Atravesar nuevamente el umbral de la puerta de aquella cabaña, a las afueras de Nueva York ubicada en medio del bosque parecía extraño, muy extraño. Esa misma cabaña a la que una vez llamó hogar ahora le parecía tan ajena, pues la calidez que siempre sintió había desaparecido por completo.
La casa parecía totalmente fría aunque el invierno ya había acabado y el ambiente cálido que ofrecía la primavera llamaba al bosque a florecer y sobretodo a las aves que se posaban en cada rama de los arboles a cantar en armonía mientras construían sus nidos.
Pepper se mantenía expectante ante la presencia de su aún esposo y con la sorpresa impresa en su rostro, no podían culparla después de casi tres semanas de estarla evitando y más con las inesperadas visitas que lo acompañaban.
— ¿Quieren tomar algo? — Reaccionó por fin la pelirroja — Disculpen el desorden. No esperaba visitas — Señaló.
— No. Gracias — Tony echó un vistazo por la casa notando los libros tirados y los papeles sobre la mesa — Vengo por Morgan. Iremos a dar un paseo — Explicó con simpleza.
— Está en clases — Dijo cortante la mujer.
— Ok. La esperaremos — Anunció el castaño dirigiéndose a uno de los sofás — Tomen asiento — Pidió a Hope y a Peter invitándolos a sentarse.
Pepper regresó al comedor donde su computadora junto a sus libros y otros archivos la esperaban. Mientras tanto, Hope y Peter tomaron asiento junto a Tony en los sofás de la pequeña sala de estar de la cabaña.
— Señor Stark, creo que debería irme, yo... — Intentó decir el menor.
— Te quedarás. Ya hablé con tía May y dijo que estaba bien que pasaramos el día juntos — Mencionó.
— Sí, pero... — Quiso excusarse — Esto es incómodo — Susurró el chico.
Tony sonrió ante lo dicho por el muchacho arácnido y es que podía comprender que no debía ser fácil para Peter mirar a Pepper Potts a los ojos luego de lo ocurrido con Happy la última vez que estuvo allí.
— Todo está bien. No debes sentirte así — Hope tranquilizó al niño tomando su mano como muestra de apoyo — No has hecho nada malo — Sonrió.
Peter asintió de acuerdo, él no tenía la culpa de las infidelidades de la mujer y mucho menos de las traiciones de Happy. Él no era culpable de nada, solamente fue un visitante inesperado tal y cómo lo era ahora.
Con el pasar de los minutos, unos pasos se dejaron escuchar por la cabaña donde vivía la pequeña Stark junto a su madre. El sonido provenía de las escaleras que se dirigían al segundo piso, a los segundos Morgan y su maestra hicieron acto de presencia en el salón.
— Papá — Exclamó la niña ignorando momentáneamente a los demás para correr hasta los brazos de su progenitor — Te extrañe demasiado ¿Dónde estabas? — Preguntó frunciendo el ceño.
— Yo también te extrañé pequeña — Sonrió apenado al tiempo que alzaba a su niña entre sus brazos y pensaba en una excusa para explicar su ausencia — Estuve muy ocupado trabajando — Mintió.
— Tan ocupado como para venir a verme — Morgan hizo un puchero de tristeza.
— Tranquila pequeña, yo me aseguraré de que no vuelva a ocurrir — Prometió Hope ganándose una sonrisa de parte de la niña.
— Bueno. ¿Por qué no vamos a la ciudad? — Propuso el mayor de los castaños.
— Sí — Exclamó tanto Morgan como Peter.
Pepper que se mantenía al margen de la situación, de pronto sintió que sobraba en su propia casa. La escena que estaba presenciando parecía la de una familia sacada de un cuento: Una madre cariñosa, un padre consentidor y los hijos tan entusiastas como felices.
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La Energía que todo lo transforma
FanfictionUn simple recuerdo de niñez podría alterar todo lo que Hope y Tony han construido hasta ahora.