fuerza sus manos. 

— No es cierto. He visto su cara al salir de ahí. Dígame que pasa. Por favor dígame la verdad. 

Gritó Zhan histérico fuera de si mismo.

— Zhan para. Estas embarazado. 

Intento calmarlo Li Xian, pero fue imposible. 

— No me importa. Si Yibo muere, voy a morir con él. Dígame doctor. 

— Zhan. — Luego de un largo y extenso suspiro por parte del doctor. El mundo se detuvo. — Yibo está en coma.

— ¿Qué? ¿E-En c-coma?

Su voz comenzó a temblar, sus ojos acaban de llenarse de lágrimas. Claro ejemplo de que todo en él se rompió en miles de pedazos imposibles de encontrar después. Comenzó a perder la vista, todo le parecía borroso, hasta que cayó sobre los brazos de Yang.








Los doctores son coreanos. Para que cuando vean nombres coreanos no me digan escrita los nombres están mal. No, es que es así. Por otro lado. Si ven a un Min por ahí me dicen

𝑻𝒖𝒓𝒃𝒖𝒍𝒆𝒏𝒄𝒆 [𝒀𝒊𝒛𝒉𝒂𝒏] 𝑴𝒑𝒓𝒆𝒈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora