MANUEL.Después de que Marizza estuviera lista, bajamos con las demás a preparar todo para su fiesta. Aunque no tuvimos que hacer mucho, las amigas de Mia hicieron peor que nada y Marizza se comenzó a pelear con ella por cómo iban vestidas ambas.
-¡No me quiero parecer a vos!.-Dijo Marizza.- ¡Cámbiate!
-Sorry, pero no me puedo cambiar, los invitados están por llegar y esto me queda re bien.-Le respondió Mia.- Ademas te queda re bien, ¿porque te molestas?
-¡Porque es exactamente lo mismo que traes vos!.-Le respondió el triple de molesta. Mia se había puesto una vestimenta igual a la de Mari, solo que en color negro, que siendo honesto le quedaba uff.
-¡Eso no tiene nada de malo! Nos vemos re bien usando lo mismo.-Le dijo Mia y se fue dejando a Marizza con la palabra en la boca.
-¡Yo la mato!.-Se quiso ir tras ella pero la detuve.- Soltame Manuel, la voy a matar.
-No vas a matar a nadie, mejor ve a recibir a tus invitados.-Le apunté a donde estaba Alicia abriendo la puerta.- Y relájate, yo me encargo de Mia.
-Bueno.-Camino hasta la puerta antes de gritar.- ¡Usen forro!
-Esa piba es una grasa.-Dijo alguien a mi lado, me gire para encontrarme con Feli.- Siempre queriendo llamar la atención, ¿no crees?
-A mi me parece chida.-Dije encogiéndome de hombros, y no mentía Marizza era muy buena onda, no tenía de que quejarme.
-¿Chida?.-Rió una persona detrás de Feli.- ¿Que significa eso?
-Pues, que está como loca.-Dije sin saber cómo explicarlo.
-¿Y vos qué haces acá?.-Le preguntó Feli a la defensiva.- ¿No ves que estamos hablando?
-Bueno, tampoco para tanto, ¿es una fiesta no? Es para conocer gente nueva.-Dije poniéndome en medio de ambas.- Soy Manuel, Manuel Aguirre.
-Luna Hernandes.-Dijo amablemente.- ¿No sos de acá no?
-Nop, soy de Mexico.
-Ah, mira vos.-Se rió.- Yo eh ido un par de veces, es re lindo.
-Si, también Argentina lo es, es chido estar acá.-Dije sonriendo, esta niña tenía unas muy buenas vibras, se veía re copada.
-¿Chido no era loco?
MARIZZA.
Al final accedí a tener la misma ropa que Mia, pero solo por un par de horas. Los invitados comenzaron a llegar, Mia recibió a sus amigos y yo a los míos, y si se preguntan cómo llegaron, Mia me contó que un Pibe se había ofrecido a traerlos a todos para la joda y después se devolverían a Buenos Aires.
-No puedo creer que será nuestra última fiesta juntas.-Dijo Romina abrazándonos a las dos con fuerza.- Esto solo significa una cosa...¡Emborracharnos hasta no poder más!
-Bue, vos no podes tomar porque te pones re mal y tus papás sabrían que te escapaste, y yo no puedo porque mi vieja me mata.-Le dije separándome del abrazo.- Ademas tengo que cuidar a estos pibes.
-No seas amargada, solo serán un par de tragos.-Insistió Tamara.- ¿Que puede pasar?
-Che, ¿ya vieron al rubio de allá?.-Dijo Romina apuntando detrás de mí.- Parece que una de nosotras le gusta, no deja de mirar para acá.
-Dejá de flashear.-Dijo Tamara.- Mejor vamos por los tragos.-Tomo a Romina del brazo y se la llevo a la cocina.
-¡Yo las espero acá!.-Les grite antes de irme a sentar sobre el gran sofá en la sala, saqué mi teléfono y comencé a revisarlo.