Capítulo 58 "La princesa del viento"

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Narración general

La pelea entre Firem y Megrez continuaba, la fuerza de dos cielos celestes al enfrentarse era simplemente aterradora.

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Damy había hecho una aterradora revelación. Naruto se mostraba curioso, aunque algo aterrado de imaginar que pudiera existir un poder tan grande como los dioses elementales.

—Tal cosa no existe, pero mi abuela me decía, que comparados ellos o Madara Uchiha con un dios elemental, sería lo mismo que comparar a estudiantes del primer año de la academia con un hokage— relató Tsunade, no quiso darle mayor importancia pues, para ella todo eso no eran más que historias infantiles.

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Mientras en el campo de batalla definitivo, la pelea de Temari esta por entrar en la parte más interesante.

—Estilo de viento, mimetismo de viento— Zira miró a Temari con una sonrisa de soberbia.

La rubia mantenía su mirada seria y segura, dispuesta a luchar por la victoria.

Capítulo 58 "La princesa del viento"

Temari mantenía la distancia, después de todo su especialidad era esa, por otro lado, aunque Zira poseía técnicas estilo de viento. La rubia se había percatado que el estilo de combate de Zira era de corta y media distancia.

El problema era esa gran cantidad de chakra que emanaba de su cuerpo, sobre todo de sus manos.

—Vamos Temari, ya te lo dije, el título de princesa del viento era mío antes de que aparecieras y... Me lo arrebatas, ahora finalmente puedo matarte y reclamar el título que por derecho es mío antes que lo robaras— Zira se abalanzó contra Temari de un salto.

La rubia usó su abanico para bloquear su golpe, al hacer contacto una pequeña explosión de viento tuvo lugar. Sin perder nada de tiempo Zira siguió golpeando y Temari bloqueaba todos sus ataques. Lo difícil no era bloquearlos, lo difícil era aguantar las explosiones de viento provocadas por sus golpes.

—¿Qué sucede Temari, nada más vas a defenderte?— preguntó Zira con actitud altanera.

La rubia aprovechó ese momento, abrió su abanico, sin dejar que Zira se pusiera en guardia, a mitad de su próximo golpe la atacó con una poderosa ráfaga de viento.

—Jutsu guadaña de viento— la rubia vió que Zira como pudo metió las manos para no darse de lleno contra el piso.

Temari la atacó de nuevo, ahora Zira golpeó el suelo frente a ella con sus puños creando un tornado de unos tres metros de alto. Era un chakra de viento tan concentrado que servía de protección del ataque de Temari.

Al terminar su ataque la rubia colocó su abanico de nuevo a sus espaldas.

Zira retiró sus puños del suelo y el tornado se disipó.

—No lo haces nada mal Temari, pero ya te lo dije, tú me robaste mi título de princesa del viento. Al unirme a la orden celestial mi principal propósito era destruirte algún día— narraba Zira sin quitarle la mirada de encima a Temari, la rubia hacía lo propio con ella—. Al enterarme que Syxne estaba enamorado de ti me frustré, creí que mi sueño de derrotarte nunca se haría realidad. Afortunadamente para mí, la cosa no era recíproca, a Syxne le importaban más sus metas con la orden celestial que su enamoramiento a tu persona.

—Hum, es un nombre muy presuntuoso el de ustedes— señaló la rubia.

—Algo puede que sí, pero nos viene como anillo al dedo. Haz de saber que Syxne siempre ha sido un gran apasionado de la astronomía y de todo lo relacionado al cielo y al espacio. Por eso los rangos dentro de su ejército se relacionan con eso— respondió Zira y prosiguió—. Las estrellas de plata, los ninjas de más bajo rango dentro de la orden, pero no por eso se les debe de subestimar en combate. Las estrellas doradas, los ninjas de segundo rango, un grupo más selecto de ninjas, en él están todos los que sean sobresalientes en un área o que posean habilidades únicas pero útiles para nosotros. Las ocho estrellas blancas, el tercer rango dentro del ejército de Syxne, en este exclusivo grupo estamos los mejores de los mejores, los expertos en nuestro campo, la élite shinobi. Claro que existen dos subgrupos más dentro de las ocho estrellas blancas. Las lunas negras, un muy privilegiado grupo de ninjas, únicamente dos dentro de las ocho estrellas blancas ostentan ese título y son la quinta y la cuarta estrella blanca, ese título indica que eres un experto no solamente en tu área, sino que en cualquiera que te pongan vas a sobresalir, son ninjas tan capaces que se dice que si una luna negra llega al campo de batalla la victoria está asegurada, sin mencionar que su cargo les otorga un mayor albedrío a la hora de tomar desiciones, ellos pueden elegir a quién sea y nombrarlo miembro de la orden celestial sin consultarlo con Syxne, se confía tanto en su buen juicio y en sus capacidades bélicas y de lealtad que se han ganado ese y más privilegios. Finalmente están los tres cielos celestes, un título que ostentan las tres primeras estrellas blancas. El más alto rango dentro de la organización. Tienen todas las ventajas, aptitudes, capacidades, cualidades y privilegios de los títulos anteriormente mencionados, además que pueden dar nuevas órdenes a los anteriores rangos. Si lo consideran conveniente tienen la autoridad de saltarse la ordenes directas de Syxne y ordenar a otros miembros de la orden celestial que hagan lo mismo, con excepción de las lunas negras, aunque sean un cargo inferior a ellos, las lunas negras deciden hacerles caso o no. Son en extremo inteligentes, capaces e invencibles, un requisito indiscutible para ser parte de ese selecto grupo es ser capaz de derrotar a más de cinco ninjas de nivel kage sin extremas dificultades. Las estrellas blancas somos la élite de la orden celestial, pero los tres cielos celestes son la élite de la élite. Son los mejores de los mejores, por eso, con esa gran variedad de títulos relacionados al cielo, el nombre de la "orden celestial" a nuestra organización le queda de maravilla— finalizó Zira.

En la guerra y en el amor todo se vale [ShikaTema]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora