T/N es una chica insegura que conoce a dos chicos que terminarían siendo sus mejores amigos para el resto de su vida, hasta que suceden varias cosas inesperadas para los tres amigos.
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Corrías a tu clínica privada, te habías mudado de ciudad y mientras ibas te llegó una llamada.
T/N:
¿Si?
Jefa:
Buenos días T/N, soy Janna tu jefa, quizá esta noticia te guste
T/N:
¡Janna! Claro, dime
Janna:
Te he trasladado con un ascenso y una gran subida de sueldo, has ganado mucha reputación como enfermera y muchos pagan miles por tenerte en su clínica, me da pena dejarte ir, pero te dejo ir con orgullo sabiendo que te enseñé bien todo lo que ahora sabes.
T/N:
¿¡Enserio!? ¿A donde?
El nombre de la ciudad te ilusionó, volverías a ver a tus padres, volvías a tu ciudad, con el trabajo de tus sueños. Obviamente aceptaste volver y tu jefa no tardó en colocarte un uber y llevarte allí. Tu vida había dado un gran giro para bien, cuando llegaste lo primero que hiciste fue ir a visitar a tus padres. Estabas en la puerta colocando tu chaqueta con nervios pero antes de que pudieras llamar a la puerta tu madre la abrió para salir.
—T/N... —Hola mamá—Saludaste con una sonrisa.
Te abrazó con fuerza mientras que tu padre se asomaba también a los pocos minutos.
—¡T/N! ¡Mi hija ha vuelto!
Abrazaste a tus padres emocionada de volver a verlos, estabas tan feliz de volver a verlos y no tener que hacer una vídeo llamada cada vez que querías verlos. Tus padres te metieron en casa, haciéndote miles de preguntas las respondías con una amplia sonrisa y pusiste al día a tus padres.
—Pero ese chico era un idiota—Se quejó tu madre al hablarle sobre tu situación amorosa. —Lo sé mamá, pero he madurado mucho, ya no soy tan terca como antes se hacerme respetar, en cuanto comenzó con las mentiras lo mandé a paseo—Respondiste. —Esa es mi hija—Dijo tu padre con orgullo.
Reíste ante sus palabras y miraste a tu alrededor.
—¿Habéis reformado la casa?—Preguntaste notando algunas diferencias. —Muchas veces... La situación entre los héroes y los villanos cada vez es peor...—Respondió tu padre. —¿Aún? —Si, y hay muchos héroes muy guapos ahora... Recién salidos de la academia—Dijo tu madre con una sonrisa picandote con el codo. —Mamaa—Te reíste. —¡Voy enserio! ¡Mira!
