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O1. || inukoko winter

Cuando el invierno comenzó a llegar, cuando la primera nevada de la temporada cayó sobre la ciudad, tiñendo de blanco gran parte de las calles, Koko e Inupi solo observaban a través de una ventana del pequeño apartamento como su vida y los momentos que vivían juntos continuaban transcurriendo.

Dicen que ver la primera nevada del año con una persona a tú lado, significaba que estarían juntos toda la vida

Y sí, ambos creían en ello.

— Inupi... — Koko apenas pudo sostener el vaso con su café recién comprado cuando su mirada se vió sorprendida por la repentina acción de su novio.

En medio del frío, dejaba al descubierto sus hombros, un acto jodidamente sensual para Koko, casi como si lo estuviera seduciendo; aunque en realidad si lo estabas haciendo.

— ¿Qué sucede? — el repentino silencio de Koko hizo que Inui se quedara por unos segundos en una sola posición observándolo por varios segundos. — ¿Koko?

Desvió la mirada visiblemente avergonzado, un leve rubor en las mejillas de Koko lo hacía evidenciar. — ¿No... No tienes frío? — por supuesto que verlo de esa manera le parecía una vista hermosa, aún así, Koko sentía mucho frío y parecía ser que su novio era algo inmune a ese clima.

— No, lo normal. — Inui tomó del café de Koko, acercándose directamente para que el peli negro le diera de beber. Después de hacerlo, sus ojos se dirigieron hacia la mirada de Koko. — ¿Ya vamos a casa, no? — sonrió.

Y sí, no era cualquier sonrisa de Inui; era una donde le decía muy claro a Koko que probablemente deseaba algo más en ese momento. Por esa misma razón, llegar al pequeño apartamento en el que vivían no fue demasiado problema, ni tardó mucho.

— Creo que el invierno de este año... — no terminó de concluir la idea cuando sintió que Inui lo tomó del brazo para detenerlo justo entre el pasillo que daba directamente a su habitación y la pequeña sala del apartamento. — ¿Inupi? — Koko volteó para verlo.

— Koko perdón, pero... — no dejó un solo centímetro más de distancia entre ambos, ya tenía a su Koko apegado a su propio cuerpo, Inui estaba casi sediento de su amado.

— I... Inupi... — no era la primera vez que ambos se encontraban de esa manera, muchas veces antes lo habían hecho, sin embargo, esta era la primera que Inui tomaba la iniciativa. — aún es temprano para... — Koko rodeó con sus brazos el cuello de Inui, estaban comenzando una especie de ligero coqueteo.

— Hoy me desperté caliente. — Koko eran tan solo unos centímetros más bajo que él, la posición era perfecta para darle una pequeña y suave mordida en el lóbulo de su oreja; tal vez también susurrarle, lamer, algo que complaciera los sentidos del peli negro. — sé que también quieres...

¿Cómo no iba a querer? Si Inupi podía hacer y deshacer con él de mil maneras, era su gran debilidad aunque muchas veces ni siquiera lo expresara en palabras, si en acciones cada vez que buscaba tener sexo. El cuerpo de Koko sintió de inmediato la dureza en la parte inferior de Inupi, su miembro ya estaba duro, como tanto a él le gustaba y el de él también; con el solo roce ambos comenzaban a caer en su momento más deseoso.

Las mordidas de Inui comenzaron a bajar por el cuello de Koko, que dejaba sin quejas su peli rubio hiciera con él lo que quisiese.

— Ya estás duro amor, que delicia... — no se habían movido de aquel pequeño pasillo, Inui giró a Koko dejándolo acorralado en la pared, sin salida. — que tal si... — agachó sutilmente su cuerpo, sin quitar la mirada en la mirada de Koko. Bajó la cremallera del pantalón de este, rozó solo por encima con los dedos el endurecido pene, juguetear un momento así solo causaba aún más deseo en Koko.