Capítulo II

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Ciaran: ¿Seguro que no debimos ir con ellos?

Ornstrein: No me fío del novato, es mejor estar aquí, lo podían haber engañado o algo así.

Pasaron los minutos mientras Artorias y Gough se adentraban más y más al bosque, el ambiente era lúgubre, la niebla lo cubría todo y era difícil poder ver.

Gough: Oye no te preocupes, ellos solo les falta conocerte mejor.

Artorias: Eso ahora no es importante, en estos momentos tengo un raro sentimiento, esto es exactamente igual a como lo describieron las ancianas.

Gough: ¿Seguro?

Artorias: Demasiado.

Gough: Ahora que lo mencionas, esto recuerda mucho a como describen los lugares donde habitan los drago... Shhhh, espera escucho algo.

Artorias: ¿Que pasa?

Gough: Ven, no hagas ruido, observa bien esa cueva.

Artorias: La niebla es muy espesa, apenas puedo ver los árboles, tu vista es muy aguda Gough, me sorprende que puedas ver algo.

Ambos Caballeros estaban esperando el momento para comenzar el ataque, no se sabe con certeza que sea lo que está en esa cueva pero, algo está asegurado, no es humano ya que se podía escuchar algo similar a gruñidos.

Artorias: Sif rápido, ve y avisales a los demás.

Tras esto Sif desapareció en la niebla dejando a los Caballeros observando la misma cueva, sin aviso un gran rugido se escuchó y de la cueva comenzaron a salir pequeños Dragones en dirección al pueblo, ya no había duda alguna, debían acabar con ellos antes de que fuera demasiado tarde, Artorias levantó su Espadón y corrió hacia los Dragones mientras que Gough acababa con los que estaban en el aire.

La lucha era ferviente y dura, cada golpe debía ser preciso, no se podían permitir dejar escapar a ninguno, Artorias pegó un gran tajo que empujó la niebla dejando ver a sus enemigos, eran Dragones de un color azul, uno de ellos se preparó y comenzó a escupir rayos, el ataque provocó que Artorias cayera al suelo, este momento fue aprovechado por el enemigo y varios Dragones atacaron al mismo tiempo con sus garras.

Justo antes de eso los Dragones salieron disparados contra la roca de la cueva, al mirar detenidamente notaron que los Dragones fueron empalados por lo que parecía una Lanza Dorada, había sido Ornstrein, llegaron en el momento exacto.

Ornstrein: ¿Que pasa novato, eres demasiado débil como para enfrentarte a ellos?

Artorias: ... (No hablo, solo se limitó a ponerse de pie y recoger su arma)

Ciaran:(Pensó) Lo sabía, tan solo era un engreído, no posee habilidad.

Gough:(Pensó) Vamos muchacho, yo sé que puedes hacerlo

Artorias recargo su Espadón en su hombro derecho y tomo una pose extraña para ellos, todos observaban sin saber porque hacía eso, su brazo izquierdo lo dejó caer y se colocó con las piernas abiertas, de esta forma se escuchó su respiración preparada para atacar.

Acto seguido dio un gran saltó sobre Ciaran y Ornstrein cayendo sobre uno de los Dragones clavando su arma y matándolo de un solo golpe, utilizando su mismo impulso siguió atacando a los demás enemigos, antes de que lo notarán ya había acabado con cinco Dragones.

𝕯𝖆𝖗𝖐 𝕾𝖔𝖚𝖑𝖘 - 𝕰𝖑 𝕯𝖊𝖘𝖙𝖎𝖓𝖔 𝖉𝖊𝖑 𝕮𝖆𝖒𝖎𝖓𝖆𝖓𝖙𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora