Cuando salieron de la Tardis miraron a su alrededor, estaban en un extenso prado cuyo final no se alcanzaba a ver. El lugar estaba muy tranquilo, no se escuchaba ningún sonido salvo el del ligero viento que se movía. Había bastante vegetación, la mayoría eran plantas no muy altas de un verde claro algo amarillento,con hojas largas, delgadas y de bordes redondeados. Esas plantas también tenian unas extrañas pero hermosas flores de color dorado o plateado en su mayoria y con forma de pequeñas campanas. Apenas habían árboles, los cuales eran aún muy jóvenes y por lo tanto no eran muy altos.
—¿Reconoces este lugar?—preguntó el Master después de dar una vuelta sobre sí mismo para ver todo el terreno..
—No, nunca he estado aquí. ¡Bueno, averiguemoslo!
Un ruido ensordecedor hizo que ambos se encogieran un poco y se cubrieran los oídos con las manos. El viento les rodeó haciendo que les fuera muy difícil tenerse de pie. El sonido desapareció, pero no lo hizo el viento, el cual fue acompañado por una luz blanca.
El Master vio entonces como su Tardis desaparecía delante de sus ojos.
—¡No, no no... ¡Se han llevado mi Tardis!—exclamó con tono de frustración y enfado.
El Doctor se giró como pudo para mirar hacia donde estaba la nave y al ver que no había ya nada se sintió igual de frustrado que el master. El viento y la luz desaparecieron tan rápido como llegaron, dejando a ambos confusos y algo desorientados.
—¿Qué cojones se supone que vamos a hacer ahora?—Dijo el Master dándole una patada a una de las plantas, lo que hizo que varias flores salieran volando.
—Tranquilo, tranquilo—Contestó el doctor acercándose a él—. Vamos a buscarla, no pueden hacer gran cosa con ella ahora mismo.
El Master cerró los puños intentando contener su ira, aunque aún dio varias patadas a la vegetación.
—¡Mira, viene otra de esas luces!—Gritó el Doctor—. ¡Deja de arrasar con la naturaleza del lugar y corre!
Sin decir nada más, ambos comenzaron a correr por el prado todo lo rápido que les daba las piernas.
—¡Vaya recibimiento!—Dijo el Master entre risas.
El Doctor sonrió casi sin darse cuenta y continuó corriendo. La luz era rápida y les pisaba los talones. Esquivaron un pequeño grupo de árboles, entrando en una zona que era igual de verde pero algo más rocosa. Correr por allí empezó a ser algo más complicado por la irregularidad del terreno. Tras un buen rato sin parar de recorrer aquel interminable lugar, la frustración y el cansancio se apoderó de ambos. El Doctor tropezó con una piedra y cayó al suelo. El Máster se detuvo un momento, se giró y miró al Doctor, vió que la luz estaba casi encima de ellos.
—¡Vete, no te preocupes por mí!—Dijo el doctor mirándole.
El Doctor se miró la pierna, la cual tenía muy dolorida pero no sangraba. Cuando vió que la luz le rodeaba, miró de nuevo a los ojos del Máster, el cual parecía dudar de que hacer.
—¡En serio, corre!
Este hizo la acción de salir corriendo, pero miró al Doctor y suspiró avergonzado de sí mismo. Extendió los brazos de un modo muy dramático y dejó que la luz le atrapase también.
— — — —
Cuando el Doctor volvió a abrir los ojos, estaba en una sala blanca, con símbolos geométricos de color plata en las paredes. No había ninguna salida de la sala salvo una puerta grande y blanca en el centro de una de las paredes. El techo estaba lleno de pequeñas luces redondas que flotaban y le daban un ambiente mágico.
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The love of the doctor
FanfictionLa vida del doctor ha sido muy larga y complicada, pero también lo fue su primer amor. Su relación con el master siempre ha sido tormentosa y difícil, es confuso como el límite entre el amor y el odio se rompió para ambos cientos de veces. El doctor...