A través de los ojos de un dios ~[Naruto rinnegan]~

Amistades inesperadas #33

"Entonces, ¿qué quisiste decir con 'cosas jinchūriki' de todos modos?" Fū se preguntó mientras se sentaba en el sofá junto a Sakura. Los dos jóvenes se sentaron frente a ellos sobre unos almohadones en el suelo.

Naruto abrió la boca para responder, pero se encontró sin palabras. "Yo, eh, bueno, ya sabes". Se rascó la mejilla pensativamente antes de que se encendiera una bombilla. "¡Vaya! ¡Ahora recuerdo! Quería preguntarte cómo tú y Chōmei se hicieron amigos. Y como, si alguna vez has usado su chakra o si tienes alguna habilidad única. Cosas como esas."

Fū plantó un dedo en su barbilla mientras ella inclinaba la cabeza y tarareaba. "Bueno, ahora que lo mencionas, tengo algunas cosas que son diferentes de los shinobi normales".

"¿Cómo qué?" preguntó Sasuke.

"¡Puedo volar!"

"¿Puedes volar?" Naruto repitió con la boca abierta.

La chica de cabello menta asintió furiosamente mientras todos la miraban. Cuando su cabello dejó de bailar, lucía una sonrisa de oreja a oreja. “Chōmei me ayuda a que me crezcan alas como un escarabajo en la espalda”.

Naruto solo pudo parpadear con incredulidad debajo de sus gafas de sol. "¿Puedes mostrarnos?"

"¡Naruto!" reprendió Sakura.

"¡Está bien! Mi parte superior está tal como está, así que puedo llamarlos casi siempre que los necesito”, explicó Fū mientras se ponía de pie. Se dio la vuelta y enfocó chakra en su espalda.

Sin previo aviso, un par de alas parecidas a insectos brotaron de la parte baja de su espalda, cada una de casi cuatro pies de largo. El borde delantero de ellos era verde menta, el mismo color que su cabello. El borde de fuga y el resto de las alas eran muy finos y anaranjados, como sus ojos.

"No estabas bromeando", pensó Sasuke en voz alta.

"¿De verdad puedes volar con esto?" preguntó Sakura mientras se maravillaba de ellos.

"¡Sí! Te mostraría, pero estamos adentro y no quiero hacer un lío”, explicó Fū.

Naruto solo podía mirarlos como un tonto. Había visto muchas cosas extrañas en su vida, pero esta era nada menos que una de las cosas más extrañas que había visto. Finalmente encontró su voz después de un momento de lo que podría malinterpretarse como comiéndose con los ojos.

"Entonces, espera, ¿son gracias a Chōmei?"

Las alas se retrajeron y desaparecieron cuando la kunoichi de cabello menta giró sobre sus talones para mirar a la rubia, asintiendo con una sonrisa de satisfacción en su rostro. "¡Sí! Bastante ordenado, ¿eh? ¿El Nueve Colas te da algo así? Se plantó junto a Sakura una vez más.

Naruto se encogió de hombros. “Quiero decir, no realmente. Lo más que se me ocurre es que mis heridas sanan muy rápido. Aparte de eso, su chakra se escapa cuando me enojo. Eso solo sucedió unas pocas veces, pero no es... exactamente algo bueno cuando eso sucede".

Fū ladeó la cabeza, sus ojos naranjas llenos de inocente curiosidad. "¿Qué quieres decir con eso?"

"Antes de responder eso, déjame preguntarte: ¿alguna vez has usado el chakra de Chōmei antes?"

La Taki kunoichi desvió la mirada, repasando sus recuerdos. "Bueno, aparte de las veces que uso mis alas, sí, un par de veces".

"¿Recuerdas cómo se sintió?"

El rostro de Fū se torció en una expresión pensativa. “Realmente no recuerdo. La última vez que lo hice, estaba en problemas. Entonces, supongo que me sentí... ¿más fuerte? ¿Supongo? En realidad, ahora que lo pienso, he hecho esto donde me transformo en él como… una vez”.