XLIX

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Eilidh había viajado junto a Jon hasta el Castillo Negro, una vez allí sus caminos se habían separado. Jon junto a varios hombres habían pasado el muro en busca del caminante blanco para llevarlo ante la reina. Sin insistir en lo más mínimo, Eilidh acepto el deseo de Jon de que no les acompañase y en cambio, fuese rumbo a Invernalia. 

Cuando llegó al castillo, no había nadie vagando por el exterior. El hombre que la había acompañado se ocupó de ambos caballos mientras ella se adentraba en el lugar. 

En el mismo lugar en el que su padre solía verles entrenar o jugar había dos personas, una pelirroja y otra de cabello castaño oscuro. Eilidh se emocionó al ver a la segunda, sabía de sobra quien era, no muchos habían heredado el cabello de lord Eddard. 

Aunque le hubiese gustado correr hacia ella, fue con sigilo queriendo escuchar la conversación que estaban teniendo. 

- Yo no lo traicioné, no traicioné a Robb ni a toda mi familia por mi bien amado Joffrey.- es escuchó la voz, ahora más madura de Arya.

- Tú deberías ponerte de rodillas y darme las gracias, estamos de nuevo en Invernalia gracias a mí.- contratacó Sansa.- Tú no la recuperaste, Jon no la recuperó, perdió la batalla de los bastardos. Los caballeros del valle ganaron la batalla y vinieron al Norte por mi, mientras tú estabas dónde, ¿viendo mundo?

- Creo recordar que fui yo quien te dijo que los avisases.- habló Eilidh a espaldas de la pelirroja. 

Las dos se giraron sorprendidas. Sansa con el ceño fruncido y Arya con la boca ligeramente abierta. 

- Demostrad que habéis crecido y dejad de pelear.- les regañó.- No debemos pelearnos entre nosotros, dejad vuestra estúpida competición de quien ha hecho mejor las cosas o quien lo ha pasado peor a un lado. No puedo imaginar algo que le haga más feliz a Cersei que nos peleemos entre nosotros. Han pasado muchos años y todos hemos experimentado cosas horribles

- E... ¿Eilidh?- Arya dudó por unos instantes. Pero no tardó en correr a sus brazos causando que la rubia se tambalease hasta casi caer. 

- Me alegro tanto de que estés aquí.- murmuró Eilidh besándole en la cabeza.- Ya estás tratando de revolucionarlo todo y acabas de llegar, no has cambiado. 

- Solo he mejorado.- sonrió orgullosa.- Estoy deseando que me veas pelear, puede que incluso te supere. 

- No tan rápido.- Eilidh rio.- ¿Te parece si nos vemos luego y me pones al día?

- Por supuesto.- respondió Arya.

- Necesito ir a ver a Bran. 

Sansa le indicó que se encontraba en su antigua habitación, ambas se ofrecieron a acompañarla, pero decidió ir sola. 

Al llegar, se paró frente a la puerta y se tomó su tiempo antes de dar tres golpes secos. 

- Adelante.- una voz irreconocible a su oído se escuchó del interior.- ¿Qué es lo que sucede?

- Solo quería saludar a mi hermano pequeño después de tanto tiempo.- a diferencia de la suya, la voz de Eilidh si seguía intacta. Bran se giró sobre la silla incrédulo.- Pensé que le alegrarías más al verme. 

- Me alegra verte.- asintió Bran correspondiendo el abrazo de la rubia.

- Has crecido demasiado.- dijo Eilidh observando su rostro ahora más maduro. La última vez que se vieron a penas le llegaba a la altura del pecho. 

- Todos hemos cambiado.- dijo Bran serio.- Siento lo de Rickon, cuando me separé de él pensaba que estaría a salvo. 

- Era hermano de ambos, no tienes que sentirlo.- murmuró Eilidh.- Yo debí haberme quedado en Invernalia junto a vosotros, quizás entonces todo hubiese sido diferente. 

- No hay nada que hacer ahora.- murmuró Bran.- Ahora estás aquí, todos estamos aquí gracias a ti. 

- Supongo que si.- suspiró Eilidh. 

- Toma asiento, tengo algo que contarte.- señaló la silla junto al fuego enfrente de la suya.- Desde que em convertí en el cuervo de tres ojos, puedo ver cosas del pasado, son como visiones. Jon y tú no sois unos Nieve, vuestro verdadero apellido es Arena. 

- ¿Por qué iba padre a mentirnos sobre algo así?- preguntó la rubia.- No tiene sentido. 

- En mi visión vi a padre de joven, estaba al sur de Poniente en la Torre Alegría de Dorne. Combatió con los últimos guardias reales del rey Aerys II sobreviviendo solo él y un compañero. Cuando acabaron con ellos, padre entró a la torre y tú madre estaba allí, amamantándoos a Jon y ti con su último aliento. Le pidió a padre que os cuidase por ella, y el aceptó sin pensarlo, dándoos el nombre por el que ahora os conocemos.- relató.- Padre amaba a vuestra madre, y estuvo con ella hasta que la muerte se la llevó, os cuidó y protegió tal y como le prometió a su querida hermana. 

- ¿A su hermana?- preguntó Eilidh confusa.- Eso quiere decir que... 

- Lyanna Stark es tú madre, no eres la bastarda de mi padre.- completó Bran.

- ¿Quién es mi padre entonces?

- Para proteger vuestra identidad, padre os cambio el nombre a Jon y Eilidh Nieve, pero realmente fuisteis nombrados como Aegon y Rhaenyra Targaryen.  

- No puedo creerlo, es imposible, Bran.- negó la rubia. 

- No lo es, Eilidh.- Bran tomó su mano con delicadeza.- Padre lo ocultó porque tras la victoria del rey Robert, con vuestra verdadera identidad, hubieseis estado en peligro. El propio Robert os hubiese matado. Lyanna se casó en secreto.

- Entonces, ¿mi padre era el príncipe Rhaegar?- Bran asintió.- Todo esto no parece real. 

- No solo eres una Targaryen, eres la hija mayor del que hubiese sido heredero al trono. 

- Eso podría servirme para rechazar a Daenerys como reina.- pensó la rubia.- Yo estoy por encima de ella en el derecho al trono. 

- No creo que sea algo que te convenga contar ahora.- dijo Bran.- No es el momento, tampoco de contárselo a Jon. 

- No lo haré entonces.- asintió Eilidh.- Pero esto podría cambiar muchas cosas. 

- Lo sé, pero todo a su debido tiempo. 

Nieve en verano (GoT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora