nueve

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Minho no podía evitar sentirse vertiginoso cada que cerraba los ojos y soñaba con las delgadas y sedosas piernas de la misma persona, despertaba sudado y mareado, su corazón desbordado y latiendo en culpabilidad.

Todo había iniciado desde la primera semana en la que Changbin había conseguido un trabajo en el local de comida de Kim Seungmin.

Changbin entonces se despertaba todos los días temprano para ordenar su casa y hacerse cargo de la limpieza, después se alistaba para el comienzo de sus jornadas laborales. Aunque Minho insistió en llevarlo hasta la ciudad en su automóvil, el omega se negó desde el primer segundo con la excusa de querer aprender a valerse por sí mismo. A pesar de la negación inicial, el alfa con su necedad innata iba siempre a recogerlo al final de sus jornadas para asegurarse de que la ciudad con sus peligros nocturnos no alteraran el regreso del más chico.

Eso a Changbin no le había parecido porque sentía que desperdiciaba horas valiosas del alfa, y aunque él se hubiera negado, tenía que admitir que los viajes de regreso eran siempre más sosegados y le daban oportunidad para dormitar de vez en cuando, dependía de cuanto trabajo hubiera tenido ese día. Así que para deshacerse de esa sensación de estorbo cada que ingresaba al automóvil estacionado fuera del local, le propuso al propietario de la vivienda que podría hacer la limpieza para él también.

Minho se veía atareado cada vez más con la próxima apertura del viñedo a los turistas, y aunque velar por la seguridad del menor que cargaba a su cachorro no era algo precisamente tedioso, sabía que no habría otra manera de hacer sentir útil al omega.

Aproximadamente un mes después las cosas ya estaban cayendo en su lugar por sí mismas, la rutina se establecía y su relación ahora parecía menos tensa. Aunque Minho  no fuera un alfa de muchas palabras, estaba dispuesto a soportar las charlas unilaterales de Changbin, así como también sus atrevidos conciertos a todo pulmón cuando se encontraba de buen humor.

El primer trimestre del embarazo ya había quedado atrás, y a vísperas de empezar el segundo, el vientre del omega ya empezaba a ser notorio. Era visible si ponías la suficiente atención por sobre sus camisas holgadas, y su pequeña "tripita" (como había sido apodada por Felix y Chan) había empezado a asomarse. Los omegas visitaban, al menos, unas tres veces por semana la vivienda de Changbin para llevarle algún nuevo cotilleo o uno que otro regalo, o simplemente para comer algún desayuno juntos antes de que fuera tiempo para el menor de marchar a su trabajo.

El aumento de energía que experimentó Changbin a mitad del tercer mes fue gratificante, especialmente después de las semanas anteriores donde numerables veces consideró la opción de tenderse en el piso y derrumbarse ante la vida. Entre náuseas que tuvo que soportar, hasta mareos que lo obligaban a permanecer quieto en algún sillón. Había sido espantoso pensar en los días antes de que Minho y él entablaran una amistad, si es que se le podía llamar así, pues en las mañanas su hambre y amor por un buen desayuno americano se veían conflictuadas por las terribles náuseas y el asco que algunas veces era intolerable.

Sin en cambio, y de acuerdo a sus consultas en internet, los meses venideros eran conocidos como la luna de miel del embarazo, así que estaba dispuesto a aprovechar el tiempo para imtentar ahorrar lo más que le fuera posible antes de que sus pies comenzaran a hincharse y las contracciones fueran insoportables. A Changbin realmente le gustaba entretenerse por las mañanas visitando a Minho, aunque el motivo de su visita fuera siempre el aseo que él mismo había ofrecido, admitía que sentir la presencia del alfa merodeando cerca era emocionante.

Así funcionaban ahora, Changbin asistía hacia su lugar en las mañanas donde compartían un desayuno o un café, dependiendo de que tan lleno se encontrara el omega. Después él se retiraba para empezar con sus deberes que consistían, sobre todo, en ordenar sus papeleos y limpiar las manchas de café espresso en el escritorio de la oficina del alfa. El susodicho era increíblemente ordenado y limpio, sin embargo, así que barrer y fregar los pisos de madera no era una labor tan dificultosa por la falta de alguna suciedad externa más que el polvo.

Kerosene [MinBin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora