೫' * ₊ Ritual: 05 :♡⃕: Palabras medievales.

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JeongIn aquella noche no respondió la pregunta de HyunJin.
Ni al día siguiente, ni al siguiente, y tampoco las semanas que siguieron.

De nuevo, los rituales de Hwang se habían interrumpido, JeongIn cada noche estaba al tanto por si subía por la escalera y por si él debía bajar para después cruzar la cerca del vecino y hacer su camino por la escalera.

El fin de semana de películas había terminado más tarde de lo normal, pues él y su madre habían terminado en un debate que les tomó aproximadamente unos veinte minutos, en los cuales no hubo ganador ni perdedor, y como premio para todos, nadie limpiaría la sala.

JeongIn subió a su habitación pensando seriamente en el final tan extraño de aquella película, y de repente, se acordó de HyunJin solo al ver su ventana.
Se acercó, la cortina estaba corrida solo a la mitad y si no era cuidadoso, alguien del otro lado podría verlo, así que disimuló yendo hasta su escritorio y desde ahí, movió la tela para ver hacia afuera; la luz de la habitación de HyunJin estaba encendida y desde el punto de vista de JeongIn parecía que hacia algo.

Las maniobras del chico dentro de su habitación llamó su atención, tanto, que no se dio cuenta cuando fue que su cuerpo ya estaba frente a su ventana sin la más mínima intención de esconderse. HyunJin, en su habitación estiraba sus brazos, volteaba hacia abajo viendo que la mayoría de estambre se había enredado en sus pies, la bola estaba en algún lugar de su habitación y todo era un desastre; JeongIn no estaba seguro si debía ir, pues después de la última vez que estuvo al lado del mayor, seguro se sería extraño.

¿Acaso él era tan fácil de leer?
Arrugó su entrecejo y pensó en todas las veces que había estado al lado de HyunJin y como ya, su vecino, ocupaba una parte de su corazón y gran parte de su mente.



La bola de estambre que HyunJin había tomado de la canasta de su abuela, había llegado debajo de su cama, pues en un intento desesperado por encontrar el inicio de la hebra, esta cayó de sus manos y rodó, en el camino, los hilos se enredaron su mano y lo demás en la tela de su pijama por sus piernas; era un verdadero desastre, debía entregar a su abuela el objeto sin ningún desperfecto.

Tardó un poco en conseguir la bola debajo de su cama y otro tanto para encontrar por fin el inicio y cuando lo hizo, pudo respirar aliviado, ahora, necesitaba unas tijeras; en su cabeza repetía las palabras que debía anotar en el papel y que debía ser cuidadoso con las imágenes que ponía en su cabeza al decirlas.

Sin darse cuenta, tropezó con los hilos y por poco cae sobre su suelo alfombrado a no ser por una mano que lo detuvo a tiempo haciendo que todo ese desastre, fuera mucho peor.

—¡Innie! —exclamó HyunJin volteando por sobre su hombro al ver al chico en pijama y con un semblante mezclado en sorpresa y otra que no le supo poner nombre.
—Hyung, ¿qué haces? —soltó el brazo del mayor cuando este se había estabilizado, solo le había tomado unos segundos.
—Bueno, no es necesario subir esta vez. —escucho un sonido afirmativo por parte del otro.— Mi abuela me la presto, bueno, a decir verdad, solo la tomé sin su permiso, así que debo entregarla intacta.

JeongIn, viendo el pequeño desastre por toda la habitación se sentó y tomó los hilos que se pegaban a la tela del pantalón de pijama del mayor, halo varias veces y movió sus manos para estirar las líneas rojas, HyunJin todavía tenía con él el inicio de la bola de estambre, para cuando Yang, por fin había deshecho el nudo de color rojo, lo dejo sobre el suelo y volteó a ver al otro.

—Gracias. —masculló HyunJin, primero viendo las líneas de hilos rojos ya deshechos sobre el piso y después, a JeongIn que solo le regaló una sonrisita.— Solo... no vayas a burlarte, ¿de acuerdo?

Y diciendo eso caminó hasta su escritorio y buscando en el cajón las tijeras. Tan pronto como JeongIn las vio recordó lo de la vez pasada.

¿Qué iba a intentar esta vez? Estuvo atento sin levantarse, viendo como el otro cuando tomó las tijeras también se sentó en el suelo para luego comenzar a escribir sobre un pedazo de papel.

Acotos exfeten canaba. —dijo HyunJin y dobló varias veces el pedazo de papel en un rectángulo que encajó perfectamente sobre su dedo anular.— ¿M-me ayudas? —el mayor movió su torso a su derecha y JeongIn lo entendió enseguida.
—¿Solo hago un nudo?
—Sí, solo no debe caerse. —agrego el mayor viendo como el otro comenzaba a atar el pedazo de papel en el dedo.

Le tomó solo unos segundos hacer al menos cinco nudos para que el papel no resbalara, y cuando HyunJin iba a mover su mano y dar las gracias, JeongIn dijo en voz baja y sin voltear a verlo.

—¿M-me llamaste... Innie?
—Perdón, —HyunJin arrugó su entrecejo un poco sin apartar su vista de su dedo que todavía JeongIn seguía atando.— Sé que te llamas JeongIn, pero, he escuchado algunas veces que tu madre te llama así, incluso tu hermano. Perdón.
—No, está bien. —Y HyunJin con su vista periférica notó como la comisura de la boca del menor se torcía en una sonrisita que supo disimular.

Los segundos después de eso se sintieron eternos para una persona en particular. La pequeña bolita cálida en le pecho de JeongIn al instante se infló haciendo que un escalofrío recorriera su espalda cuando se digno a dejar libre la mano del mayor y voltear a verlo, el mayor regalándole una sonrisa; JeongIn podía prácticamente desmayarse ahí.

—Creo que es hora de dormir. —HyunJin se levantó ágilmente y JeongIn lo siguió con la mirada todavía desde su lugar.— Ten cuidado al bajar.

Y lo hizo, trató de hacer el más mínimo ruido, y cuando cruzo la cerca al patio de su casa, por poco su padre lo ve por una de las ventanas; escaló lo más rápido y cuidadosamente posible a su habitación sin darse cuenta de que su puerta todo ese tiempo estuvo abierta.

—¿JeongIn? —la voz de su hermano lo alarmó, Innie estaba afuera de su ventana y había sido descubierto por su hermano mayor.

Esa noche fue a dormir más tarde de lo habitual, había corrido la cortina de su habitación por completo y había contado a su hermano, omitiendo algunos detalles, de lo que por meses había visto y hecho en la casa del vecino.

A la mañana siguiente, JeongIn listo para ir a la escuela, corrió su cortina, dejando que la cálida luz del sol golpeara sobre su piso, enseguida, dirigió su mirada a la ventana de Hwang, este estaba ya despierto, con su cabello alborotado y levantaba su mano en un gesto amistoso; JeongIn vio perfectamente la palabra Toogras escrita en la palma de la mano del mayor.

Se había quedado estático sin siquiera regresar el saludo y esa sonrisa.

My lvr boy :ff/HyunIN:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora