೫' * ₊ Ritual: 06 :♡⃕: Tinta roja, vino e incienso.

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HyunJin con su propio dinero había comprado unas cuantas rosas después de la escuela, unas las había dejado en la cocina en un jarrón adornando la mesa y había tomado el resto para llevarlas a su habitación. Tomó, sin permiso de su padre, un poco de vino, la caja de cerillas y busco por todo el cajón de la mesa de la sala, una lapicera roja que jamás encontró.

Corrió de nuevo hasta su habitación y abrió la cortina de su ventana, la del frente estaba casi cerrada por completo, espero por unos segundos con su mirada fija, como si por arte de magia JeongIn fuera a asomarse y regalarle una sonrisa; contó ocho segundos y nada paso, torció su boca un poco en un gesto de desconformidad y después se dio media vuelta.

De todos modos tenía que esperar a que fuera la hora exacta.

Hizo tareas, estudio un poco y tomó una corta siesta, para el final del día tomar una cena ligera en compañía de su madre y su padre para después subir a su habitación, anunciándoles que estaba cansado y que debía dormir para al día siguiente ir a la escuela; HyunJin cerró su puerta despacio y corrió a tomar las cosas que estaban al lado de su cama, cuando abrió la cortina de su ventana, en la casa de al lado, vio la sombra del menor.

Esperó, solo fueron unos segundos y JeongIn movió su cortina también, su mirada era de sorpresa, pues en realidad no esperaba que HyunJin fuera tan puntual con sus asuntos, siempre a la misma hora.

HyunJin hizo un ademán con su cuerpo, mostrando las cosas que llevaba en sus manos, indicándole a JeongIn que esta vez necesitaba más de su ayuda, pero Yang desde su ventana, pensó su respuesta, tomándole pocos segundos, negó con su cabeza y después corrió su cortina.

HyunJin arrugo su entrecejo, ¿qué había hecho mal?
JeongIn no tenía un buen semblante.

Lo descubriría después, se estaba haciendo tarde.

Esa noche HyunJin, con extremo cuidado, subió dos veces, el plato con el vino y sobre todo, lo más importante, las cerillas, no debían caer; y cuando tuvo todo frente a él bajo la luz de la luna, estaba listo, pero sentía que algo le hacía falta.

Repaso mentalmente y de forma rápida lo que debía hacer y después tenía que bajar para poder dormir; un ligero viento le hizo removerse en su lugar viendo las cosas sobre el suelo.

De repente, se sintió nervioso, su mano temblaba un poco cuando comenzó a escribir sobre el papel aquellas palabras que se había aprendido de memoria el día anterior, y aunque no había encontrado un lapicero rojo, uno negro le venía perfecto, cuando trato de encender la varita de incienso esta se apagó enseguida; suspiró un poco frustrado, su quinto intento y el fuego de la cerilla se apagaba al intentar encender la varita.

Se había aprendido los pasos de memoria, pero todo al parecer le estaba saliendo mal, el incienso no encendió bien, había cometido un error al escribir y había tachado las palabras y cuando hizo un movimiento con su mano, derramó un poco del vino del plato.

Suspiro cansado de nuevo y volteo hacia arriba viendo perfectamente la luz de la luna.

—¿Que acaso no quieres que yo amé? ¿Eh? —dijo sintiendo esas ganas inmensas de llorar.— ¿Acaso quieres que haga el ridículo y que te escriba una canción? ¿Quieres que mate animales indefensos también?

Su pecho se sentía pesado y sin aguantar más, comenzó a llorar.

Se sentía solo.

Esa noche no había terminado el tonto ritual, así que, después de calmar su llanto, bajó sintiendo que alguien lo observaba.
Corrió su propia cortina cuando todas las cosas estuvieron a salvo en su habitación, claro, sin antes ver la ventana de su vecino, no había luces encendidas y recordó cuando el chico había negado acompañarlo momentos antes.

Se sentó en su cama, y cuando estaba a punto de recostarse, la pantalla de su celular se iluminó.

Hyung.
¿Estabas llorando?
¿Te has lastimado?
11:14 PM

Creí que estabas dormido.
11:15 PM

No.

¡Qué sucedió?

¿Te has quemado?

11:15 PM

¿Por qué no me has subido conmigo
hoy?
11:15 PM

Lo siento hyung.
11:16 PM

Sus ojos se sentían pesados esperando la respuesta, sin dejar su celular en la mesita de noche, movió su cuerpo dando la espalda a su ventana y la clara luz de la luna que se colaba, de pronto, la pantalla se volvió a encender con un nuevo mensaje.

Mi hermano

me descubrió la vez pasada

y me ha dicho que es peligroso

que lo siga haciendo.

11:20 PM

¿Le has dicho lo que hago?
11:21 PM

No, no exactamente.
11:25 PM

My lvr boy :ff/HyunIN:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora