—Ibrahim ya estoy aquí... —me corte mientras me observaba con el ceño fruncido—¿Por que rayos me miras así?
—Príncipe... usted, usted que esta usando, por que usa esos harapos...?
—Es que es divertido disfrazarse... —respondí con una sonrisa mientras Ibrahim fruncia el ceño con gracia.
—Usted no cambia Príncipe —respondió un gracia— Pero en serio debe comenzar a usar ropa más decente, no es de extrañar que el Rey Uther lo confundiera con un sirviente
—Entiendo Ibrahim, pero hablando en serio ¿Para que me llamo?
—Bien... se me fui informado que va a ver un torneo y pensaba...
—No —le corte de golpe sabiendo lo que me sugeriría— No participare en el torneo
—Pero... Príncipe usted es nuestro mejor guerrero después de su padre, podría representar al imperio Otomano.
—Ibrahim... sabes que el "premio" es escoltar a la protegida del rey —reclame un poco enfadado por la insistencia— Sabes muy bien que yo no veo a las mujeres como premio, por que crees que nun-
—Mi señor... se que por ese motivo nunca deseo tener el harem, pero ya no podrá poner escusas mas adelante, cuando se convierta en heredero a la corona.
—Ibrahim... sabes que ese trono nunca me ah pertenecido, el trono le pertenece a cualquier hijo del Sultan, Mehmed o Mustafa, nunca yo.
—Príncipe, eso puede cambiar, sabes que su padre siempre le ah tenido una gran estima, a pesar de no ser su sangre.
—Pero los jenízaros y pueblo no —responde cortante— Los jenízaros solo me respetan por que me lo gane, Mustafa no ah pasado ni dos semanas enteras con ellos y ya lo adoran, lo llaman el próximo sultan
Ibrahim me miró con cautela. Sus palabras resonaron en mi mente, recordándome las expectativas y responsabilidades que recaían sobre mis hombros, a pesar de mi posición como hijo adoptivo del sultán.
—Príncipe, entiendo tus reservas, pero este torneo es una oportunidad para mostrar tu valía y ganarte el respeto del pueblo y los jenízaros. Además, al ser el próximo en la línea de sucesión, es importante que estés preparado para cualquier eventualidad, piénsalo en una oportunidad de caerle bien al pueblo de tu futuro marido y por supuesto al suegro —insistió Ibrahim con voz firme.
Sus palabras golpearon una verdad incómoda. Aunque mi relación con mi padre era cercana, siempre había sido consciente de que la sucesión no estaba garantizada para mí. Mehmed y Mustafa eran los hijos legítimos del sultán, y la tradición y la lealtad de los jenízaros podrían inclinarse hacia ellos en lugar de hacia mí.
—Lo sé, Ibrahim. Pero no puedo evitar sentir que no encajo en este mundo. No deseo convertirme en un títere de la política y las expectativas —respondí, dejando al descubierto mis dudas y temores.
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Love in War [Merthur]
Teen FictionEn medio del misterioso y oscuro bosque, encontré a Merlin, un niño perdido y desamparado de tan solo nueve años. Como príncipe, hijo del poderoso Sultán, mi destino parecía trazado, pero mi corazón me instó a llevarlo al palacio y criar a Merlin co...