El doctor estaba tumbado en su cama mirando el techo, se había despertado de golpe hacía un buen rato y le era imposible coger el sueño de nuevo. Observó la habitación que le habían
dado que era bastante acogedora. No era muy grande, pero tenía muchas comodidades. En una pared había una ventana para poder ver el exterior con un cristal que podía tintarse para evitar que entrara luz. La cama era amplia y cómoda, con sábanas confortables y varios cojines y almohadas. También había un escritorio con un ordenador de última generación y una cómoda silla, al lado del escritorio había un armario para su ropa, aunque dentro solo tenía la suya y una que le habían prestado que usaba de pijama. Otra de las paredes tenía una pantalla de televisión bastante amplia. Por último, había una puerta que llevaba a un aseo completo en cual incluía una buena ducha. Tenía todo el cuarto el suelo cubierto con una alfombra de color gris, pareces blancas y los muebles eran de un color madera claro.
Se giró hacía un lado mientras volvía a recordar todo lo que había ocurrido hacía unos días. Como se encontró de golpe con aquel ángel y como este le acorraló. El miedo y la impotencia que sintió de verse así. Intentaba recordar los últimos instantes, cuando miró a la Tardis, juraría que un segundo antes de cerrar los ojos vió iluminarse la luz del techo de esta. Quería creer que eso fue una señal de su nave, y por eso había llegado donde estaba ahora. Seguía atormentado por su error con el ángel, por verse alejado de lo único que quedaba de su hogar… Su hogar… De pronto se acordó de las palabras de Marythe, las que aseguraban que iban a Gallifrey. ¿No había otro lugar? No quería volver allí, no podía pisar ese lugar de nuevo. Hacía ya tanto que había asumido que Gallifrey había desaparecido que no podía asimilar verlo de nuevo.
Al final se cansó de darle tantas vueltas al tema, así que se levantó de la cama, se duchó, se puso su ropa habitual y se fue a dar un paseo por la nave. No llevaba muchos días en aquel lugar, pero ya era conocido por casi toda la tripulación. Por lo que recibió el saludo de varias personas en su larga caminata.
Acabó en el comedor, así que cogió una bandeja y se puso a la cola para el desayuno. La sala era muy amplia. Si quisiera, podría comer toda la tripulación en él y aún sobraría algo de espacio. Habían largas mesas metalicas para veinte personas cada una, con sillas que parecían bastante comodas, todas de color negro. Carros con platos, cubiertos, servilletas y sobres con salsas varias. En el centro de la sala, había un enorme mostrador donde estaba la comida, la cual te servían automáticamente conforme pasabas. Solo tenías que solicitar lo que querías y la cantidad.
Cogió su comida y se sentó en una de las mesas. Al poco rato Leonard, uno de los agentes de seguridad que conoció cuando llegó se sentó a su lado y le saludó:
—Buenos días John Smith— Dijo alegremente
—¡Leonard! Buenos días. No hace falta que me llames por todo el nombre completo, puedes llamarme solo John, es más, prefiero que me llames Doctor.
—¿Doctor Smith?¿Doctor John?
—No, eres demasiado formal, jajaja. Solo Doctor.
—Como quieras Doctor. —Contestó el chico sonriendo—¿Qué, te habituas a la nave? Es enorme, a mi a veces aún me cuesta un poco orientarme en ella, son todos los pasillos y estancias tan parecidos…
Ambos se rieron un poco. El chico era delgado, pero atlético y de estatura media. Pelo moreno muy corto y liso, de piel color avellana y ojos verdes claro. El doctor dejó de reírse y le preguntó:
—¿Y Adam? Se hace raro no veros juntos.
—Bueno, hoy tiene un turno distinto al mio… ¡Pero no siempre estamos juntos!
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The love of the doctor
FanfictionLa vida del doctor ha sido muy larga y complicada, pero también lo fue su primer amor. Su relación con el master siempre ha sido tormentosa y difícil, es confuso como el límite entre el amor y el odio se rompió para ambos cientos de veces. El doctor...