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Después de discutir diferentes estrategias para ir contra los Lannister, se dieron cuenta que hicieran lo que hicieran debían cruzar el puente de Walder Frey.

Le había jurado lealtad a los Stark, pero no era la primera vez que no cumplía un juramento. Hubiesen prescindido de él, pero le necesitaban.

Lady Stark cabalgó desde el campamento para negociar con él, necesitaban que se uniese a su causa y se mantuviese a su lado.

- Lord Walder te brindará el paso franco.- dijo Lady Stark provocando una sonrisa en los presentes.- Y sus hombres son tuyos también, menos los cuatrocientos que conservará para guardar el paso contra cualquiera que te persiga.

- ¿Qué ha pedido a cambio?- preguntó Eilidh sabiendo que el hombre no habría accedido a no ser que se le prometiese algo a cambio.

- Quiere que tomes a su hijo, Olivar, como escudero personal, espera ser armado caballero a su debido tiempo.- explicó la mujer.

- Bien, bien.- accedió Robb, tener a ese muchacho como escudero no le importaba en lo más mínimo, tenían mucho más que ganar.

- ¿Qué más?- preguntó Eilidh haciendo que todas las miradas se dirigieran hacía ella. Lord Walder sabía lo importante que era su posición, no iba a perder la oportunidad de pedir algo que realmente le favoreciera.

Lady Stark suspiró antes de hablar.- Y Arya se casará con su hijo Waltyr cuando sean mayores de edad.

- Eso no la va a alegrar.- comentó Robb.

- Espera.- murmuró Eilidh con la mirada fija en la esposa de su padre para que siguiese hablando.

- Cuando la lucha acabé, te casarás con una de sus hijas, la que tu prefieras, tiene unas cuantas que considera adecuadas.- Robb se quedó paralizado en su sitio mientras analizaba lo que su madre le acaba de decir, y por unos instantes deseaba que la lucha nunca cesara.

- ¿Has podido ver a alguna de sus hijas?- preguntó causando la risa de Theon.

- Las he visto.- respondió Catelyn.- Hay una... ¿das tu consentimiento?

- ¿Puedo rehusar?- preguntó Robb.

- No si quieres cruzar.

- Entonces consiento.- dijo antes de abandonar la carpa

- No te rías.- Eilidh le dio un codazo a Theon en el estómago antes de ir tras su hermano.

Al salir de la tienda Brandr se levantó y fue a su lado, guiándola hacia su hermano y su lobo, que habían ido a la tienda de este.

Asomó la cabeza por la puerta, le vio sentado sobre su cama, acariciando el pelaje de Viento Gris, que descansaba a su lado. En silencio, entró y dejó pasar a Brandr, avanzó a paso ligero hacia la cama y se sentó a su lado.

Robb prácticamente estaba esperando a que la chica apareciese, la conocía de sobra como para saber que al verle irse así iría tras de él. No trataría de hacerle ver que no era tan malo, porque era imposible, pero le haría compañía.

- Ahora mismo desearía no ser Robb Stark, te cambiaría el apellido.

- No casarte por conveniencia es lo único bueno que tiene ser una bastarda.- dijo Eilidh.- Pero a parte de eso, no tienes nada, no si quiera derecho sobre lo que es de tu padre. Casarte con una de las hijas de Walder Frey es terrible, no voy a negártelo. Pero tu madre ha mencionado que hay una que no está mal, todos los matrimonios entre familias importantes son por interés, incluso el de tus padres, y míralos ahora.- se acercó a él y le acarició la espalda.- Puede que consigáis amaros.

- No es solo eso.- suspiró.- No quiero estar a cargo de todo esto, no quiero tener que encabezar a toda esta gente contra los Lannister. He crecido sabiendo que algún día me convertiría en el señor de Invernalia y sinceramente, no sé si es algo que deseo.

Eilidh trataba de comprender los sentimientos de su hermano, comprendía que era demasiada carga para él, tenía a penas dieciséis años y estaba al mando de un gran ejército, realmente dudaba que hubiese alguien que desease estar en su lugar ahora mismo, al menos alguien de su edad. Por mucho que le hubiesen educado en estrategia y para combatir, no estaba preparado para esto.

Se enfrentaba a Twyn Lannister, un hombre con décadas de experiencia y un ejército mayor en número que el suyo. Trataba de verse confiado ante los norteños pero era solo un niño.

- Cuando todo esto acabe podemos huir.-sugirió la chica.- A alguna cabaña en mitad de la nada y vivir como dos ermitaños junto con Viento Gris y Brandr. Nos podemos cambiar los nombres y vivir ahí hasta viejos, los Frey pensarán que has muerto y así nunca tendrás que casarte con ninguna de ellas.

- ¿Sacrificarías tu vida por mi?

- Por supuesto que si.- exclamó.- Tampoco es como que tenga ningún plan de futuro, diría incluso que ya soy demasiado mayor para casarme.

- Te casarás.- aseguró Robb.- A no ser que Theon sea más estúpido de lo que normalmente es y no te lo pida. ¿Creíais que nunca me enteraría de lo que hay entre vosotros dos?

- ¿Cuándo?- preguntó Eilidh sorprendida.

- Solo hace falta ver como os miráis.- levantó los hombros.

- De todas formas eso nunca va a suceder, Theon es el heredero de las islas del hierro.- suspiro apoyando su cabeza sobre el hombro de Robb.- Jamás se le permitiría casarse con una bastarda, pero ya lo tengo asumido.

- Créeme que a Theon le da igual lo que supuestamente deba hacer o lo que no.

- Bueno, entonces, quizás después de que todo esto acabe nos casemos.- dijo la chica a pesar de no estar nada convencida.- Por ahora, vamos a centrarnos en ganar esta guerra.

- ¿Crees que lo conseguiremos?- le preguntó Robb.

- Confío en que lo haremos.- asintió.- Puede que los leones sean más vistosos, pero ahora de la verdad, una manada de lobos acabaría con ellos. Solo tenemos que saber como jugar nuestras cartas.

Nieve en verano (GoT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora